Una molesta lesión me tiene un poco ausente del mundo del blog. No se trata de algo demasiado importante pero si debo mantenerme alejado de los teclados más allá de los estrictamente necesario. Además, lo digo con toda sinceridad, no tengo la suficiente inspiración como para escribir algo que pueda tener interés, incluso para quienes son benevolentes en su juicio para con mis escritos.
Sin embargo, quiero hacer hoy una excepción al hilo de un acontecimiento que, si bien no es demasiado trascendental en comparación con los sucesos que nos acongojan cada día, a veces casi cada hora, y que nos dejan con el alma en vilo, si me ha llamado la atención por su significado.
He visto con perplejidad como una vez más el estado español, a través de sus más significativas magistraturas, rinden pleitesia a una organización religiosa como es la Iglesia Católica, con la asistencia a la beatificación de Woytila, pontífice Juan Pablo II.
Evidentemente, faltaría más, los católicos pueden beatificar a quien quieran. Parece que para ellos es lo mismo que este beatificado exprés , llamado a ser santo próximamente, no tuviera el más mínimo inconveniente en recibir al criminal genocida augusto pinochet y, por contra, abroncara de forma inmisericorde a Ernesto Cardenal, por citar algún ejemplo muy elocuente.
Llama también la atención que el proceso de Juan XXIII, un Papa que logró bastante más predicamento, esté aún en el limbo.
Pero, al margen de esto, lo que me ha producido indignación es la asistencia de un representante del Gobierno de España a esta ceremonia. ¿Qué pinta un ministro de un Gobierno que se dice laico en un ceremonia totalmente religiosa? Porque ni siquiera es un acto del Estado Vaticano, en el que se podría aducir un argumento diplomático. Se trata de la beatificación de un pontífice de una de las muchas sectas cristianas que existen y, por tanto, una cuestión que nada tiene que ver con la relación amistosa entre Estados.
En realidad, el Gobierno de España, hace un flaco favor a su cacareado laicismo y se burla de todos aquellos que pensamos que debe existir una separación auténtica entre la iglesia y el Estado.
No es la primer vez que ocurre y, por supuesto, no va a ser la última.
Sé de sobra que, en este momento, y con la cantidad de problemas que acucian a la sociedad española, este es un asunto absolutamente menor, casi sin más importancia, pero no deja de ser significativo que, una vez más, el discurso oficial, como en tantas otras cosas, se aleje de la realidad.
18 comentarios:
Grácias María. Ya veremos. Se trata de una cuestión muscular un poco molesta.
saludos
Si estaba presente el genocida de Zimbawue entre los mandatarios.. ya nada de este podrido mundo nos puede sorprender..
Haz el favor de cuidarte , es una orden, cariñosa, pero una orden a fin de cuentas..
Besos.
no había "fichado" ... soy despistada ;P
Acepto gustoso tu orden, pero no creo que mi empresa esté dispuesta a prescindir de uno de sus trabajadores. Jajaja.
Bueno, ahora en serio, ya pocas cosas me sorprenden, lo que no quiere decir que me dejen indiferente.
Besos Martine
No, no es un asunto menor, Txema. Es importante y además comprendo tu cabreo. ¿Qué hacía allí un representante del gobierno de España? ¡Increible!
Cuídate mucho. Un beso
Espero que te mejores Txema.
Sobre el contenido de tu entrada yo opino como tú, pero no merece la pena cabrearse al final estas cosas van a hacer que terminemos con una úlcera de estómago.
Carmen, gracias. La verdad es que yo tampoco entiendo que pintaba allí el bueno de Jaúregui. Vaya papelón.
Dilaida, posiblemente tengas razón. Lo mejor sería una sonrisa y poco más. Lo de la úlcera sería terrible.
Gracias también por tus buenos deseos y besos a las dos.
Cúidate, Chema.
Con su pan se coman sus beatificaciones. A mi, esos que van, no me representan.
Gracias María Jesús. Pues si, así sea (lo del pan). Pero el viaje lo hemos pagado de nuestro bolsillo. ¡Encima!
saludos
Txema,el asunto que tratas es muy oportuno y pones el dedo en la llaga de que no vivimos en un país,como corresponde,aconfesional.
No esperes de esta gente que cambie de hábitos que en resumida cuentas son pleitesía.
Me gusta que hayas recordado la bronca que el beato le echó al sacerdote sandisnista-revolucionario Ernesto Cardenal.Fue un gesto en el que se demostraba que el beato no quería justicia social y sí sometimiento.
Buena entrada y que te mejores de tus dolencias.
Saludos
Gracias Felipe. Recuerdo perfectamente la terrible escena, con Ernesto Cardenal arrodillado delante del beato, soportando la bronca infame.
Entonces, y ahora también, me pregunto qué hubiera hecho el nazareno. Estoy seguro de que habría acogido a Cardenal como un amigo.
saludos y gracias por tus dfeseos sobre mis dolencias.
No es un asunto menor, se enmarca en el desprecio al laicismo que los borbones y los dos grandes partidos tienen.
Una vergüenza.
Y mejórate y no te excedas en el gimnasio.
Salud y República
Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios...
Querido Rafa, que más querría yo que poder ir al gimnasio.
Saludos
Temujin, así tendría que ser, según su propio inspirador. Pero...
Saludos
De menor, nada, Txema. Es un asunto clave, aunque, naturalmente, no afecta a las habichuelas (o sí). Que el estado español envíe representación oficial a una paja mental vaticana no solo vulnera el espíritu de la constitución sino que está avalando las supersticiones de un estado tiránico y teocrático que fomenta la propagación del Sida, la discriminación de la mujer, la persecución (y ejecución) de los homosexuales y que pone trabas a la evolución cultural y científica.
España, además de enviar representación a la parodia del JP2, financia dicho estado con más fondos que nunca. Gracias ZP.
Por cierto, mejórate.
Yo tampoco lo entiendo. Será problema nuestro, pero no entiendo por qué hay representación oficial en una cuestión exclusivamente religiosa.
Paco, gracias por tu comentario. Al decir menor me refería a su importancia dentro, por ejemplo, del drama que supone tener cinco millones de desempleados.
Pero, en efecto, coincido con tu apreciación
Saludos
Pedro, parece que hay una buena parte de la ciudadanía que no entiende muy bien esa presencia.
Quizás alguien debería explicar exactamente por qué estuvo Jauregui allí.
Un abrazo.
Tanto delito tiene santificar al que acoge a un genocida, como hacer papa a un exmilitante nazi y exprefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fé (Actual Inquisición, responsable del Crimen Sollicitationis ), siendo uno de los cardenales más conservadores y extremistas que campan por el Vaticano.
Un saludo me alegro mucho de haberme encontrado este blog. Me absorbe en la lectura. Seguiré ojeándolo un buen rato.
Un fuerte abrazo de parte de un nuevo lector.
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