La Iglesia Católica, o al menos quienes se consideran universalmente su cúpula dirigente, pues como monarquía absoluta que es, no hay posibilidad de discutir su poder, ha reaccionado de una forma escandalosa y decepcionante ante la crisis que han originado los numerosos casos de pederastia que se han descubierto, y que han sido durante años, silenciados, ocultados y tolerados por quienes tenían la obligación de poner más cuidado en apacentar el rebaño.
No sé, si desde la perspectiva de los creyentes que pertenecen a esa secta, será peor el escándalo que puede producir en su fe la desvergüenza de esos sacerdotes que han cometido ese horrible pecado que es, y esto no debe olvidarse bajo circunstancia alguna, un delito castigado severamente en las leyes penales, o la actitud de la jerarquía que se ha limitado a decir que quien esté libre de pecado que lance la primera piedra. Pero personalmente me da igual.
Porque la cuestión esencial es que, lejos de reconocer los hechos y pedir perdón a todos los afectados; entregar a los tribunales ordinarios a quienes han delinquido y evitar, en la medida de lo posible, que algo tan terrible vuelva a suceder, lanzan con el viejo sistema del ventilador la porquería para que nos salpique a todos.
Grave, muy grave actitud viniendo de quienes tienen por costumbre ser inflexibles con las “flaquezas” de los demás, incluidas aquellas de sus ovejas que alguna vez hemos “caído” en el pecado. Y casos hay abundantes en la historia, desde la masacre de los cátaros, hasta las sanciones contra Hans Küng o Ernesto Cardenal, pasando por todos los seguidores de la teología de la liberación.
Pero, al margen de eso, hay, además, una segunda cuestión que no nos debe dejar indiferentes porque en ella se encuentra el meollo de la cuestión. Al señalar a todos con el dedo acusador, el catolicismo oficial lo que pretende es equiparar el concepto del pecado con el del delito, de forma que considera que con la expiación del pecado y el perdón de “su” iglesia al pecador, se produce automáticamente la redención de la pena que pudiera corresponder por el delito.
La cuestión es que la jerarquía Católica jamás ha aceptado su separación del Estado. Sencillamente cree que aún tiene la potestad de organizar la sociedad de acuerdo con sus cánones y con sus preceptos morales, sean estos referidos a materia económica, a moral sexual, a reproducción, a las relaciones laborales, o a cómo debe evolucionar la ciencia, porque hay que reconocer que tienen respuesta para casi todo.
De forma que, bajo esa perspectiva, correspondería a la iglesia decir lo que es bueno y lo que no y, aún más grave, señalar que es lo que se debe castigar de acuerdo con su doctrina o lo que debe ser objeto de punición de acuerdo con las leyes de los estados. En resumen volver a la Edad Media.
De forma que, haciendo salvedad de su especial gravedad, los casos de pederastia que se han descubierto no son más que la punta del iceberg de todo un entramado en el que se confunden los términos. La iglesia está formada por hombres sujetos, como todos los demás, a la ambición, al gusto por el dinero, al poder temporal, al sexo, a la violencia y a todo tipo de corrupciones.
Pero, precisamente porque está formada por hombres y mujeres de carne y hueso, es por lo que no pueden pretender escapar a la justicia secular y, de la misma forma que nosotros, incluso los que somos muy respetuosos con sus opiniones aunque nos parezcan disparatadas, no interferimos en cómo deben dirigir a sus ovejas, exigimos que ellos no eludan la acción de la justicia.
16 comentarios:
Pues sí, exijamos que, independiente de lo que les ocurra dentro de la Iglesia --que ellos resuelvan sus pecados--, se haga justicia civil con los curas pedófilos y los acusados de violaciones. ¡Ya está bien la broma! parece que esta gente no sólo tiene esa ayuda corporativista de su Iglesia sino que les asiste una inmunidad tremenda. Lo más que hacen es cambiarles de parroquia. ¡Tiene webos!
Salud y República
Así es D. Rafa. Durante años han gozado de una total impunidad. Incluso había una cárcel para ellos en Zamora.
Lo curioso es que sólo estaban allí los curas rojos. Esto no puede continuar así, incluso por el bien de la propia iglesia.
un saludo
La pedofilia es un delicto, está penalizado por la LEY, tienen que ser juzgados, tienen que cumplir condena, tienen que ser tratados como sería cualquier otra persona que cometiera el mismo delicto y sus encubridores también han cometido un delicto de encubrimiento y también tienen que ser castigados.
Bicos
Amigo Txema, siempre tuvo la jerarquía eclesiástica una forma muy peculiar de interpretar aquello de: "Dejad que los niños se acerquen a mí".
Por otro lado, ellos entiende de qué es pecado y el pecado se borra con la confesión. El pecado de pederastia se absolver en el confesionario, se aparta al pecador de la tentación y se le pone penitencia. A ver si nos vamos percatando de cómo funcionan estos sujetos, que pretenden imponer su moral a las leyes, pero no aceptan las leyes a su moral. Su reino es independiente y no se someten a las leyes terrenales del pueblo que democráticamente las realiza.
¿Qué se cree ese pueblo analfabeto, sin la iluminación del Espíritu Santa, que es quien otorga la luz y la verdad? Todos los gobiernos deberían someterse a los criterios de la infalibilidad papal, ese papa infalible que oculta y escamotea el delincuente a la justicia.
Esto, amigo, Txema es, como dicen en mi pueblo: “para mear y no echar ni gota”.
Un abrazo
Buen escrito, Sr. Txema. He visto que lo que me pasaba por la cabeza ya lo ha escrito muy bien en su comentario el Sr. Antonio. Añadiría solamente algo que creo que perjudicará a la I.C.A.R. de este asunto y lo expresaré con sus propias palabras. Creo que yerran en la no observancia del "la verdad os hará libres".
Un cordial saludo,
Estupenda entrada que comparto en su totalidad desde mi postura de gran distancia con esa Iglesia que me es ajena y de la que solo veo su inmenso poder, su gran ambición y su profunda hipocresía.
Han sido nefastos y siguen siéndolo.
Un beso
Txema,la cuestión es fácil de dilucidar.La justicia debe y debió perseguir a los autores de los delitos y a los encubridores
Aquellos que los ocultaron y han sido descubiertos( y si no ha prescrito) deben estar sentados delante de los tribunales de justicia.
Un saludo
Bravo por la denuncia!!!! Es increíble la irresponsabilidad ante tales hechos. Merecen cárcel.
Un placer leerte.
Como no podía ser de otra forma, estoy totalmente de acuerdo. No solamente eso: lo cuentas muy bien. Este caso me produce una irritación difícil de explicar, me iba indignando a medida que te iba leyendo. Porque son ellos, justamente ellos, con sus miserias, sus pecados, sus trampas, quienes prohiben a los demás, quienes juzgan, quienes dictan leyes. Mientras que ellos se escapan como conejos de las leyes de la sociedad. En fin, no sigo porque ya ves...
la culpa es de las madres que visten a los monaguilos como vigilantes de la playa y claro... pasa lo que pasa
Con la iglesia hemos topado querido Txema, ellos siempre hacen lo mejor en cada momento y el que estas equivocado eres tu. Petonets.
La verdad es una vergüenza que no se acepten estos casos y que hagan "la vista gorda" de ésto.
Muy buen post.
Hans Küng, en su trabajo "Libertad conquistada", desenmascara claramente el acomodo del Vaticano,preocupado únicamente por tutelar la libertad de sus miembros y de los ciudadanos que les siguen.
Saluds
Gracias a todos por comentar. Evidentemente la jerarquís católica ha dado un espectáculo escasamente digno con otoda esta historia.
Lo que nunca pensaron los pastores es que las ovejas se cansaron de serlo: obedecer siempre, no cuestionar nunca, comulgar con ruedas de molino, producir corderos y lana...AHORA NOS LLAMAN CABRAS (nosotros a ellos cabrones)
Cierto Maria Jesús. Las ovejas han crecido y ya no se dejan llevar al matadero tan fácilmente.
saludos
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