miércoles, octubre 21, 2009

SENECA Y LOS PRESUPUESTOS


Cuentan las crónicas que a Séneca le reprochaban sus coetáneos que vivía de forma totalmente contraría a la que predicaba. El estoico filósofo contestaba que no alababa su forma de vida, sino la forma en la que debía vivir.

Desconozco si José Luis Rodríguez Zapatero conoce esta anécdota del ilustre cordobés pero, desde luego, sea como sea es un alumno aventajado de ese tipo de filosofía que se puede resumir en decir una cosa y hacer la contraria.

En los últimos días hemos tenido oportunidad de comprobar el “celo” que pone ZP en cumplir esta máxima senequiana .

Por ejemplo, como era de esperar, el Congreso de los Diputados ha rechazado hoy (21 de octubre) las enmiendas a la totalidad al proyecto de Ley de Presupuestos, es decir, que se ha impedido que se devolvieran al gobierno.

Como ya anticipé, esta circunstancia se ha producido con la inestimable ayuda del PNV que, a cambio, verá blindado el concierto vasco que nada tiene que ver con los Presupuestos.

Curiosa situación porque, mientras el PNV es desalojado de Ajuría Enea tras un pacto, cuando menos extraño, entre PSOE y PP, el Gobierno de ZP se apoya en ese mismo partido para salvar el primer escollo parlamentario con Mariano Rajoy tronando contra el proyecto de Presupuestos, en tanto que Basagoiti nadie sabe de qué va, salvo ser palafrenero de Pachi.

Así que, una vez más, los denostados nacionalistas vascos sirven a un partido tan constitucionalista para imponerse en una votación al resto de los representantes de los ciudadanos negociando un acuerdo que nada tiene que ver con el meollo de lo votado. Pero, aunque sea matizable, la postura del PNV es comprensible. Es un partido vasco y sólo le interesan los asuntos de su comunidad.

Otra cosa es que, al final, los vascos vayan a tener que pagar lo mismo que el resto de los ciudadanos de este país la subida del IVA y a perder los famosos 400 euros, lo que indirectamente es una subida del IRPF. Pero, eso, será algo que los nacionalistas tendrán que explicar en su comunidad.

Sin embargo, por muy obtuso que fuera, y no me tengo por tal, no parece sensato pensar que todos los demás partidos, excepto la testimonial Coalición Canaria, hayan pedido al gobierno que retire este proyecto y lo mejore como consecuencia de una especie de conspiración contra ZP.

Y aún menos creíble es pensar que, producto de algún género de alucinación colectiva, personas con ideas tan diferentes como Mariano Rajoy, Joan Ridao, Rosa Díez y Joan Herrera crean que la subida del IVA es absolutamente injusta y perjudicial para las clases medias y trabajadores, mientras se deja como está la fiscalidad a las rentas más altas.

Pero, como dijo Joan Herrera ICV-IU), ZP no quiere problemas y ha tirado por la solución más facilona para intentar tapar algo el déficit, es decir, una subida de impuestos general, que afecta a todos por igual, ya se tenga una renta anual de 15.000 euros o de 100.000. A la hora de pagar un café, comprar un jersey o abonar la reparación del coche el IVA no hace distingos.

Y es que ZP, con esa eterna sonrisa entre simplona y complaciente, no sé si a veces incluso burlona, ha preferido de nuevo evitar un pacto con la izquierda para acometer una auténtica reforma fiscal. Como dijo Herrera, ha desperdiciado una oportunidad extraordinaria para reconciliarse con todos a los que ha decepcionado que, cada vez, son más.

Lamentablemente la cohorte que le rodea cierra filas en torno a él, lo que en principio es saludable, si se es capaz de conservar un cierto espíritu crítico, porque sino la lealtad, evidentemente necesaria, se convierta en simple y nefasta adulación.

Y, pese a los vaticinios demagógicos del portavoz socialista José Antonio Alonso, es muy posible que todo esto le pase factura al PSOE y con él, sin comerlo ni beberlo a todos los que esperamos estoicamente algún día que este partido actúe como lo que dice ser y no como lo que es.