viernes, julio 02, 2010

CORBACHO NO SE QUEMA


En estos últimos días el ministro de Trabajo (más bien del desempleo) Celestino Corbacho ha alcanzado un grado de insensatez difícil de superar. Cada vez que dice algo mejora con creces la insanía de sus declaraciones anteriores.

Si ya resulta indigno para un ministro que presume de ser socialista ser el autor de una serie de medidas que reforman el mercado de trabajo, en la línea que le han marcado los mercados, su justificación de la misma resulta vergonzosa.

Dice el tal Corbacho que en España el mercado laboral era poco flexible. Curioso análisis para un país donde se han producido en el último año, según datos del propio Consejo Económico y Social, casi 500.000 despidos injustificados.

Pero, no satisfecho con ser el ministro que cambió y arrasó en buena medida los derechos de los trabajadores, ahora amenaza con más cambios que, de no variar mucho la correlación de fuerzas, serán una triste realidad antes o después, aunque María Teresa Fernández de la Vega, lo niegue.

En una entrevista reciente afirmó, sin inmutarse, que no se sentía quemado por el hecho de que el paro hubiera alcanzado casi a cinco millones de personas. Me pregunto qué es los que hará que este personaje se sienta concernido por semejante drama.

Quizá, posiblemente en coherencia con ese pensamiento, lleva diciendo desde hace unos días que es posible que peligren los 420 míseros euros con lo que se ayuda a quienes se han quedado sin prestaciones. Supongo que a estas alturas y conocida la trayectoria del gobiernillo de ZP y su manifiesta debilidad ante los mercados, en la próxima Ley de Presupuestos esa cantidad está condenada a la extinción.

Y mucho más, después de saber que en la última reunión del G-20 la reducción del déficit se ha considerado tema absolutamente prioritario.

Pero aún hay más perlas: resulta que si no se ha adoptado antes la medida de retirar esos 420 euros no es porque se considere una prioridad del gobierno ayudar a las personas sin cobertura social sino porque, y lo ha reconocido el ministrillo, habría un cambio en la contestación social en la calle.

Es decir, que para el infame Corbacho, es una cuestión de orden público y no de justicia social, el hecho de que los ciudadanos sin trabajo, con pocas posibilidades de conseguir otro se queden sin protección.

Ahora resulta que para este socialista es un peligro, que habrá que revisar cuando se acabe la crisis, la política de prestaciones por desempleo, porque se corre el riesgo de que el desempleado se acostumbre a vivir subsidiado en vez de buscar trabajo. Es decir, se convierte en un vago..

O sea, que en el fondo tiene el mismo discurso que su amigo Durán i Lleida. No me extraña que busquen su apoyo en cada votación.