miércoles, agosto 05, 2009

14 ROSAS



Esta mañana, muy a primera hora, he tenido la oportunidad de leer el homenaje que RGAlamazán ha rendido a las 14 rosas, de las que trece, tal día como hoy hace 70 años, fueron asesinadas en Madrid por el régimen del 18 de julio. Le he enviado a mi querido compañero lo que creo que, en realidad, sólo se puede hacer: un abrazo solidario y la promesa de que nada ni nadie será jamás olvidado.

Pero, no quiero dejar pasar esta fecha, sin expresar mi tristeza y mi más absoluta repulsa por el hecho de que aún, este país, haya sido incapaz de cerrar definitivamente el capítulo correspondiente al franquismo. De que aún sea necesario recordar cada año a las víctimas del genocidio franquista.

Resulta inquietante que todavía existan ayuntamientos que se muestren renuentes a eliminar rótulos de calles, plazas y avenidas dedicadas a personajes implicados en la tortura de su propio pueblo. Resulta increíble que cueste tanto que la justicia y la dignidad se abran paso. Resulta indignante que las víctimas de la dictadura tengan que soportar el olvido oficial y, casi siempre, el desprecio ignominioso de quienes deberían, cuando menos, tener respeto a su memoria.

No conozco un solo precedente en la historia reciente en la que un régimen más o menos democrático no haya dignificado a las víctimas del horror: Rusia, Alemania, Italia, Japón, Camboya, Chile, Argentina, Uruguay, Polonia y otros muchos. Sólo la monarquía del 18 de julio es incapaz de condenar la barbarie.

Y este problema no quedará definidamente resuelto hasta que todos y cada uno de los recuerdos del genocidio estén absolutamente eliminados de nuestra vida cotidiana. Que todos aquellos actos que tuvieron que ver con ese régimen abyecto estén condenados definitivamente. Que todas aquellas personas que hayan estado vinculadas a ese régimen inmoral estén apartadas de la vida pública para siempre. No es venganza, es justicia.

Muchos hablan de limpiezas étnicas ajenas; yo hablo de limpieza memorística propia y me pregunto qué pasará cuando ya no queden personas que, como RGAlamzán, nos recuerden cada cinco de agosto que en esa fecha se asesinó a 13 personas por el simple hecho de que su existencia era molesta. Entonces podrá, sustentado en la desmemoria, podrá descansar tranquilo el régimen perpetuado por el dictador.

Por eso me pregunto si esas 13 mujeres asesinadas y Carmen, esa madre que nos ha dejado el incomparable legado de don kabileño, murieron para nada. Murieron para que hoy, sea un día más en la historia de España, para que dentro de algún tiempo nadie recuerde que durante 40 años hubo un régimen que se eterniza genéticamente gracias al pacto de silencio y a la cobardía de muchos que quieren borrar la historia.

Sabed Carmen y las trece asesinadas, que en vosotras se encarnan todas y cada una de las víctimas del franquismo. No dejaremos que el olvido sea vuestro destino.

Salud y república

6 comentarios:

Martine dijo...

Emocionado Homenaje el tuyo Txema para las 14 Rosas.. Carmen la Madre de nuestro entrañable Rafa, estuvo junto a las Trece... y seguro que estuvieron en su corazón y en su memoria, mientras vivió y asi se lo transmitió a Rafa su Hijo.. y así lo sentimos los que lo queremos..
Heroinas TODAS.. Las Catorce y todas las que sufrieron atrocidades sín nombre..

NUNCA MÁS! A por un reconocimiento y una Memoria Historica como tiene que ser..
Un abrazo, Txema.

RGAlmazán dijo...

D. Txema, le voy a contestar como lo haría mi (nuestro) amigo D. Ricardo --A sueldo de Moscú--, cuando se ve atrapado por la emoción y las lágrimas:
Es usted un mamón. Gracias.

Salud y República

Ciberculturalia dijo...

Ay Txema, ayer fue un día de profunda emoción y efectivamente el homenaje de D. Kabileño, como tu le llamas, nos llegó a todos a lo más profundo de nuestro corazón.
Tu entrada estupenda.
Un beso

Morgana dijo...

Txema, tampoco he comprendido nunda el porqué de tanta reticencia a la hora de hacer una España más digna.

Gracias por la entrada!

Anónimo dijo...

Un precioso homenaje, Txema. No hay que olvidar, pero sí hay que avanzar.

Jesús Herrera Peña dijo...

Txema, yo también opino lo mismo; lo mismo que tú y lo mismo que muchos (que me temo que en realidad seamos muy pocos).
Yo tengo una explicación para todo lo que dices que no comprendes.

■ Comprende que la dictadura de España fue una de las más largas del mundo.
■ Comprende que no tuvo un final tajante —como otras muchas dictaduras—, sino que su artífice murió tranquilito en su camita con las botas puestas de dictador y con todos los demás avíos intactos.
■ Comprende que aquí hay un partido que oficialmente se declaran los legítimos herederos de aquella dictadura, de sus pompas y de sus obras. Que ese partido, haga lo que haga, cuenta con la simpatía, el aplauso y el apoyo de diez millones de españoles.
■ Comprende que un trascurso de años tan largo (70 años) con esa parte de la población española amordazada, amenazada, encarcelada, fusilada, sojuzgada, postergada, aterrorizada, con la boca tapada, con las manos atadas........
(tanto, tanto, tantísimo tiempo ha pasado esa parte de la población derrotada y sus legítimos herederos) que ya no quedan reservas para empujar, para reivindicar, para exigir... (ni tampoco quedan ganas para recordar), que de una forma natural se ha quedado en la cuneta el espíritu de lucha por la justicia y se intenta taparlo con el perdón, con el olvido o, ¡qué sé yo!

Para establecer algún parecido con ese fenómeno, habría que referirnos a lo que hacen (o no hacen) todos esos vascos que no estando por la labor de trazar una alambrada de espinos entre Burgos y Álava, no rechistan, no se mueven, no dicen nada... (si les arrimas la "alcachofa" rehuyen y se alejan sin decir ni pío), por estar paralizados por el negro temor hacia unas pistolas apuntadas a las cabezas de todo aquel que no es vasco, vasco, vasco.

Para que comprendamos bien esto que intento razonar habría que aplicar como símil el efecto que hacen las vacunas en el organismo, cuando lo que se pretende es librarnos del ataque de los virus indeseables.

Saludos amables.