domingo, enero 31, 2010

¿LIBERACIÓN?

Se rememora estos días la liberación del campo de concentración de Auschwitz. Creo, sin embargo, que la palabra liberación no es la más adecuada para definir la llegada del ejercito soviético y lo que allí descubrieron, al menos en el sentido que le solemos dar a al concepto liberar.

No querría que se entendiese lo que acabo de escribir como una simple aclaración lingüística, una especie de pedantería semántica. No, en absoluto. Lo que quiero transmitir es una reflexión sobre el verdadero sentido de Auschwitz en la historia de la humanidad, del que nadie se puede librar.

Ciertamente, las personas que superaron físicamente ese horror, fueron libertadas, algunas volvieron a sus casas, a sus pueblos y ciudades, pero esto no significa ser libre en absoluto.

Recuerdo ahora, el maravilloso libro (decidme cómo es un árbol) del poeta Marcos Ana, quien acaba de cumplir 90 años. Esta obra es, en mi opinión, la confirmación de lo que expongo. Marcos Ana, sin el más mínimo ápice de rencor, algo que algunos le han reprochado, no ha podido liberarse, ni siquiera desde el perdón, de su paso por las cárceles del franquismo.

Salvando las distancias, el caso, en cuanto a experiencia vital, viene a ser el mismo. La mayor parte de los sobrevivientes de los campos nazis no han logrado jamás superar (liberarse) del horror.

En segundo lugar está la cuestión cuantitativa: muchos comparan el régimen nazi con otros que han cometido iguales o peores genocidios. Sólo tienen en cuenta, cínicamente, su aspecto numérico y, guiados por su aversión por ejemplo al comunismo, frívolamente equiparan a Stalin con Hitler; Auschwitz con el GULAG..

Recurren, al igual que los nazis, a algo tan peligroso como es banalizar el mal, de forma que el horror del nazismo quedaría minimizado por el provocado por Stalin, Pol Pot o Mao.

Nada más lejos de mi ánimo que justificar a Stalin, pero la comparación con Hitler resulta inadmisible para quienes entendemos que el nazismo es la maldad en si misma, al margen de quienes sean los encargados de ejecutar sus siniestros planes.

Como asegura la profesora Anna Rubio Serrano, en su libro “los nazis y el mal”, éstos lograron lo que nadie había conseguido hasta entonces: borrar de los hombres la conciencia del mismo mal. Los verdugos no tenían el más mínimo problema en actuar como lo hacían porque se había eliminado el concepto del mismo mal y la distinción del bien. Por eso Auschwitz pudo suceder.

Es verdad que en nombre del comunismo se han causado males enormes, en del cristianismo y el Islam tantos o más. Pero, en caso alguno, y esta es la diferencia esencial, se trata de doctrinas que busquen deliberadamente el exterminio, la supremacía racial, la aniquilación entera de pueblos.

En su génesis, buscan liberar a la persona y crear una sociedad totalmente justa e igualitaria, algo que, sin ir más lejos, detestaban lo nazis. Aquí si es el factor personal el que influye en el resultado, de modo que Stalin, Pol Pot y Mao, son criminales “per se” y no necesitan apoyarse en teoría alguna, aunque ellos tengan que teorizar para justificar sus crímenes.

Por el contrario, no había la más mínima duda de lo que pretendía el nacional socialismo. Basta con leer el libro de Hitler (mi lucha) para concluir que todo lo que pasó estaba previsto y se sabía perfectamente quienes iban a ser la víctimas. Por tanto, los nazis, no tienen la necesidad añadida de distorsionar ni justificarse con teoría alguna.

Así pues, Auschwitz no es producto de la guerra, no es causa de la deslealtad o del “error” de alguien concreto que se “excedió”, no es una aberración casual en un momento de confusión, no es la actuación de un enfermo mental. Auschwitz es el resultado necesario y deliberado de toda una planificación y ejecución absolutamente perfectas.

Por eso, en estos días de rememoración, debemos estar muy atentos a lo que opinan, escriben, dicen y hacen aquellos que ahora, bajo el amparo de la Ley, lo mismo que hicieron los nazis, quieren volver a dar carta de naturaleza a todo aquel horror.

Hoy, quizás, no sea en un pequeño pueblo en la Polonia ocupada, pero puede ser en algún pueblo de la culta Catalunya o en la llanura madrileña.

7 comentarios:

Felipe Medina dijo...

Estoy muy de acuerdo contigo.El aniquilamiento en Auschwitz,Belzec,Treblinka...parte de un axioma ideológico cual es la aniquilación de la 'raza inferior'con el fin de la pureza germana

Todo está ideologizado desde el principio para después ser perpetrado.No es una pura y dura represión de gentes que se oponen al régimen.Conlleva más:el exterminio de unos seres humanos que consideran inferiores y que no tienen cabida en los valores supremos de la raza superior germana.

Sí,es la gran diferencia con la represión política de otros regímenes dictatoriales.

Subyace la idea de un hombre como ser inferior no apto para la pureza.

Es idelogía planificada para la destrucción y aniquilamiento.

Saludos

RGAlmazán dijo...

Pues sí, la clave es que los nazis consiguieron que su pueblo actuara pensando que no hacían el mal, a pesar de estar aniquilando a "otras razas" o a "seres inferiores".
Una aberración que no hay que olvidar y que debemos mantener presente. No valen las contemplaciones, el nazismo y el fascismo deben ser erradicados para evitar que pueda ocurrir otra vez.

Salud y República

sara dijo...

Txema, poco puedo decirte de este tema, ´conozco lo que pasaba en los campos de concentración de los nazis, pero no mucho más.

No nos podemos olvidar de todo lo ocurrido.

Muchos besos.

Sara

Ciberculturalia dijo...

Tu das la clave, Txema. En el régimen nazi lo que se consigue es una monstruosidad "borrar de los hombres la conciencia del mismo mal"
Esa es la terrible diferencia.
Las memorias de Marcos Ana: "Decidme como es un arbol" son una auténtica maravilla. Emoción, dignidad... Me entusiasmaron también a mí.
Un beso

mariajesusparadela dijo...

El aniquilamiento y el experimento: se usó a los seres humanos como si fueran cobayas.
Y, después de esa afiemación de mi horror ante lo hecho, sin paliativos ni disculpa, digo:
¿quién está aniquilando palestinos?¿quien les pone un muro para que no puedan acceder a los más elementales servicios? el que lucha con tanques contra tirachinas...y, tras el horror de haber sufrido tanto, el ser humano no ha aprendido nada.
Y los demás nos callamos.

-_- dijo...

Buen artículo.
He preparado un comentario, pero me ha quedado muy largo, así que lo enlazo aquí.

Cordialmente,

Txema dijo...

Felipe: tu artículo completa de forma idónea lo que he querido expresar. Gracias por comentar.

Exacto d. Rafa, la intolerancia absoluta debe ser la conducta a seguir con estos grupos nazis. No puede haber la más mínima concesión. Un abrazo.

Sara, el hecho de que digas que sabes lo que pasó ya es mucho más de lo que otros admiten, porque niegan lo espantosa realidad. Bicos

Carmen, te recomiendo vivamente el libro de Ana Rubio. Da muchas claves, alejadas de la propia política, sobre la destrucción del ser humano como tal.

Maria Jesús, seas muy bienvenida a este blog, donde creo que opinas por primera vez. Claro que lo que ocurre con los palestinos es absolutamente inaceptable y, por supuesto, la responsabilidad es, en buena medida, de los gobiernos de Israel.

Pero no creo que todos callen. Por ejemplo, muchos de los que aquí participan, como Felipe, Carmen o D. Rafa han escrito mucho y, casi siempre bien, a este respecto.

En mi caso, rechazo por completo las operaciones de castigo contra los palestinos, pero también el asesinato de israelíes en atentados suicidas. No es el camino para la paz. Un saludo cordial y espero leerte más a menudo.

El srM. gracias por su comentario y por los elogios a mi artículo. He leído el suyo y me parece de una gran profundidad, intenso y muy bien documentado, así da gusto debatir. Saludos