miércoles, septiembre 16, 2009

LA RELIGIÓN NO PUEDE SER IMPUESTA



En poco más de 24 horas, dos amigos blogeros han mostrado sus quejas, absolutamente justificadas, por la falta de rigor y de firmeza del gobierno a la hora de hacer cumplir la Constitución y las leyes en lo que se refiere a la retirada de símbolos religiosos de los edificios de titularidad estatal (evidentemente me refiero a los que son retirables) y sobre la cuestión de la dichosa clase de religión católica.

En el primero de los casos, y me reitero en ello, opiné en Ciberculturalia, el uso de la prudencia a la hora de aplicar las leyes, a fin de que no se pueda interpretar por personas de buena fe, que el cumplimiento de las normas es una agresión innecesaria a sus creencias. Decía que es preferible la persuasión, la pedagogía, aunque ello suponga algún retraso en esa retirada.

Pero, en todo caso, los símbolos religiosos deben desaparecer de los centros públicos, donde ni tienen que estar, ni deben de suponer una discriminación , para asegurar la neutralidad activa del estado en esta materia.

En el Blog Kabila, se plantea hoy mismo la cuestión, mucho más preocupante, de la enseñanza de la religión en los colegios. Y digo más preocupante porque, esa asignatura, no se limita a una enseñanza de la historia del cristianismo, sino que pretende "formar" a los alumnos dentro del catolicismo romano.


La verdad es que en este asunto la jerarquía católica hispana, posiblemente la más retrógrada, junto a la polaca, del mundo, actúa con una prepotencia y una falta d escrúpulos y de tacto indignantes que, lo único que van a conseguir al final, es radicalizar a todo el mundo incluidos los que estamos por solucionar las cuestiones a base de acuerdos. ¡Ya está bien de pretender imponer a todos su religión!

Tiene que convencerse la Conferencia Episcopal (CEE) que España no tiene una religión oficial desde hace muchos años y que no existe la obligación de recibir de forma alguna la enseñanza religiosa en los colegios ni públicos ni concertados.


Evidentemente si existe la de garantizar ese derecho a quien quiera ejercerlo, pero hay se acaba todo. Por lo tanto, nadie puede ser obligado a estudiar religión, ni católica, ni cualquier otra.

Creo que en este asunto se está actuando con demasiada benevolencia y, quizá por eso, la CEE parece que confunde esta actitud conciliadora, basada posiblemente en la creencia de que en España pervive un fuerte sentimiento católico, vinculado muchas veces más al folclor popular que a la fe, con lo que considera estupidez e ignorancia de lo demás y hace uso y abuso de unos supuestos derechos y prerrogativas que sencillamente no posee. Pero no, ni somos estúpidos, ni estamos en la ignorancia.

Las palabras del Cardenal Rouco Varela van en este sentido insultante, cuando afirma que la clase de religión es “intocable”, porque manifiestan un desprecio absoluto por la opinión de los ciudadanos y un llamamiento a no cumplir la Constitución, porque esa clase es perfectamente prescindible. ¿Cree acaso que nos tragamos ese cuanto?

La Iglesia Católica no tiene, en absoluto, derecho a imponer nada a nadie, ni su ideario, ni su visión de la vida y de la muerte, ni su catecismo, ni sus ceremonias, ni sus colegios, ni su enseñanza, ni sus procesiones, ni sus festividades, ni sus sanciones morales, ni nada que tenga que ver con su confesión.

Puede, evidentemente, opinar sobre cualquier cuestión de forma libre, siempre y cuando entienda que su “magisterio” debe dirigirse a sus fieles y no al conjunto de la sociedad en lo que respecta a su confesión. Sus normas carecen por completo de validez para quienes no pertenecemos a esta secta, de la misma forma que no cumplimos el Ramadán, ni nos circuncidamos.

No puede, por tanto, tratar de convertir en ley, lo que sólo es una respetable norma moral para ellos. Será, sin duda, un pecado abortar, divorciarse o propiciar una muerte digna, pero no un delito. Me pueden excomulgar, pero no meter en el cárcel.

Otra cosa es que la mayoría seamos sensatos y prudentes y, muchas veces, hagamos la vista gorda ante determinadas situaciones a fin de no enturbiar las relaciones con una institución que, efectivamente, aún tiene un peso especifico importante.

Que concejales, alcaldes y cualquier otro cargo que represente de alguna forma al estado, asista a ceremonias de carácter religioso es sólo una señal de cortesía nada más y, ciertamente, no supone la aceptación de privilegios ni prerrogativas.

Pero que no se confundan sus jerarcas: esto es fruto de la buena voluntad de la mayoría y no viene dado en absoluto por el imperativo de una norma, ni de ley alguna, ni histórica, ni reciente.

Y, efectivamente, como apunta Felipe Medina, es muy posible que buena parte de estos espinosos y ya pestilentes problemas, se solucionaran con la supresión de los acuerdos, verdaderamente lesivos y onerosos, que para el Estado suponen sus pactos con la Iglesia.

Y, finalmente, digo esto desde el más absoluto respeto a los católicos españoles, entre los que tengo muy buenos amigos, pero que deben entender que la mayoría hemos optado por separar la religión del ámbito de lo público y reducirlo a lo estrictamente privado.


11 comentarios:

Ciberculturalia dijo...

Querido Txema, el tema aparece estos días con frecuencia aquí entre nosotros porque sinceramente da mucho de si.

Entiendo todo lo que dices y estando practicamente de acuerdo, difiero en un punto convencida de no tener quizás razón. No creo que este eterno conflicto entre la Iglesia y Estado se resuelva con persuación ni con pedagogía. A los hechos me remito. Más compresión que la mantenida por el actual gobierno, socialista y de izquierdas, ante las exigencias y demandas de la Conferencia Episcopal no creo que se puedan dar en el futuro. Ya ves para lo que sirve.

Me irrita la falta de firmeza por parte del Gobierno.

No es un problema de falta de respeto es simple y llanamente confudir los ámbitos en los que se debe desarrollar la práctica religiosa. Es solo en el ámbito privado donde tiene cabida.

No pedimos que los católicos, a los que solo faltaba que nosotros que si somos demócratas, no respetaramos, sean quemados en la plaza pública por la Inquisición, no. Tan solo pedimos que se respete la Constitución que insisto mantiene que ninguna confesión tendrá carácter estatal.

Qué pasa que después de tantos años esto no se ha conseguido...

No lo entiendo y me subleva.

Un beso fuerte y perdona el mitín.
Saliome mi genio.

Otro beso

Txema dijo...

Carmen estoy de acuerdo con lo que dices. Cuando hablo de padagogía me refiero a que es preferible ese procedimiento con los ciudadanos, evidentemente no con la jerarquía de la CEE. Me he explicado mal.

RGAlmazán dijo...

Amigo Txema, yo también difiero en un punto (se ve que es el post de la puntualización). En el que comentas que los concejales y alcalde que van a actos religiosos es sólo una señal de cortesía. Entiendo que los concejales y cualquier cargo público no puede ir, en calidad de tal, a ningún acto religioso. Sí que lo puede hacer, faltaría más, de forma privada. El Estado como tal debe ser aconfesional y no puede inclinarse por ninguna religión, debe estar al margen de los actos religiosos, porque también representa a gente que no es de esa religión. En todo caso sí que puede y debe mantener relaciones diplomáticas con el VAticano que es un Estado.

Salud y República

Txema dijo...

Pues estamos de acuerdo también amigo D. Kabileño. Precisamente porque, hasta ahora, es un acto de cortesía o de deferencia, se puede prescindir de él perfectamente, sin que nada suceda.

m.eugènia creus-piqué dijo...

Pienso que la religión no debería ser impuesta por nadie pero estamos en un país donde el gobierno no tiene los cataplines bien puestos para enfrentarse al coloso y poner los puntos sobre las ies, ZP siempre navega entre dos aguas y así estamos de bien, la iglesia católica hace y hará lo que le de la gana.Petonets.

Anabel Rodríguez dijo...

Pues mira, sin que sirva de precedente(ja,ja,ja), hoy no voy a ser la voz discrepante.
Con una matización, porque cre que mantener algunas celebraciones en el colegio como las funciones de Navidad y ese tipo de cosa... no hace daño a nadie y resulta divertido. Por lo demás y en lo que a mí se refiere, la clase de Religión es perfectamente prescindible, pero curiosamente sí está "impuesta" en colegios.
Me quedé a cuadros, cuando fui a inscribir a mis niñas al colegio (público) y me preguntaron si iban a dar religión. ¡Joder, si son parvulitas!, pues sí, al parecer algún padre hace unos años interesó que les dieran religión a los parvulitos... y cómo te plantean eso o hacer manualidades o lectura (no saben leer todavía, así que no sé qué lectura sería), dije sin convencimiento vamos a intentarlo. Todo será que el año que viene me plante y diga ahí os quedáis.
Por último mostrar mi respeto y afecto por todos esos católicos practicantes que mantienen lo mejor del catolicismo a flote; el amor al prójimo, se entiende.
Saludos

Morgana dijo...

No, la religión no puede ser impuesta. Si fuera historia de la religión o de las religiones, me parecería genial. Pero no es así.

También estoy de acuerdo con Carmen. Las leyes se cumplen porque se cumplen y ya está. Otra cosa es que en un colegio haya un fresco con imágenes de la biblia, eso ya sería arte. Pero los símbolos retirables, deberían ser retirados.

Saludos!

sara dijo...

Paso a saludarte y mandarte muchos, muchos besoss..

El artículo me ha encantado Txema.

besoss

Sara

Txema dijo...

Gèni, es verdad que este gobiernillo no se enfrenta a este problema con seriedad. Y no entiendo por qué.

Supongo que no consideran que es una cuestión relevante, o algo así. Pero deberían tener más firmeza.

Morgana, totalmente de acuerdo. Una clase de historia de las religiones estaría justificada. Además si fuera de historia comparada aún mejor.

Anabel, ¡por fin! estamos de acuerdo en algo, pero sin que sirva de precedente porque de lo contrario esto será un blog rollo y sólo con comentarios favorables.

Me parece que tomaste la decisión adecuada en el caso de tus niñas. Bueno, las manualidades podrían haber si una alternativa, pero...

Sarita, ya sé que has empezado el cole. Espero que tus nuevas aventuras sean tan interesantes como las de Violeta. Ya nos contarás qué cosas te ocurren.

Martine dijo...

" Que concejales, alcaldes y cualquier otro cargo que represente de alguna forma al estado, asista a ceremonias de carácter religioso es sólo una señal de cortesía nada más".. Pero si hablamos de Belloch ( con cristomóvil) , de Bono etc. Ya no es cortesia.. ¿Verdad, Txema ?

Excelente Post y bienvuelto.. disculpa mi tardanza...

Un beso...laíco .

Txema dijo...

Discupada por completo y gracias por el halago.

Pues, eso es lo que quiero decir. La historia se complica cuando la Iglesia confunde lo que es la asistencia protocolaria, basada quizá en una cuestión de "cortesía", con una especie de obligación por parte de los representantes del Estado.

Evidentemente, si por su parte (la del clero), no se tiene clara esta cuestión es mejor no hacer acto de presencia en absoluto.