viernes, agosto 07, 2009

EN ESPAÑA HUELE A PODRIDO



El espectáculo denigrante que el Psoe y el PP están brindando en las últimas semanas a los ciudadanos no es más que la escenificación de un drama que se llama bipartidismo. Es la consecuencia lógica y perversa del asalto sistemático que durante años han hecho a las instituciones democráticas. Es la secuela nefasta de un pacto tácito parar repartirse el poder con exclusión del resto, una exclusión perfectamente planificada.

Los intercambios de insultos, de acusaciones de corrupción, de encabezar tramas de espionaje o escuchas telefónicas ilegales, de robar a manos llenas, de enriquecerse personalmente con el dinero de los contribuyentes, son el resultado irremisible de esa alternancia en el poder, excluyente y acaparadora que ambas organizaciones quieren perpetuar. Pero tienen mucho más de estrategia concertada que de interés en sanear la vida política.

Las Leires, los Pepiños, los Camps y las Cospedales no son más que la parte visible de todo un entramado de corrupción y de clientelismo que ahoga a la democracia en una pestilencia insoportable que ya hace que el ambiente sea irrespirable. Son éstos personajes las marionetas que sus jefes manejan convenientemente en el gran teatro de la mentira. Interpretan, actúan.

Casos hay cada día como para sonrojar a cualquiera. Y así, por ejemplo, resulta patético, que los medios de comunicación pueden saber con antelación cual será el veredicto de un tribunal, sobre determinado caso, antes de que se publique la sentencia o el auto judicial.


Basta con atender a la composición del mismo. Los jueces se dividen en conservadores y en progresistas, en buenos y malos, según la óptica con la que se mire.

Ni si quiera es la ideología del partido en cuestión la que determina esa circunstancia ya de por sí anómala, sino la fidelidad perruna, de quien tendría que ser garante de la justicia y que parece que siempre actúa de acuerdo con lo que puede ser un dictado de Génova o Ferraz.

No importa su trayectoria profesional, no importa su formación jurídica; la insania ha llegado a tal extremo que se puede dudar de su integridad y no pasa absolutamente nada.

Pasó con el caso Camps, pasó con la Ley del aborto y pasará con todo aquello que tenga que ser visto por quienes han sido nombrados, no por su valía profesional, sino por su lealtad al poder o al partido de turno. Hoy tienes tú la mayoría, mañana la tendré yo. El resto excluido.

Todo está ocupado por los gregarios de los dos grandes partidos, que son quienes nombran al Fiscal General, a los magistrados del Constitucional, al Consejo General del Poder Judicial, al Director de RTVE y a toda una serie de cargos cuya misión es servir al poder y no a los ciudadanos.


Y, así, se extiende toda una cohorte de fieles escuderos más interesados en servir a su patrón que a las instituciones que presiden a las que denigran con su comportamiento hasta el extremo de que la ciudadanía se instala en la desconfianza.

Y asistimos atónitos a como cada vez sale peor olor de la cloaca del Estado. Y, cada día, concejales de diversos ayuntamientos, asesores de todo tipo, responsables locales de los dos partidos, consejeros nombrados a dedo, etc., son detenidos y llevados ante la justicia, casi siempre en relación con tramas dinerarias: Palma, Santiago, Valencia, Madrid, el pocero, el bigotes, etc.

Concluyo: es hora de que la ciudadanía reaccione; es hora de arrojar a la basura tanta inmundicia y es hora de que aquellos que, sin considerarnos ni mucho menos perfectos si, al menos, aspiramos a que la honradez sea un principio básico de la gobernación de “res pública”, tomemos las medias necesarias.

Tenemos, para empezar, que dar la espalda a toda esta gente y exigir a los partidos excluidos que se unan en un frente común, aparcando provisionalmente sus diferencias, contra los que han envilecido hasta la nausea la vida política de este país, de forma que estos dos partidos no puedan seguir usurpando la soberanía a los ciudadanos. Sencillamente hay que sustituirlos haya donde sea factible.

Y no hacen falta liderazgos, ni protagonismos, ni personalismos, sino sólo un acuerdo básico para hacer imposible que los caciques de hoy sigan con su asalto a las instituciones. Se trata de enterrar ese monstruo que se llama bipartidismo. No hacerlo supone que esta sociedad acabará por no poder salir a la calle.

miércoles, agosto 05, 2009

14 ROSAS



Esta mañana, muy a primera hora, he tenido la oportunidad de leer el homenaje que RGAlamazán ha rendido a las 14 rosas, de las que trece, tal día como hoy hace 70 años, fueron asesinadas en Madrid por el régimen del 18 de julio. Le he enviado a mi querido compañero lo que creo que, en realidad, sólo se puede hacer: un abrazo solidario y la promesa de que nada ni nadie será jamás olvidado.

Pero, no quiero dejar pasar esta fecha, sin expresar mi tristeza y mi más absoluta repulsa por el hecho de que aún, este país, haya sido incapaz de cerrar definitivamente el capítulo correspondiente al franquismo. De que aún sea necesario recordar cada año a las víctimas del genocidio franquista.

Resulta inquietante que todavía existan ayuntamientos que se muestren renuentes a eliminar rótulos de calles, plazas y avenidas dedicadas a personajes implicados en la tortura de su propio pueblo. Resulta increíble que cueste tanto que la justicia y la dignidad se abran paso. Resulta indignante que las víctimas de la dictadura tengan que soportar el olvido oficial y, casi siempre, el desprecio ignominioso de quienes deberían, cuando menos, tener respeto a su memoria.

No conozco un solo precedente en la historia reciente en la que un régimen más o menos democrático no haya dignificado a las víctimas del horror: Rusia, Alemania, Italia, Japón, Camboya, Chile, Argentina, Uruguay, Polonia y otros muchos. Sólo la monarquía del 18 de julio es incapaz de condenar la barbarie.

Y este problema no quedará definidamente resuelto hasta que todos y cada uno de los recuerdos del genocidio estén absolutamente eliminados de nuestra vida cotidiana. Que todos aquellos actos que tuvieron que ver con ese régimen abyecto estén condenados definitivamente. Que todas aquellas personas que hayan estado vinculadas a ese régimen inmoral estén apartadas de la vida pública para siempre. No es venganza, es justicia.

Muchos hablan de limpiezas étnicas ajenas; yo hablo de limpieza memorística propia y me pregunto qué pasará cuando ya no queden personas que, como RGAlamzán, nos recuerden cada cinco de agosto que en esa fecha se asesinó a 13 personas por el simple hecho de que su existencia era molesta. Entonces podrá, sustentado en la desmemoria, podrá descansar tranquilo el régimen perpetuado por el dictador.

Por eso me pregunto si esas 13 mujeres asesinadas y Carmen, esa madre que nos ha dejado el incomparable legado de don kabileño, murieron para nada. Murieron para que hoy, sea un día más en la historia de España, para que dentro de algún tiempo nadie recuerde que durante 40 años hubo un régimen que se eterniza genéticamente gracias al pacto de silencio y a la cobardía de muchos que quieren borrar la historia.

Sabed Carmen y las trece asesinadas, que en vosotras se encarnan todas y cada una de las víctimas del franquismo. No dejaremos que el olvido sea vuestro destino.

Salud y república

domingo, agosto 02, 2009

LA GRAN OFENSIVA DE OTOÑO


La gran patronal está velando sus armas, lo mismo que hacen sus aliados del PP y los necios que, como el gobernador del Banco de España, tercian en una guerra que no es la suya, convirtiéndose en excelentes aliados de la derecha económica más rancia.

La CEOE se prepara para lanzar la gran ofensiva de otoño de la que espera lograr su propósito de arrasar con los derechos de los trabajadores, e imponer lo que cínicamente llama la flexibilización del mercado laboral.

Pero ¿por qué en ese momento? Hace unos días me referí a la debilidad del gobiernillo de ZP y reitero que ese es uno de los motivos. Pero hay más: en primer lugar porque tiene que actuar antes de que la recuperación económica se produzca y relaje la tensión, alivie las cifras del desempleo y permita al gobiernillo recuperar el resuello.

También porque se apoya en dos hechos que no se pueden negar: por un lado la enorme diferencia que hay entre el desempleo en España en relación con sus socios europeos

Y no menos importante es que la enorme legión de parados, de trabajadores sin cobertura social, y los que temen quedar el paro, son un ejercito angustiado capaz de creer que las recetas conservadoras pueden ser su tabla de salvación. Las elecciones europeas deben servir de aviso.

Puede tener la tentación, y lo que sería aún peor, sucumbir a ella de seguir apoyando al PP que de inmediato se aprestaría a flexibilizar el mercado laboral con el consiguiente perjuicio, posiblemente irreparable, que esto tendría a largo plazo. Hay que evitarlo.

Pero la CEOE no ataca como antes. Ahora, lejos de los mensajes zafios y burdos del pasado, que soliviantaban a los trabajadores, y conseguían el efecto contrato a lo que deseaban, la patronal ha modificado su discurso, lo mismo que hace el PP y se presentan como campeones de la justicia social, frente al egoísmo de los demás.

Ahora, el argumento es sutil, igualmente maligno, pero envuelto en papel de celofán. La patronal no deja de quejarse de que hay una gran diferencia entre los trabajadores que gozan de un contrato indefinido y los que están con contratos precarios. ¿Cómo es posible esta injusticia, cómo es que los sindicatos y las organizaciones de Izquierda, defienden esta barbaridad?

El cebo es lanzado hábilmente en jun caladero en que hay más de cuatro millones de personas que son campo abonado para ser engañados con ese discurso demagógico. Porque, la siguiente reflexión es que, como consecuencia de lo difícil que resulta prescindir de los empleados fijos, por las altas indemnizaciones que reciben, es imposible contratar a otras personas. Es decir hay rigidez en el mercado laboral que perjudica a muchos trabajadores desempleados. Y el Banco de España asume el papel de avalista de esa teoría.

Por eso proponen el contrato único, para que todos tengan los mismos derechos y todos gocen de las mismas oportunidades laborales. ¡Increíble! La patronal presentándose a sí misma como adalid de la justicia social.

Evidentemente, lo que no dicen es la trampa que esto esconde. Lo que se pretende es arrasar con los derechos de todos para que el despido sea, además de libre, que ya lo es, absolutamente gratis, sin coste alguno para el empresario, al margen del tiempo que ese empleado lleve trabajando o de la experiencia que aporte o de la preparación que tenga.

Cabría, en todo caso, preguntarse por qué durante todos los años que gobernó el PP, no se hizo esta maravillosa reforma laboral. Pues es muy sencillo, porque eran tiempos de bonanza económica en los que la resistencia a cualquier recorte de derechos hubiera sido mucho más difícil de llevar adelante: recordemos el famoso asunto del decretazo y como acabó.

Además la mayor parte del ciclo expansivo de la economía española se produjo en el sector inmobiliario, en la construcción residencial, que es donde más trabajo precario y a tiempo parcial existe. Las grandes constructoras no tienen casi empleados, ya que, subcontratan las obras. Son éstas las que llevan el peso de la obra. Y son éstas las que tienen trabajadores por lo general escasamente cualificados, a los que pueden despedir sin demasiado trabajo. De hecho los primeros afectados por la crisis fueron ellos, junto a los del sector servicios.

Pero ahora, con la crisis, es el momento de azuzar a los desempleados de forma que lleguen a tener la sensación de ser víctimas, no de la crisis, sino de los trabajadores con empleo fijo que son unos insolidarios, causantes de sus desgracias porque quieren conservar a toda costa sus privilegios.

Y es aquí donde las organizaciones de Izquierda tenemos que intervenir con acierto. Utilizar la ideología no sólo para explicar las causas de la crisis, sino para pasar de la teoría a la practica, de forma que podamos demostrar que esa ecuación es absolutamente falsa, que la eliminación de los “privilegios” que se pretende es una falacia encaminada a destruir los derechos de todos y que, restar a los contratados indefinidos no va a sumar a los demás. Al final la indefensión será para todos la misma.

Pero, para esto, también desde la Izquierda hay que analizar con rigor un hecho: es cierto que en España el paro dobla el de la UE y que, en efecto, los contratados parciales carecen de derechos en la mayor parte de sus trabajos. Sabemos que es lo que no hay que hacer, ahora toca llegar a saber lo que queremos y debemos hacer.