“Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os lo aseguro, el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Mc. 10, 14-15)
Estoy absolutamente convencido de que esas palabras que Marcos le atribuye el nazareno, sólo quieren decir que lo que dicen; no hay una segunda interpretación, no hay detrás un fin malévolo. Son, en definitiva, el reflejo de una actitud positiva hacia la infancia.
Justo la actitud contraria a la que algunas personas vinculadas a la iglesia Católica, y supongo a que a otras confesiones igualmente, hacen, han hecho y, desgraciadamente van a hacer, si nadie lo impide, con los niños que se acercan a ellas.
Ha causado una auténtica escandalera el hecho de que el máximo responsable del catolicismo mundial, el Papa Ratzinger, haya dicho que quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra.
Bien, parece lógico pensar que el Sumo Pontífice se refriere justamente a eso, al nefando pecado que supone agredir sexualmente a un niño. Y estamos de acuerdo, posiblemente todos, en que sólo desde la perspectiva pecaminosa nadie estaría libre de sufrir el correspondiente castigo divino.
Lo que olvida el vicario de Cristo es que, desgraciadamente para él, además de la justicia divina, que ya veremos lo que decide en ese macro juicio final, donde se les va a acumular el trabajo a los magistrados de la corte celestial, es que hay una justicia humana, demasiado humana ciertamente porque no se ocupa de pecados pero si que entiende, debe entender de estos casos.
Porque no se trata sólo de pecados contra el orden sexual, como les gusta decir a los curas, no es una caída en la concupiscencia o en la lujuria, sino que estamos ante delitos tipificados en la mayor parte, por no decir todos, los códigos penales del mundo.
Por lo tanto, a la espera de que el buen Dios haga recaer todo el peso de su ira sobre los pecadores, nos tendremos que conformar, y para muchos de nosotros es más que suficiente, con que la justicia de los tribunales ordinarios aplique todo el peso de la Ley sobre los delincuentes y deje el tema de sus pecados para más adelante y otras instancias.
No seremos tan duros de corazón como para no ser caritativos con los pecadores, y, algunos, elevarán preces por la salvación de su almas, si es que ello es ya posible, aunque si seremos inflexibles con el cumplimento de las penas que les correspondan tras el correspondiente juicio.
Y también seremos inexorables a la hora de que, la dos veces milenaria institución vaticana, entregue sin más dilación a la justicia imperfecta, pero cercana del hombre, a quienes hayan delinquido.
No se puede esconder bajo las sotanas a delincuentes tan repugnantes, no vale decir que se les aparta de la actividad eclesial y en paz, no vale echar tierra sobre estos asuntos.
Si la iglesia quiere servir de asilo y acogida a los perseguidos por la justicia y, entiéndase bien, por pedir justicia donde no la hay, por pedir libertad donde esta cercenada, por pedir pan donde solo te dan piedras estaremos con esa iglesia. Hemos estado siempre.
Pero jamás con la que admite la pena de muerte en “determinados casos” y condena sin más un aborto, no con la que abomina de las uniones homosexuales y justifica la pedofilia o efebo filia o como quieran llamar a ese delito. A esa, le lanzaré mi primera piedra.
10 comentarios:
Qué perdón de pecadores?
Sólo merecen,así de claro,pasar su vida entre rejas.
Lo más hermoso de la vida,los niños,mancillados por estos hijos de...
Desprecio,asco y prisión
Un saludo
Exacto, por eso hablo de que "el perdón" no nos sirve, o no nos basta.
Tienen que ser somentidos a la justicia de los hombres y ya les llegará el turno de la divina. Está claro que debe ser así.
Lánzala ya, no te cortes. A mí lo del pecado, me la..., pues eso que no quiero ser grosero, pero me pregunto aparte del hecho de haber pagado multas multimillonarios, ¿cuántos de los cientos de curas o sacerdotes que han abusado de niños están en la cárcel?
No tengo noticias de tal hecho, a lo mejor es que como son curas les vale sólo con confesarse.
La justicia debería actuar ante uno de los delitos más graves que se pueden comenter.
Salud y República
Y lo que no sabemos querido Txema, habrá más de uno y de dos escondidos por ahí tras su sotana celebrano misa y perdonando los pecados ajenos, haciendose el santo varón mientras por detras cometen los crímenes peores que uno pueda imaginar, pero a ellos no les debe preocupar demasiado, despues de cada niño se confiesan y vuelta de nuevo a empezar.Petons.
Rafa y Géni lo habéis entendio bien. El asunto es que son los tribunales de la tierra lo que debe juszgar a los hombres por sus actos.
Es posible que mi referencia al pecado haya quedado algo confusa. Lo que quería decir es que son dos temas que no tienen relación.
Gracias por comentar amigos madrugadores.
¡Hola Txema!
Esto ya no hay por donde cogerlo, y por si fuese poco se atreven a hacer anuncios en contra del aborto, estos violadores de pacotilla, enfermos mentales, estos servidores del MAL, ASESINOS DE LA INOCENCIA Y DESTRUCTORES DE VIDAS.
Ayer estuve viendo un video aquí:
http://www.gratisdocumentales.com/?tag=bbc
Si no lo viste merece la pena.
Bicos
Y yo también lanzo mi piedra y les escupo en la cara.
Se puede decir más alto, pero no más claro!
Saludos Txema!
Es un problema muy serio y, a medida que pasan los días, nos enteramos de que hay pederastas ocultos en donde menos se espera.
Lo mejor sería apartarlos de la sociedad, hasta que se recuperen o se reinserten, pero eso lo tienen que determinar los médicos y los jueces.
A nosotros nos corresponde pedir justicia y quede el perdón de los pecados para otros.
gracias a todos y todas por vuestros comentarios.
Exacto, como lo dije hoy en mi blog. ES un delito. El criminal ejerce coaxión, sometimiento y humillación en la víctima. Los Connivientes, aquellos que apañan estas conductas delictivas son igual o más culpables.
Saludos
PD. Feliz Pascua
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