En las próximas horas, según el
diario Público, podría llegar a su amada
patria el homicida imprudente Ángel Carromero, dirigente de las nuevas generaciones
(pese a tener ya añitos) del PP y condenado en Cuba a cuatro años de cárcel como
responsable de la muerte del ciudadano Oswaldo Payá y otro opositor al régimen
cubano en un accidente de automóvil.
Lo más probable es que tal Carromero no tenga
ni que pisar la prisión porque se le aplicará el tercer grado nada más llegar
al protectorado de merkel.
Entretanto, el ciudadano Alfonso Fernández,
detenido el 14 de noviembre, sigue en la
cárcel acusado de crear alarma social (una figura penal inexistente) y de
llevar una bolsa de plástico con material para preparar explosivos, cuestión que
no parece haber sido probada de forma alguna.
De no haber dejado este país de ser un estado
de Derecho, Alfonso, no estaría en
prisión preventiva desde el día siguiente de su absurda detención y el gobierno
del PP habría tenido que demostrar un poco más de sensatez y rigor en este
asunto. O haber respetado la Ley. Pero ni una cosa ni otra, o sea su especialidad.
Resulta esclarecedor que el gobierno haya
puesto desde el principio un interés desmesurado en el asunto del tal Carromero
(condenado por una sentencia firme) y se haya apresurado a que el homicida en
cuestión pueda esquivar la pena de prisión por el de un simple control con una
pulsera.
Si el sujeto en cuestión no fuera militante
del PP y uno de sus dirigentes ¿qué habría sucedido? Pues muy probablemente el
esfuerzo hubiera sido mucho menor y, de
paso, se habría aprovechado la ocasión para lanzar toda clase de
descalificaciones al gobierno de La Habana. Hay que recordar que el jovencito
Carromero apeló nada menos que a la comunidad internacional por su detención.
Sin embargo Alfonso, pese a los esfuerzos de
la ciudadanía y pese a las peticiones apoyadas por miles de firmas, seguirá en
la cárcel sin que haya sentencia, ni siquiera haya evidencias suficientes de la
comisión del delito. Hoy mismo se ha vuelto a denegar su puesta en libertad que
no implica que no pueda ser juzgado.
Es curioso que mientras Carromero, condenado
por homicidio, puede circular libremente por su amada patria, lo mismo que
todos y cada uno de los responsables por acción u omisión de los presuntos
homicidios de las cinco jóvenes muertas en el Madridarena, Alfonso siga en una celda de Soto del Real.
Es esta otra demostración de qué clase de
gobierno padecemos los ciudadanos de este país. Una panda de element@s que no
tienen el más mínimo inconveniente en usar a un chaval de 21 años para amedrentar
a cualquiera que se manifieste, proteste, acuda a una manifestación o forme
parte de un piquete durante una huelga.
Eso, por no decir nada, de las famosas tasas
judiciales y de las multas totalmente arbitrarias que muchos ciudadanos
soportan por ejercer el derecho a manifestarse.
El miedo es el mejor aliado del PP. El miedo
a perder la libertad, el miedo a sufrir la represión de un gobierno que respeta
muy poco, las libertades y que aplica la Ley con rigor sobre los más
consecuentes, mientras indulta a torturadores, perdona a defraudadores y evasores
fiscales y facilita la llegada a su
amada patria de gánsteres de todo tipo.
Días de infamia que deberán ser recordados.
7 comentarios:
Por supuesto María, puedes hacerlo sin problema y muchas gracias por tu amable opinión.
saludos
Aplaudo en todos los puntos.
Muchas gracias Mª Jesús.
Compa, deberías prodigarte más. Un magnífico post. Enhorabuena.
Salud y República
Gracias por tu amable Opinión.
Ya sabes Rafa que este año ha sido especialmente complicado. Espero escribir más a menudo, ahora que ya todo está "atado y bien atado", desgraciadamente.
Saludos
Yo, de lo que me acuerdo ahora, es de todo lo que se dijo cuando querían echar la culpa al gobierno cubano de haber matado a un disidente en aquel accidente. No he oído a nadie que haya rectificado.
Siempre es un placer ver este blog actualizado.
Efectivamente así fue. En fin...
Gracias profesor por esta visita.
un abrazo
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