lunes, abril 11, 2011

EL JUICIO DEL SIGLO

Hay que ver la que se ha organizado con la juicio de Maria José Campanario, más conocida como “la campanario”, mujer del señor Jesulín de Ubrique, afamado torero que, a su vez fue pareja de la no menos celebrada Belén Esteban, la que, según dice, mata por su hija.



Es tal el tinglado mediático que se ha formando, que el juzgado donde se va a ver la causa contra la campanario por presunta estafa a la Seguridad Social, ha tenido que habilitar salas especiales con pantallas gigantes para que se pueda seguir el juicio sin pérdida del más mínimo detalle. Y cortar el acceso a la calle para que se puedan instalar cómodamente la unidades móviles.

Me imagino que tal alarde de poderío judicial será a costa del erario público, porque no creo que en los juzgados de Cádiz, tengan tal arsenal de pantallas, habilitaciones para conexiones de todo tipo y la parafernalia que se va a montar con este asunto.

Además, los grandes diarios ya han anticipado en sus ediciones noticias sobre el proceso, ya España se divide en dos bandos irreconciliables: los pro y los contra; ya los tertulianos afilan sus espadas y sus lenguas para hablar del juicio del ¿año, centuria, milenio? No sé, es difícil de catalogar tan magno acontecimiento.

Los partidos tiemblan porque se prevé que el juicio puede durar unos 18 días y eso supondría un golpe mortal para la campaña electoral. ¡Que mala suerte!

Ya me imagino a la ciudadana Campanario, como en su día le pasó a la no menos egregia Isabel Pantoja, con la ropa medio destrozada, protegida por los sufridos agentes de la benemérita o de la Policía Nacional y riadas de seres humanos vitoreandola como si fuera una Mariana Pineda resucitada o, por el contrario, arrastrando su nombre por el lodo como si de las peor de las delincuentes se tratase.

¿Y que dirá Belén Esteban de todo esto? Ah, amigos, averiguar eso ya es para nota pero, dadas las circunstancias, me temo que tendrá materia suficiente para hablar y hablar hasta que todos no hayamos enterado bien de su discurso.

En fin, como buenos patriotas, seguiremos atentos el desarrollo del proceso y, mucho antes de que el tribunal haya emitido su sentencia, ya habremos fijado nuestras posiciones, como mandan los cánones.






Y que dios reparta suerte...