sábado, marzo 20, 2010

¿CAMBIA FRANCIA?

Siempre he sentido una profunda admiración por Francia, una país que ha dado muchas veces muestras de una formación cívica encomiable, evidentemente con errores, con fallos, con retrocesos y con injusticias. De esa nación surgió la que, en mi opinión, ha sido la revolución más importante de la historia moderna.

Pero, esa admiración, que aún conservo, no me hace caer en la ceguera total sobre lo que allí ocurre y me espanto ante lo que ha sucedido con un vídeo grabado por una cámara de seguridad de Carrefour, en el que aparentemente aparecían cinco presuntos etarras que, al final, han resultado ser unos bomberos catalanes, según ha informado la Generalitat de Catalunya y no los miembros del comando que mató un gendarme.

En los últimos años da la impresión de que Francia, país de acogida, de libertad, país cuyos gobierno tenían su propio criterio, está cambiando de bando y, en vez de ese esa Francia con cierto nivel de autonomía frente al dictado de Washington, heredada en buena medida desde los tiempos del “viejo general”, el Estado que abandonó la estructura militar de la OTAN, ahora se suma gustoso a la histeria colectiva por la seguridad, cueste lo que cueste, frente al terrorismo.

El hecho es, en sí mismo muy grave, y no puede saldarse como un error cualquiera y una disculpa. Se ha implicado a cinco personas absolutamente inocentes, en un delito importante como es el asesinato de un gendarme. Se han distribuido imágenes de cinco personas, se han enviado a España y se las ha acusado con muy escasas pruebas, que además parecen contradictorias.

¿Cómo puede ocurrir esto en un país avanzado? La respuesta no es fácil, desde luego, pero la responsabilidad está clara. Las fuerzas de seguridad francesas han actuado con negligencia, contagiadas por esa absurda creencia de que las cámaras de seguridad de un centro comercial son, o pueden ser, una prueba decisiva para reconocer a alguien.

Es evidente que si las cámaras recogen el momento de una agresión, como pasa en ocasiones, la carga de la prueba es casi irrefutable. Pero no es este el caso que aquí nos ocupa y me temo que se ha actuado con gran irresponsabilidad y ligereza.

Y llega la hora de exigir, y muy seriamente, responsabilidades a las autoridades galas y, éstas, deben ser pedidas por el gobierno de España y por la Generalitat catalana, ya que en este caso, se ha puesto en riesgo la identidad de unos ciudadanos de este estado, que ha podido tener muy graves resultados.

Y, más allá, de esas responsabilidades, debemos cuestionarnos muy seriamente los métodos de trabajo que utilizan las fuerzas de seguridad, evidentemente no sólo en Francia sino en todos los países que se consideran democráticos.

Estas son as consecuencias de la política de George Bush y su amigo Aznar que antepusieron la mal llamada seguridad colectiva a los derechos individuales de los ciudadanos. Algún día habrá que lamentar un error irreparable.

viernes, marzo 19, 2010

EL MAYOR CHORIZO DEL REINO

Hoy sale a la calle el chorizo mayor del reino, algo que ya es meritorio en un país en el que los chorizos cada vez son más abundantes y notables y los hay con méritos suficientes para figurar en el libro guinness de los record , como creo que ya nadie duda. Luis Roldán, aquel que fuera director general de la Guardia Civil y pudo ser ministro del Interior será, a partir de hoy, un ciudadano libre y muy rico.

Tras cumplir sólo 20 años de los 30 que se le impusieron como pena por malversación, estafa, falsificación, cohecho y contra Hacienda, Luis Roldán ya no tendrá necesidad de volver a dormir a la cárcel de Zuera, sino que se podrá marchar tranquilamente al piso de sus padres en Zaragoza, según él dice, o al que tiene en el centro de París, según revela el diario El País”.

Algunos dirán que no es poco 20 años de cárcel y, desde luego, tendrán razón. Pero en unos tiempos en los que la mayoría anda tan revuelta pidiendo que se cumplan las penas de forma integra, parece que al Sr. Roldán no habría por qué aplicarle otra vara de medir, por varios motivos.

Roldán no se ha arrepentido de robar al Estado español, no ha devuelto ni un euro y además todavía miente como un bellaco, es decir como lo que es, al decir que es más pobre que una rata.

Si todo esto no es motivo suficiente para que se pase otros diez añitos a la sombra y reflexione sobre la conveniencia de decir donde esconde los 10 millones de euros que tiene en paraísos fiscales pues ya me dirán ustedes.

Lo peor del caso es que Luis Roldán, lejos de ser un ejemplo a no seguir, ha creado escuela. Junto a Gabriel Urralburu, Mariano Rubio, la directora del BOE y otros conspicuos socialistas del felipismo fueron los creadores de una especie de secta en el que robar con total impunidad era la norma.

Ya saben, aquello que se llamó la cultura (manda narices) del pelotazo, en la que según Carlos Solchaga, maravilloso ministro de Economía, el que no se hacía rico en España era por ser tonto.

Por eso, en mi opinión, no es de extrañar que ahora pase lo que pasa. Alcaldes, políticos, empresarios, algún diputado autonómico y toda una ralea de chorizos están cada día en las portadas de los diarios y en los juzgados imputados siempre en relación a lo mismo: el robo, el choriceo.

Desgraciadamente el felipismo fue el caldo de cultivo de todo esto, quizá por aquello de que él se enteraba de las noticias por la prensa cada día al desayunar, según dijo su ya exmujer Carmen Romero. Y aún anda por ahí dando lecciones.

Y como no se tomaron las medidas necesarias a tiempo, no se hizo una verdadera limpieza, ni se apartó de la política a la mayoría de estos tipos pues evidentemente sigue a lo suyo que es robar.

Además son conscientes de que, en que en el peor de los casos, pasarán unos años en la cárcel, no demasiados, no tendrán un mal trato, en poco tiempo verán que se les aplica la posibilidad de sólo ir a dormir al trullo y total, nadie les va a pedir que devuelvan lo que no es suyo.

Pues nada, Luis Roldán, que te vaya bien y abre una academia internacional de ladrones que, eso, si es lo tuyo.

miércoles, marzo 17, 2010

ESPAÑA SIN REY

La muerte de Miguel Delibes ha puesto en evidencia a un señor muy campechano que vive en un palacio madrileño que le pagamos entre todos, y al que por eso se le puede exigir que, por lo menos, cumpla con sus obligaciones, ya que, para eso cobra una cantidad sobre la que pocos quieren y nadie puede pedir cuentas.


Resulta que Delibes tuvo la genial ocurrencia de morirse el sábado 12 de marzo. La verdad es que a quién se le ocurre morirse un sábado pudiendo haber elegido otra fecha menos inoportuna para la completísima agenda de “el campechano” que no descansa ni los fines de semana.

Resulta que algunas personas se han extrañado, otras se han quejado e, incluso, otras han protestado, porque el designado por Franco para sucederle a título de rey, no estuvo presente, así como nadie de su extensa familia, en los actos fúnebres de Delibes. Me parece que hay gente muy osada. Cómo se les ocurre interferir en el trabajo de “el campechano designado”. ¿Dudan de que tuviera algo más importante que hacer?

El beneficiario real del golpe del 18 de julio y sus nefandas consecuencias, estaba “prácticamente volando” hacia Bahrein donde tenía que reunirse con Don Emilio Botín, presidente del Banco Santander que, como todos sabemos, es el patrocinador de ese tal Fernando Alonso, también muy conocido por su actitud humilde y por aceptar con deportividad las derrotas y no culpar de ellas siempre a los demás.

Así lo ha explicado un portavoz de esa familia que, quizá algo molesto por tanta crítica, ha querido dejar bien claro que “el campechano” tenía ya prevista otra actividad que no podía suspender por un simple Delibes.

Está claro que ese “prácticamente” significa que el señor que vive en el palacio que todos pagamos y del que podemos esperar que cumpla con sus obligaciones porque para eso le abonados su sueldo, aún no había subido al avión que, también es sufragado por unos ciudadanos a los sí se les rebaja el sueldo, si se les sube el IVA o, aún peor, si pierden el empleo pese a cumplir con sus obligaciones.

Es decir, cuando el heredero del dictador se enteró de la muerte de Don Miguel, aún no había subido al avión “todo gratis”, sino que estaba en Madrid y podría, pongo por caso, haber pensado en que posiblemente debería ir a Valladolid.

Y ¿qué tenía que hacer tan importante “el campechano” en Bahrein? Pues muy sencillo, aparte de comentar privadamente con Don Botín -curioso nombre para un banquero- asuntos de la economía real, asistir al triunfo inenarrable de ese tal Alonso. Esto fue lo impidió al designado y campechano honrar a Delibes. Efectivamente ir a Bahrein es un hecho trascendental.

En fin, finalizo hoy también con Benito Pérez Galdos y con ese episodio nacional titulado “España sin rey”. La verdad es que aún tengo la esperanza, cada vez más débil, de ver cumplido el sueño de que España recupere su libertad y su dignidad y se proclame algún día la tercera República.

Si, la verdad es que sería muy saludable una España sin rey.

lunes, marzo 15, 2010

NAPOLEÓN EN CHAMARTIN

 
Pues sigo con D. Benito y sus Episodios Nacionales, porque de episodio y, casi de trascendencia nacional, se puede calificar la eliminación del Real Madrid a pies del Olympique de Lyon la semana pasada. Todo un drama para el honor patrio comparable a la estancia del Emperador galo en Madrid.

En efecto ¡que tragedia! Nada menos que el fracaso de un proyecto en el que se han invertido tantos millones de euros, que ha generado tanta esperanza en muchos y que va a costar a las arcas del equipo la pérdida de varios millones por no seguir jugando en la copa de Europa llamada ahora “Champion League”.

Así se explican las caras compungidas de los futbolistas, desolados por no haber dado la satisfacción a la afición, a la que tanto quieren y respetan, de poder jugar la ansiada final que además este año se celebra en Chamartin.

Imagínese el madridismo que la final, por esas cosas del azar, la disputen el Olympique de Lyon y el Barcelona, algo que considero improbable pero, ciertamente no imposible. Eso sería aún peor que lo de Napoleón.

Pero, tras esta segunda edición de la desagradable presencia francesa en Chamartin, algunos compañeros y amigos madridistas de Pro, me comentaban muy críticos con los dirigentes de uno años a esta parte, que el problema que sufre este equipo no se arreglará hasta que se haga una buena política de cantera. Y, francamente, estoy de acuerdo con ellos.

Pero el inconveniente, y a esto ya no saben qué contestar, es que el madridismo en su gran mayoría vive del corto plazo y exige títulos y más títulos cada año y, esta actitud, es casi totalmente incompatible con fomentar la cantera de jugadores porque esto tarda mucho en fructificar y requiere grandes dosis de paciencia y asumir algunos riesgos.

Buena parte del problema es que el fútbol desgraciadamente he dejado de ser un juego, un deporte, para convertirse en un negocio a través de un espectáculo muchas veces deprimente en el que siempre se sabe quien van a resultar los ganadores y si existe alguna excepción es para confirmar la regla.

Claro, que pese a esa realidad, se podría hacer algo más sensato como efectuar un par de fichajes interesantes, procurar que rindan el máximo de tiempo posible y al mismo tiempo, fomentar la llegada al primer equipo de los jugadores procedentes de los filiales. Eso se ha hecho en otros conjuntos, como el odiado Barça y parece que da buen resultado. Pero, insisto, supone riesgos y paciencia.

En fin, un año más todos considerarán que, aunque se gane la liga, el proyecto de Florentino ha fracasado porque no ha logrado coronarse como el mejor equipo de Europa. Y digo yo que es posible que en realidad no lo sea. ¿No?