Durante el pasado fin de semana (19 y 20 de enero) la mayor parte de los medios audiovisuales nos han machacado con amplia información sobre el
temporal de frío y viento que “azota” a la mayor parte de la Península Ibérica. Es curioso que sea una noticia destacada que, en pleno invierno, nieve en España, especialmente en su parte centro-norte;
que pueblos se queden aislados y que sople con fuerza el viento en varias
Comunidades.
Parece,
a mí por lo menos, que lo normal es que en esta época del año en un país del
hemisferio norte estas situaciones se produzcan con cierta frecuencia. Lo
anormal sería que tuviéramos 25 grados de temperatura en La Coruña y se pudiese
estar en la playa la Concha tomando el sol tranquilamente . Eso si sería motivo para
abrir los telediarios sin duda alguna.
De la
misma forma, tampoco parece extraño que
en agosto haga mucho calor, se superen a veces los 40 grados y eso ocurra en
una buena parte de la Península en su parte centro-sur. Lo extraño, por el
contrario, sería que nevara en Cádiz o
estuvieran a 10 grados de máxima en Toledo.
Quiero
decir con esto que a veces, ignoro porqué motivo, se eleva a la categoría de
noticia cosas que son absolutamente normales. ¿Alguien daría como noticia que
por las mañanas se ordeñan las vacas o que se recoge la uva allá para el final
de verano? No parece muy probable, salvo como mera anécdota y cuando no se tiene nada mejor que contar.
Da la
impresión de que en muchas ocasiones se fuerzan las cosas que necesariamente sucederán para que se
conviertan en noticias de forma que se les preste una atención muy superior a
la que merecen. Y me refiero a los hechos en si mismos, no a sus posibles
efectos. Evidentemente si una nevada deja aislado a todo un país, el asunto
cobra otra dimensión, pero no es éste el caso.
Uno, que ya tiene sus añitos, recuerda cuando en su infancia y primera
juventud, el muy conocido "hombre del tiempo", Mariano Medina, salía con una especie de mapa de
isobaras de cartón para en poco más de
dos minutos explicar el tiempo que ya había hecho y una previsión de lo que
podía suceder al día siguiente y poco más.
Añadía don Mariano que en la red secundaria había varios puertos cerrados y que en la red
principal estaban cerradas las Portillas del Padornelo y la Canda (siempre
Galicia aislada), Pajares y el Escudo y se circulaba con cadenas en Orduña,
Etxegarate y en Sierra Nevada, donde, curiosamente algunos privilegiados
disfrutaban de la nieve.
Ahora nos cuentan con todo lujo de detalles lo que es una ciclogénesis que es algo que cada invierno se reproduce con cierta puntualidad en el mes de enero, cuando llega el frio siberiano y se une a la borrasca del atlántico. ¡Y que decir de aquel famoso anticiclón de las Azores, responsable de que no lloviera.
¿Por
qué llama la atención hoy que muchos ciudadanos de León o Cantabria queden
aislados por la nieve; es algo que sucede cada año por estas fechas. Es que acaso los de ahora no deberían quedar
en esa situación o es que los de antes no merecían tanta atención?
Está
bien informar, es muy lógico y conveniente alertar de posibles riesgos, pero no
convirtamos en excepcional las cosas que necesariamente sucederán y demos menor
importancia a las que no tendrían que suceder porque siempre puede haber algún malpensado
que crea que nos tratan de distraer de lo importante.