sábado, julio 10, 2010

SHEKINEH, UNA BUENA NOTICIA


Siempre es una estupenda noticia que se logre detener la ejecución de alguna persona porque, desgraciadamente, no es muy frecuente. Por eso me ha producido gran satisfacción que en Irán se haya parado - ya veremos que pasa al final- la lapidación de Sekineh Ashtianí, una mujer de 43 años, acusada de adulterio.

Los iraníes sufren desde hace muchos años una dictadura teocrática que supone no sólo una ofensa para todos los que optamos por vivir en sistemas de libertad individual y colectiva, sino incluso para todos los que son creyentes,  pero saben que hay que separar claramente lo que es la vida política de la vida religiosa. ¿Cómo puede ser delito un adulterio?


El caso de esta mujer es verdaderamente vergonzoso, ya que, ha sido condenada sólo por la capacidad que la sharía da los jueces de poder sentenciar sólo con su intuición, es decir sin necesidad de tener pruebas claras de la comisión de un delito, en manifiesta violación de las mínimas garantías procesales, aunque inssisto en el disparate que supone penar esa relación,  con o sin pruebas.


Afortunadamente Sekineh Ashtianí ha tenido la suerte de que su abogado, una vez agotadas todas las vías legales posibles, ha acudido a organizaciones internacionales como Amnisitia Internacional (AI) que se han movilizado y que, con su contundente presión,  han conseguido,  al menos por ahora,  forzar al gobierno de Teherán a cancelar la ejecución. Espero que sea de forma definitiva y sea libre pronto.


Pero, ¿qué pasa con todos los procesos en donde no hay esta posiblidad?  Según AI, Irán es el segundo país del mundo donde se producen más ejecuciones, después de China, lo que desde luego supone un verdadero récord si se tiene en cuenta la diferencia de población entre los dos estados.


Además, como señalé antes, no existen las garantías procesales, es frecuente la tortura en la más absoluta impunidad y el testimonio de los hobres es más válido que el de las mujeres, Y, aunque no se penaliza la homosexuaiudad, por ejemplo, se buscan miles de pretextos para liquidar a quienes lo son, con otras acusaciones.


Ciertamente habrá quien me diga, y con razón, que no sólo en Irán suceden estas cosas. Es verdad y, sin ir más lejos , en los Estados Unidos existe la pena de muerte en muchos estados y generalmente se aplica con mucho más rigor a los integrantes de las comunidades negra e hispana que a los anglosajones. Y hay muchos más ejemplos, por supuesto.


Pero, en mi opinión, en esos países, con ser absolutamente condenable esa situación, es diferente el problema porque no se trata, salvo algún caso en el África subsahariana,  de sistemas teocráticos en los que los clérigos de una determinada secta aplican la justicia divina a toda la sociedad de forma fanática por encima de los preceptos civiles.


Se podrá decir con certeza que los códigos penales de esos países (EE.UU y otros) son aberrantes y sus garantías procesales cuestionables pero, y esto es lo importante, se puede rectificar desde la sociedad civil y no depende de la voluntad interpretativa del ayatoláh de turno.


En todo caso, queda mucho por hacer y mucha barbaridad por evitar.

jueves, julio 08, 2010

AVANZAR METRO A METRO




Mucho se ha escrito y hablado en los últimos días sobre la huelga de los trabajadores del Metro de Madrid. Se han ocupado los diarios, con información abundante y editoriales, los blogueros, y ¡como no! los inefables tertulianos. La cuestión ha trascendido del ámbito de Madrid al nacional y, salvo excepciones, las opiniones han sido muy duras para los huelguistas.

Comentaba hace unos días en el blog de Inés Sabanés que una de las cuestiones que los trabajadores del metro han planteado rematadamente mal ha sido el capítulo informativo, de tal forma que han dejado en manos de sus adversarios y enemigos el monopolio de la misma, con las consecuencias de todos conocidas: huega salvaje, incumplimento ilegal de los mínimos. Colapso inadmisible de la ciudad etc.

La masa de tertulianos y diarios al servicio, nada disimulado, de la derecha española, han cargado las tintas sobre la huelga con toda clase de calificativos peyorativos y con insultos colectivos y personales.

Ha sido esta y no otra, la única información que les ha llegado a los ciudadanos, que se han visto afectados -sería necio negarlo- por un paro absoluto del que la mayor parte desconocen los motivos. Y este es el mejor caldo de cultivo para manipular y evitar el apoyo de la mayoría a esa movilización.

¿Cómo es posible que los empleados del metro no hayan dado a conocer con gran difusión los motivos que les han llevado a tomar una decisión tan drástica como es paralizar por completo el Metro de Madrid y, además, no cumplir los servicios mínimos?

La mayor parte de los ciudadanos no saben que la lideresa pretende bajar el sueldo de estos trabajadores el cinco por ciento, lo que es manifiestamente ilegal , porque no se trata de funcionarios sino simplemente de empleados de una empresa pública y, por tanto, ese tipo de medidas está sujeta a la negociación colectiva.

Ciertamente es difícil encontrar una explicación medianamente razonable, aunque desde luego es importante añadir que los medios están bastante inclinados a la derecha como para apoyar una reivindicación que va en contra la gran lideresa de la más extrema cavena hispana.

Porque, curiosamente, esos mismos medios y esos mismos tertulianos, han estado permanmentemente azuzando a los sindicatos para que declararan una huelga general contra ZP, incluso antes de que tromara las medidas anti sociales que llevado adelante. Pero lo que vale para el inepto y mentiroso ZP, no vale para la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Los sindicatos han dado una tregua y han normalizado los servicios para que las negociaciones para solucionar el conflicto se produzcan en unas condiciones de mínima normalidad.

Sin embargo, la lideresa, que sabe que en este asunto se juega mucho, ha optado por la línea más dura posible y no acepta negociar sin la renucnia de los sindicatros a la movilización en el futuro. Además siguen en marcha los expedientes sancionadores para centenares de empleados.

En estas condiciones es muy previsible que la situación se complique en los días venideros y de nuevo los paros sean necesarios.

Pero, de la situación pasada hay que extraer lecciones: hay que dar a conocer a la ciudadania todos y cada uno de los pormenores de la situación de los trabajadores del Metro de Madrid, que sepa qué pretende la lideresa y que es mucho lo que esta en juego para futuras negociaciones.

Como muy acertadamente dijo D. Ricardo, una huelga es un acto de fuerza de los trabajadores. Por eso, el resto de los que dependemos de un salario, no podemos quedarnos al margen de ella y hay que apoyar con los hechos a los empleados del Metro de Madrid, para avanzar metro a metro.