El 22 de enero de 1934 se estrenó en Leningrado la ópera de Dimitri Shostakovich “Lady McBeth de Mtsenk". Tuvo tal éxito que el propio Stalin quiso saber de qué iba la cosa.
Así que, el entonces gran custodio de la ortodoxia comunista, se presentó en una de las representaciones para poder comprobar por sí mismo a qué se debía semejante triunfo. Pero, en mitad de la representación, Don José, se levantó y se fue. A alguno le empezaron a temblar las piernas.
Y, efectivamente había motivo, porque, al día siguiente, en un extenso artículo del diario “Pravda”, que muchos atribuyeron al propio camarada Stalin, se hacía una crítica mordaz y terrible de la obra de Shostakovich, acusándola, entre otras cosas, de formalismo burgués.
Las consecuencias de tal diatriba no se hicieron esperar, y la obra fue retirada del teatro y, consiguientemente, prohibida. Sólo, después de que para desgracia del comunismo internacional, en marzo de 1953, don José estirara la pata, pudo reponerse una versión de la obra, aunque algo suavizada por el propio Shostakovich.
Además, desde que la ópera se eliminó por su “formalismo burgués”, el pobre Dimitri, que era uno de los compositores más prometedores de la URSS, cayó en desgracia y, aunque no llegó a sufrir todos los rigores de los que era capaz el estalinismo, si padeció una marginación importante que le condujo a una severa depresión.
Sin embargo, lo importante de esta historia es comprobar que Stalin veló siempre por la salud política del proletariado soviético y que, gracias a su permanente celo, evitó cualquier desviación ideológica y el aburguesamiento del pueblo, del arte y de la cultura soviéticas. ¡Que maravilla!
Pues bien, cuando ya estábamos muchos de los que nos consideramos de izquierda, e incluso herederos del comunismo, apenadísimos y contritos en la creencia de que no tenemos hoy un faro equivalente a Stalin, que nos guíe con mano sabia, aunque a veces dura, para hacernos ver nuestros errores y, si es necesario, levantar confesión pública de los mismos, y someternos al merecido castigo, he salido de mi desolación tras leer en un diario que sí hay alguien que se desvela por nosotros.
Si señor, ¡el camarada Hugo Chávez! Este revolucionario irredento y tantas veces vilipendiado, acaba de emular a Stalin y ha declarado que el golf es un deporte burgués y, consecuentemente con esa declaración de tan alto significado intelectual, ha comenzado a cerrar los campos donde se practica ese deporte verdaderos centros, además, de conspiración de la burguesía venezolana.
Afortunadamente yo todavía no había caído en el error fatal de jugar al golf, en primer lugar porque sencillamente no me gusta en absoluto, y en segundo porque requiere un tiempo del que difícilmente dispongo. Por lo tanto, no me siento preocupado por mi mismo ni por alguna desviación ideológica.
También coincido, en términos generales, con quienes señalan que el golf requiere un consumo de agua que, en algunas zonas, resulta escandaloso y atenta contra el uso razonable de tan preciado líquido. Pero siempre he entendido yo, ignorante burgués, que esta práctica está vinculada más bien a intereses especulativos y no a veleidades aburguesantes, como el camarada vigilante ha dicho. Se ve que estoy equivocado.
Espero que el camarada Chávez no ceje en su desvelo y en el futuro nos diga, además de que deporte es peligroso para nuestra conciencia proletaria, que libros, qué música, que arquitectura o que pintura no debemos ni siquiera en la intimidad leer, escuchar o admirar, para no infectarnos del virus de la burguesía.
Y, si a mano viene, podemos hacer como los de partido nazi y organizar piras públicas de libros, quemar tiendas donde vendan arte degenerado o incluso derribar, como hicieron los talibanes las estatuas de Buda porque, más que arte eran un atentado contra el Islam. Yo, por mi parte, prometo reeducar a mis compañeros golfistas, muchos de ellos izquierdistas, pero seducidos ya por el malsano deporte
A partir de hoy, dormiré tranquilo porque sé que el camarada Chávez piensa por mí.
8 comentarios:
Un post fantástico Txema, como comprenderas no estoy nada de acuerdo con lo que hizo el primero ni el segundo, estamos topando con personas dogmáticas ? Yo diría que si, me asustan en gran manera porque no ven o no quieren ver más allá de un burro.Petonets i que dinis a gust amb la teva amiga.
Curiosa historia, Txema. Lamento bajarte de la nube, pero dudo que Chávez piense por tí.
Excelente ironía Txema... Nada que añadir a tu muestra de lo que, hablando de, el dogmatismo acomplejado puede dar lugar...
Si no me equivoco, hay una palabra en Economía que hace referencia a una acción de la que se derivan consecuencias opuestas a las que se buscaban con ella.... Poco más que añadir...
Esperemos que personajes así caigan lo antes posible por su propio peso.. y que sobre todo no tengan un digno sustituto que 'buenos' los haga....
Saludos.
La cultura.. tan vilipendiada.. Y tan necesaria para que los hombres sean libres..
Este calor no me da para más Txema, mira que lo siento..
Un beso..
¿La comida, bien? ;-)
Hola, siento no haber contestado antes pero he estado casi dos días fuera.
Ante todo gracias por vuestras opiniones con las que coincido en su casi totalidad.
Pero me da la impresión de que en general lo que pase con Chávez importa muy poco.
Luego nos llevaremos las manos a la cabeza, cuando posiblemente sea tarde.
Un saludo.
Y pronto se dirá a sí mismo elegido de los dioses y se convertirá en la única voz capacitada para darnos su mansaje. En fin... practiquemos golf, escuchemos música, que no sabemos cuanto nos queda.
Muacccc
PD. ¿Sabes donde podrían darme clases burguesas de golf?
Pues Anabel no sé si en Extremadura hay cerca de donde vives algún centro de enseñanza pero si tienes mucho interés me entero rápidamente.
besos.
Muy buen post. Mucha ironía. A veces creo que me repito pero "en Cuba"(jejejje)...la cultura se vio y se ve afectada por cosas como esas. No se si has visto Fresa y Chocolate. Pues su director Tomás Gutierrez Alea(Titón) al año siguiente hizo La guantanamera. esta película tartaba de como se transportaba un cadaver de un extremo a otro del país para su sepultura. Era una crítica dura y de todas formas suavizaba muuucho la realidad.
Bueno en un discurso Fidel dijo algo como eso, guantanamera, no la he visto pero es una película contrarevolucionaria. De más está decir que más nunca se habló de ella.
Así hay varias: Suite Habana y la misma Habana Blues se pasaban de mano en mano por debajo de la mesa.
Los libros también los recogían de librerías y bibliotecas en cuanto un autor emigraba.
Nos quedamos sin decir: Señor, señora, señorita porque eran saludos burgueses y pasamos al compañero y de ahí a: tío, tía(no como en españa sino como que no eres joven pero no eres viejo), asere, mayor. Ese último fastidia mucho a mi padre que siempre dice que el no es militar...
Así las cosas.
Un abrazo!
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