Siempre he sentido una profunda admiración por Francia, una país que ha dado muchas veces muestras de una formación cívica encomiable, evidentemente con errores, con fallos, con retrocesos y con injusticias. De esa nación surgió la que, en mi opinión, ha sido la revolución más importante de la historia moderna.
Pero, esa admiración, que aún conservo, no me hace caer en la ceguera total sobre lo que allí ocurre y me espanto ante lo que ha sucedido con un vídeo grabado por una cámara de seguridad de Carrefour, en el que aparentemente aparecían cinco presuntos etarras que, al final, han resultado ser unos bomberos catalanes, según ha informado la Generalitat de Catalunya y no los miembros del comando que mató un gendarme.
En los últimos años da la impresión de que Francia, país de acogida, de libertad, país cuyos gobierno tenían su propio criterio, está cambiando de bando y, en vez de ese esa Francia con cierto nivel de autonomía frente al dictado de Washington, heredada en buena medida desde los tiempos del “viejo general”, el Estado que abandonó la estructura militar de la OTAN, ahora se suma gustoso a la histeria colectiva por la seguridad, cueste lo que cueste, frente al terrorismo.
El hecho es, en sí mismo muy grave, y no puede saldarse como un error cualquiera y una disculpa. Se ha implicado a cinco personas absolutamente inocentes, en un delito importante como es el asesinato de un gendarme. Se han distribuido imágenes de cinco personas, se han enviado a España y se las ha acusado con muy escasas pruebas, que además parecen contradictorias.
¿Cómo puede ocurrir esto en un país avanzado? La respuesta no es fácil, desde luego, pero la responsabilidad está clara. Las fuerzas de seguridad francesas han actuado con negligencia, contagiadas por esa absurda creencia de que las cámaras de seguridad de un centro comercial son, o pueden ser, una prueba decisiva para reconocer a alguien.
Es evidente que si las cámaras recogen el momento de una agresión, como pasa en ocasiones, la carga de la prueba es casi irrefutable. Pero no es este el caso que aquí nos ocupa y me temo que se ha actuado con gran irresponsabilidad y ligereza.
Y llega la hora de exigir, y muy seriamente, responsabilidades a las autoridades galas y, éstas, deben ser pedidas por el gobierno de España y por la Generalitat catalana, ya que en este caso, se ha puesto en riesgo la identidad de unos ciudadanos de este estado, que ha podido tener muy graves resultados.
Y, más allá, de esas responsabilidades, debemos cuestionarnos muy seriamente los métodos de trabajo que utilizan las fuerzas de seguridad, evidentemente no sólo en Francia sino en todos los países que se consideran democráticos.
Estas son as consecuencias de la política de George Bush y su amigo Aznar que antepusieron la mal llamada seguridad colectiva a los derechos individuales de los ciudadanos. Algún día habrá que lamentar un error irreparable.
6 comentarios:
Parece de coña. ¿Cómo es posible? Está claro que el miedo puede con todo. En aras de unos terroristas desalmados, sean islámicos o etarras, la seguridad es la prioridad de todos los gobiernos. Y ante ella no se amilanan y conculcan derechos humanos y mantienen asustada a la población.
La exageración y el miedo puede hacer posible casos como éste, y no es el único. Por ejemplo, en Guantánamo, hay gente que no tiene ni un solo cargo imputado. Simplemente estar en un sitio o conocer a algún delincuente ha servido al Estado más poderoso del mundo para encarcelarlo por años.
En fin, un dislate. Y lo que es peor, a pesar de todo ahí está Bin Laden y ETA. Siempre dicen que más debil, pero sin conseguir erradicar estos movimientos terroristas.
Salud y República
Acabo de enterarme por ti de la noticia. Ayer vi el vídeo de la cámara de seguridad en el telediario, pero no sabía que había tan grandísimo error.
Pues en menudas pruebas se basan, sin otro tipo de estudios.
Andamos buenos...menos mal "que nos queda Portugal"
Tremendo error, como es posible que se equivoquen de esa manera, así estamos..
besos y abrazos de tú niña gallega.
Sara
El miedo pudiese ser una atenuante.Eso sí,el Gobierno debe pedir explicaciones al Gobierno francés por esta chapuza.
Saludos
La histeria del miedo y el control nos lleva a una pesadilla orwelliana.
¿Conocen los ficheros franceses sarkozyanos EVIDGE y CRISTINA?
¿Conocen la cantidad de cámaras que pueden filmarle a uno al día en una ciudad como Londres?
[...] Tenía un enlace de 2.006 de un chico español (C. Serrano) que vivía allí y publicó sobre el tema. Pero se ha roto. Creo recordar que eran de unos pocos cientos de cámaras que recogían tu imagen en la ciudad londinense al día. Una burrada.
Esto es de locos y llegados a este punto siempre recuerdo las palabras de uno de los Padres Fundadores de los U.S.A., Benjamin Franklin:
«
Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad
»
Éstas otras también me parecen muy pertinentes.
Las fuerzas de la Ley no pueden tomar atajos cómodos, negligentes ni escabrosos. Porque en lugar de con un problema, podemos acabar con dos.
Saludos,
Lo que ha pasado con estos ciudadanos es inadmisible por mucho que ZP diga que no se exagere. De la noche a la mañana han salido en todos los medios como terroristas y, como dice uno de ellos, ni siquiera como presuntos.
El miedo, la histeria por la seguridad, la obsesión por la vigilancia de hasta el último movimiento de cada uno de nosotros son los causantes de estos desastres.
¿Cómo podría haber acabado esto? ¿Y si por casualidad no paran a tiempo en un control? ¿Estarían ahora vivos?
Si, el bobalicón de ZP puede decir lo que quiera, pero esto es un hecho de gravedad extrema que tiene claras responsabilidades políticas y posiblemente penales.
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