viernes, marzo 05, 2010

NO EN MI NOMBRE

Jamás me arrepentiré de haber pertenecido al PCE; descarto totalmente que a estas alturas de mi vida cometa el error absurdo y odioso de caer en la fe del converso y pasarme al campo de la derecha más extrema, como les ha pasado a muchos ex comunistas. Sin embargo, si denunciaré sin tregua a aquellos que, en nombre de una idea liberadora, se dedican a oprimir y a asesinar impunemente.

Hace muy poco supimos de la muerte de Orlando Zapata, un ciudadano cubano que ha fallecido después de mantener una huelga de hambre durante 85 días. Ahora sabemos que en Corea del Norte, otro de los pretendidos paraísos, ha sido fusilado públicamente un ciudadano por hablar por un teléfono móvil y pasar información a Corea del Sur. ¿Qué información? ¡La situación de los precios del arroz!

En el caso de Zapata algunos han pretendido minimizar este hecho, con una serie de argumentos que producen vergüenza y más, si como afirman, se trata de personas que proceden del campo de la izquierda.

Seamos extremadamente generosos con los defensores de buena voluntad del régimen castrista. Admitamos que Orlando Zapata no era más que un delincuente común, que ya es mucho conceder, y que estaba en la cárcel por haber cometido delitos que nada o poco tienen que ver con la tiranía que soportan los cubanos. ¿Justifica eso su muerte? ¿Es menos culpable el régimen de su final? ¿No tiene el gobierno la obligación de velar por la vida de todos y cada unos de los ciudadanos?

Al final, es lo mismo que Zapata fuera un delincuente, un disidente o las dos cosas a la vez. Ante todo tenía derecho a conservas su vida con dignidad.

Esto no es una crítica al comunismo, ni a la revolución de Cuba, que me parece uno de los hechos más importantes del siglo XX. Es una condena tajante del gobierno de Raúl Castro que pisotea imponentemente aquello que precisamente quisieron desaterrar para siempre en su día los revolucionarios cubanos: la injusticia, la arbitrariedad, el terror, la opresión, la corrupción. Y esto, desgraciadamente, es lo que existe hoy en esa república.

¿Desde cuándo el comunismo puede significar lo que vemos en Cuba o en Corea? ¿Desde cuándo una idea liberadora, destinada a crear un hombre de nuevo tipo, puede servir para fusilar por hablar por un teléfono móvil?

Y para contestar a todas estas preguntas no me vale el argumento de que el capitalismo es peor; eso ya lo sé y no es esa la alternativa. Lo que esperaba es que el comunismo fuera mejor y lo que veo no me gusta. Tampoco sirven los famosos logros del régimen que, en Corea, no existen y en Cuba se están deshaciendo poco a poco.

No, no es este el tipo de comunismo al que aspirábamos.

martes, marzo 02, 2010

GRACIAS A TOD@S

El pasado lunes anoté en mi blog la entrada cien. Claro está que, en comparación con otros, es una cifra que casi se podría decir que es ridícula, muy pequeña. Pero a mi me ha gustado llegar a estos cien comentarios que, además, casi han coincidido en el tiempo con la treintena de seguidores, aunque operativos sois muchos menos, lo que no os quita valor, sino todo lo contrario.

Cuando en 2006, abrí este blog , fue casi como una especie de recurso para que un amigo un poco insistente me dejara en paz. Lo reconozco y, tanto es así, que hasta 2009 no escribí nada de nada.

Pero una buen día recordé que estaba por ahí y, que de alguna forma me podría servir para dar a conocer una serie de ideas, fundamentalmente políticas, a personas que no tendrían por qué ser de mi entorno más cercano, que ya las “padecen” de sobra. En definitiva, era hacer un poco de proselitismo.

Coincidió esto con mi mayor actividad dentro de IU, mi elección para el Consejo Político Regional, y con la percepción de que la organización a la que pertenezco iba a necesitar del esfuerzo de todos para no salir muy mal parada en cada convocatoria electoral, tal y como el tiempo se ha encargado de demostrar.

El inicio fue descorazonador. Sólo al cabo de algunas semanas se apuntó un seguidor, Carlos, que de vez en cuando, tenía la amabilidad de dejar algún comentario. Así que estuve a punto de abandonar la empresa y dedicarme a otros menesteres. Pero tuve esperanza y decidí darme una oportunidad más.

No sé si sería lógico decir que acerté con esa decisión, o bien fue el puro azar lo que me ayudó, pero lo esencial, para mí, es que he conseguido conocer, y esto es lo verdaderamente importante, a una serie de personas que habéis aportado, algunos lo hacéis cada vez que dejáis un comentario, mucho más de lo que podría esperar de este asunto.

De hecho ya no me importa el proselitismo, ya no me importa si capto votos de alguno o alguna persona, lo que me apetece es conocer la opinión de otros porque me aporta mucho a la hora de enjuiciar la gran cantidad de temas que por aquí y por otros blogs han pasado a lo largo de todo este último año. Esto es lo verdaderamente importante y, por supuesto, quiero que así siega siendo en el futuro. Sencillamente he aprendido mucho más de lo que he podido aportar.

No sería justo olvidar a algunas personas que pasaron y lamentablemente ya no lo hacen por motivos personales que respeto pero me entristecen. Evidentemente me refiero a Selma, una de personas que ha dejado una profunda huella en mi corazón. Aún no me acostumbro, creo que no lo podré hacer jamás, a no ver escrita su opinión a primera hora de la mañana.

No querría tampoco olvidar a nadie de los que casi a diario os pasáis por aquí y, por eso, para no meter la pata, no voy a citar a nadie, algo que en mi modesta opinión, es la mejor manera de nombraros a todos.

Por todos estos momentos, por cada opinión, por cada comentario, por cada discrepancia, y también por cada presencia y alguna ausencia, gracias a todos.

lunes, marzo 01, 2010

EL OFENSOR COTINO

RG Almazán, desde Kabila, ha denunciado el gravísimo hecho que ha ocurrido en las Corts del País Valenciano, donde el Vicepresidente de esa Comunidad, Juan Cotino, ha agraviado de forma muy grave a Mónica Oltra diputada del grupo Compromís. La ofensa es tan grave que, pese a que mi buen amigo Rafael, ya ha escrito sobre ello, no quiero dejar pasar por alto el asunto para que se conozca lo más posible para descrédito del tipejo este.

Es posible, no seré yo quien lo niegue, que en el fragor de un debate parlamentario se puedan hacer algunas afirmaciones excesivas, acusaciones con escaso sustento o lanzar exabruptos que merecen general reprobación. Deberían evitarse en la medida de lo posible, pero perder las formas es, a veces, inevitable.

En el transcurso de un debate en ese parlamento autonómico, Cotino aseguró que si tuviera una hija como la diputada Oltra, se avergonzaría de ella y añadió que eso era difícil porque posiblemente (Oltra) no conoce a su padre.
En condiciones normales esto se solventa con la disculpa pública del insidioso y la aceptación por parte del ofendido u ofendida de las disculpas y se cierra la cuestión.

Mónica Oltra ya ha aceptado, porque supongo que es una persona generosa, muy generosa, las disculpas de Cotino y, por lo que respecta a esa cuestión de puede dar por zanjada.

Pero la cuestión es en el fondo, como ya ha señalado Kabila, mucho más grave, porque Cotino que estuvo al mando de la policía ha utilizado presumiblemente datos que sólo pertenecen a la vida intima de Mónica Oltra para desprestigiarla, para avergonzarla e insultarla de la forma más soez posible. De dónde han salido estos datos, cómo han llegado hasta él, quien y cuando se los ha facilitado.

Aquí ya no se trata de mejor o peor educación. Se trata de la utilización de datos confidenciales para destruir a una persona quien, aún pudiendo estar equivocada o decir las cosas con excesiva vehemencia, ejerce por voluntad popular su cargo en un parlamento y, como cualquier otro ciudadano merece respeto a su imagen.

Si Cotino tiene algo que alegar a las acusaciones de corrupto y favorecer a empresas familiares le quedan otras muchas soluciones, entre las que no es la menor, demostrar que las afirmaciones de la representante de Compromís son falsas. Pero no, al igual que Ignacio González hizo en la Asamblea de Madrid con Fausto Fernández, ha preferido el insulto de la más baja estofa. Ante la acusación de corrupto, el ultraje, jamás la clarificación.

Es, por tanto, ineludible la responsabilidad política de Cotino y el PP, si tuviera ese ápice de vergüenza y ética que tanto reclama para los demás, ya habría cesado de forma inmediata al cochino Cotino. No puede representar al pueblo semejante personaje.

Pero no. No ocurrirá nada de esto y, si hace unos pocos días escribí sobre la pestilente Diez que insultó a los gallegos y, con ellos, a todos nosotros, hoy lo tengo que hacer sobre este miembro del opus quien, posiblemente por ser soltero, no tiene hijos y no sabe el dolor que supone que tu padre no te pueda reconocer hasta que has cumplido 11 años como consecuencia de la bastardía de un régimen policial y pacato en el que él posiblemente se sentiría muy cómodo.