martes, enero 14, 2014

LA COMEDIA DE ESTRASBURGO, UNA BURLA A LA CIUDADANÍA



En mayo se celebrarán elecciones al Parlamento Europeo. Un hecho que, visto lo visto, no pasa de ser una especie de brindis al sol, de comedia bufa,  porque dicho Parlamento no tiene el más mínimo poder y,  por lo tanto,  esa “fiesta de la democracia” se convierte en una burla cruel para una Europa asolada por el capitalismo salvaje (no hay otro).

Por tanto,  en estas circunstancias, es lícito plantearse si es conveniente participar en esa ceremonia absurda y legitimar, de alguna forma se hace así, todo ese tinglado inútil que, además, reproduce casi de forma calcada el bipartidismo entre la derechona popular y la socialdemocracia entreguista que hay en la mayor parte de los países. Las dos muletas que sostienen la bufonada (tomo la idea de las muletas de Felipe Alcaraz).

Sería esta, en mi opinión, una reflexión necesaria. El boicot a ese parlamento, en tanto en cuanto, siga sin representar verdaderamente a los ciudadanos.

No parece, sin embargo, que exista mucho interés por abrir esa reflexión y, desde ahora mismo, incluso los partidos de la denominada izquierda consecuente ya van perfilando estrategias, posibles alianzas y, en definitiva,  candidaturas para esa institución estéril y, encima, muy costosa para los europeos.

Habría que dejar claro, desde esa izquierda, que la asistencia a Estrasburgo, una de las sedes del Parlamento, se hace solo para que su voz sea escuchada y que se utilice el altavoz, a veces menguado, que supone esa tribuna para denunciar sin cesar todo el artificio y la hipocresía que supone esa institución.

Habría que señalar que, en tanto en cuanto sean poderes alejados de los ciudadanos como la troika,  que han barrido la democracia y los derechos civiles y sociales de la ciudadanía, esas elecciones son una farsa. Que ese parlamento se ve superado por los poderes fácticos encarnados por quienes deciden en realidad: el capitalismo financiero mundial, llamados también mercados,  que imponen leyes y cambian gobiernos.

No sirve de nada elegir representantes, y esto vale igualmente para las convocatorias nacionales, si después cualquier gobierno salido de las urnas puede ser derribado por unos tecnócratas so pretexto de una crisis que ellos mismos, los mercados, han provocado.  Eso, por usar una frase muy conocida, es como poner a la zorra el gallinero.

Mientras ese parlamento esté dominado por los representes de los partidos que apoyan este sistema capitalista, y ahora vemos que el SPD se ha unido a la Merkel para gobernar en Alemania, no habrá nada que hacer. Y, sinceramente, no creo que el panorama invite al optimismo sobre un vuelco electoral.

Por lo tanto,  hay que decir a los electores que no se hagan la más mínima ilusión porque el poder no reside en esa institución por ellos elegida, como debería ser, sino en grupos que, elegidos por nadie, se imponen a parlamentos, a gobiernos y arruinan a pueblos enteros.

Ahora, en vísperas electorales, el Parlamento Europeo parece que se entera de las consecuencias que han tenido las medidas de austeridad germánicas ¡Ahora, tras seis años sin hacer la más mínima objeción!
Casualmente en este momento en el que empezarán las campañas electorales se reacciona con informes., ¡A buenas horas! Cuando la desigualdad alcanza un nivel inadmisible, con una cifra insoportable de desempleados, con los jóvenes absolutamente desanimados, con leyes restrictivas del derecho a la protesta. ¡Ahora se enteran de todo esto!


En mi opinión la verdadera obligación de la Izquierda consecuente es denunciar a ese Parlamento y ponerlo en evidencia ante la ciudanía sin la más mínima concesión y, evidentemente, tratar de persuadir a cuantos más mejor de la necesidad de cambiar la correlación de fuerzas en esa institución caduca.