sábado, abril 21, 2012

EUFEMISMOS, ESFUERZOS Y MENTIRAS





Siempre me ha desagradado profundamente el uso y abuso de los eufemismos. Me parece una falta de respeto absoluto a la inteligencia. Es como dar por sentado que los intercolutores son memos. ¿Por qué llamar régimen autoritario a una dictadura? ¿Por qué llamar ajustes y reformas a lo que son crímenes?



El gobierno del PP, tal y como era de esperar, no ha tardado ni cien días en demostrar su verdadero talante, su carácter servil con los mercados (al igual que el del ZP) y su falta absoluta de pudor a la hora de tomar una serie de medidas que, de facto, rebajan los derechos de los ciudadanos, empobrecen a la mayoría, no van a sacarnos de la recesión y van a generar una inestabilidad social que ya veremos en qué acaba.


En el consejo de ministros de ayer, además de la memez de reducir las importaciones de granos de Argentina ¡tiembla Cristina, Rajoy ataca! se decidió una de las mayores barbaridades de estos último años y, por supuesto, acompañada de los correspondientes eufemismos en boca de una mujer tan negligente que ni tan siquiera se enteró de que a su marido le regalaron un Jaguar.


Pues bien, esta "despistada", nos dice que el hecho de que los pensionistas tengan que pagar ahora las medicinas va a asegurar la sostenibilidad de “magnífico” sistema sanitario español, tan bueno que millones de personas de todo el mundo vienen a aprovecharse de él, si pagar ni un euro, evidentemente. Que no se trata de un recorte, sino de un esfuerzo que curiosamente, no les ha gustado tener que pedir. ¿Entonces? ¿No quedamos en que es para asegurar la viabilidad del sistema?

Así que de paso quitamos la tarjeta sanitaria a todo aquel que no esté legalizado y bien legalizado.


Reconoce la ignorante de sus asuntos domésticos que la medida que se ha tomado supondrá un mayor sacrificio para quienes más tienen porque,  a partir de unos ingresos anuales de cien mil euros (temblad ricos, Mato ataca), van a pagar nada menos que el 60 por ciento del valor de los medicamentes, y desde esa cifra hasta los 18.000 euros/año el 50 por ciento.


Es decir que, según parece y siguiendo la explicación de la iletrada ministra, quien tenga un ingreso anual de 18.500 euros al mes pagará exactamente lo mismo que quien tenga un ingreso de 99.500 euros. ¡Eso si es justicia y esfuerzo equitativo!


Por cierto, dicho sea de paso, si no hubiera tanto fraude fiscal, nadie tendría que pagar por las medicinas, ni con rentas altas ni con rentas bajas, sería un derechos universal acceder a ellas sin coste adicional.


Pero, además, me gustaría que la mamarracha que manda en Sanidad explicara cuántas personas que ganan cien mil euros o más al año, acuden al médico de cabecera del ambulatorio para pedir una receta. Me da la impresión de que a partir de cierto nivel salarial es mucho más frecuente disponer de una seguro privado y comprar las medicinas sin preocuparse del precio, salvo en los casos de mayor gravedad, en los que sistemáticamente se desvía a todo “bicho” viviente a la Seguridad Social.  Pero, evidentemente eso sólo es turismo ocaional.


Si alguien ha visto a Botín en el ambulatorio que le corresponda que informe de ello. O a Amancio Ortega, Florentino Pérez, Antonio Brufau, Cristiano Ronaldo, Julio Iglesias o un largo etc de cienmil euristas. En mi caso sólo he visto a trabajadores de nivel medio y medio bajo.


Así que entre tanta estupidez, tanta mentira y tanto eufemismo llegamos a la conclusión de que en realidad lo que ocurre es muy sencillo: el PP tiene y representa una serie de intereses incompatibles con los de la mayor parte de los ciudadanos quienes  se equivocaron totalmente al darle tal cantidad de votos como para tener mayoría absoluta.


Es verdad, y esto es lo único sensato que se dijo ayer, que en España el gasto farmacéutico es disparatado pero la solución a este problema no vendrá nunca por la vía del repago sacrificio o esfuerzo injusto, sino de la racionalización del uso y, sobre eso, lo único que se anunció es pedir a los laboratorio que los envases tengan las medicinas necesarias para el tratamiento. Increíble, pero cierto.