Hoy, día festivo en muchas poblaciones españolas , la tragedia ha aparecido en su forma más terrible y ha segado la vida de una docena de personas, dejando mal heridas a otras muchas y, en todo caso, ha llevado la desolación a muchas más.
Desde este blog quiero manifestar mi más sentida condolencia y solidaridad con todos aquellos que se han visto afectados por el terrible accidente ocurrido en la noche de ayer en la estación de Platja de Castelldefels. Aunque en realidad concernidos y afectados debemos estar todos.
Es muy posible que el atropello se haya producido como consecuencia de la temeridad de quienes la han pagado con lo más preciado que hasta ese momento tenían: su vida. Pero, reconocer esto, no nos va a servir de consuelo ni a nosotros, ni a ellos, ni a los muchos testigos de ese accidente.
Quiero también hacer especial mención del maquinista del tren que atropelló a quienes cruzaban las vías. No tiene que ser nada fácil para él afrontar que lo que ha causado, con seguridad, sin culpa alguna. Es muy posible que durante mucho tiempo lleve consigo esa terrible responsabilidad. También mi solidaridad con él.
Y, evidentemente, hay que abrir una investigación que determine qué fue lo que sucedió exactamente en la estación. Hay que dejar claro si todo funcionó correctamente o si hubo algún tipo de negligencia que, de no darse, habría evitado este desastre.
Desde luego, no se trata de, a priori, culpar a nadie en absoluto. Todo apunta a que la impaciencia por llegar a la playa donde se encenderían minutos más tarde las fogatas de la noche de Sant Joan, propició que unas treinta personas, no cumplieran las normas de seguridad que establecen que en caso alguno se debe cruzar a través de las vías.
Pero también es verdad, y eso lo sabemos todos, que en muchas ocasiones los pasos peatonales para llegar de un anden a otro, están mal situados y las prisas por no perder un tren, pueden llevarnos a cometer una imprudencia grave. La mayor parte de las veces no pasa nada, o es, en el peor de los casos, una sola la víctima. Desgraciadamente ayer fue una masacre.
En este caso, y precisamente por la magnitud de la tragedia y porque se sabía, y de hecho se habían preparado medidas, que la estación de Platja de Castelldefels iba a sufrir una avalancha de personas durante la noche quizá se deberían haber extremado las medidas previstas. Pero esto es sólo una de las hipótesis posibles.
Esperemos con sosiego, sin adelantar juicios y sin aventurar responsabilidades, que la investigación siga su curso de la forma más rápida posible a fin de determinar cuanto antes que sucedió.
Entre tanto, manifestemos con respeto nuestro apoyo a los afectados de la forma que mejor podamos, y que tiene que estar necesariamente alejada por completo del enfrentamiento partidario y de la tentación electoralista.