domingo, enero 16, 2011

¿REQUIEM POR EL SINDICALISMO DE CLASE ESPAÑOL?

Sería absurdo negar el que el sindicalismo español representado fundamentalmente por dos organizaciones históricas, como UGT y CCOO, está en una profunda y seria crisis de credibilidad. Su errática actitud desde que se inició la crisis, su falta preocupante de respuestas contundentes a ésta,  y la percepción por la mayor parte de muchos trabajadores de cierta connivencia con el gobiernillo de ZP, han hecho caer su prestigio e influencia a un nivel mínimo.

Pero, sería igualmente absurdo, achacar este problema sólo a la crisis. La cuestión sindical se arrastra desde hace muchos años, pero ahora,  por unas circunstancias verdaderamente terribles, se ha manifestado de la forma más dura posible.

Lo más dramático es que,  mientras los mercados se han organizado perfectamente, han presionado a los gobiernos, han manipulado las informaciones y las realidades, han especulado con la economía y han doblado voluntades pretendidamente soberanas,  las fuerzas sindicales han estado muy por debajo de lo que cabría esperar de ellas.

Y la cuestión, no es sólo si ambas centrales han acertado en la convocatoria, tardía, de una huelga general, o si el anuncio de que en enero no habrá otra huelga de ese tipo es conveniente o no.  Este es un hecho puntual sobre el que se puede debatir. Ciertamente son aspectos relevantes pero, con todo, son nada más la manifestación pública de un problema mucho más de fondo; una cuestión de estrategia y de ideología.

Lo cierto es que el sindicalismo español es muy débil, por falta de militancia, y está maniatado por su inmersión excesiva en el sistema que, curiosamente, es el que lo financia. Los sindicatos dependen de los presupuestos del Estado y, por tanto, jamás actuarán contra un sistema que les mantiene.

De ahí que hayan hecho de la negociación con el gobierno de turno todo el eje de su política. Y no siempre el pacto es la mejor solución.

Por eso los trabajadores nos preguntamos ahora qué es lo que hay que negociar en las condiciones actuales. Con una gobierno que ha tomado una serie de medidas absolutamente contrarias a los intereses de la mayoría hay muy poco que negociar y si mucho que presionar.

Si la oferta de acuerdo, por ejemplo,  es rebajar la dureza de la reforma laboral en algunos aspectos, a cambio de ampliar la edad de jubilación y presentar esto como resultado de una negociación, la respuesta debe ser que eso es un simple intercambio de cromos para salvar la cara,  y no aceptar semejante tomadura de pelo como un éxito.

Evidentemente, la dependencia sindical del sistema, es una cuestión directamente proporcional a la importancia de cada central y,  no recibe lo mismo UGT que USO o CNT,  por poner algunos ejemplos. Por eso el sindicalismo de clase está hoy más cerca de estas organizaciones pequeñas que de las dos mayoritarias.

Pero con ser esto muy grave, no lo es menos el anquilosamiento de UGT y CCOO en los últimos años, en los que se han dedicado casi con exclusividad a la gestión y negociación de convenios colectivos, y en la mayor parte de los casos en sus aspectos meramente salariales. Hay excepciones, pero son precisamente las que confirman la regla.

La consecuencia de esta actitud es que buena parte de los trabajadores han llegado a la conclusión, absolutamente equivocada y con unos resultados catastróficos, de que las centrales sólo sirven para eso y se han desentendido de ellas. La afiliación es mínima y la militancia activa aún más.

Precisamente por esto, es por lo que no se ha producido la necesaria renovación en la cúpula dirigente sindical. Este cambio de personas, de líderes, de actitudes es hoy más precisa si cabe, porque los que están, llevan demasiado tiempo, están aletargados, nos son capaces de ver que la sociedad ha cambiado y además, en ocasiones, aunque esa crítica es muchas veces injusta, algunos han caído en un serio desprestigio personal que perjudica a todos los demás.

Los sindicatos han confundido ser responsables, no crear un gran conflicto social innecesario, con ser ineficaces, no actuar nada más que cuando la situación se ha hecho verdaderamente insostenible y cuando el país supera los cuatro millones de desempleados.

El sindicalismo español de clase necesita una revolución interna intensa; total, tiene que arrasar las viejas estructuras que no sirven, acercarse a todos los trabajadores, hacer un llamamiento a la ciudadanía para que presione con firmeza ante la ofensiva del gobiernillo representante de los mercados.

De lo contrario nos veremos entonando un réquiem por los sindicatos y, después, por nosotros mismos.

29 comentarios:

felicitat dijo...

Has hecho una gran exposición de los hechos, noeraaixó!!, esto es precisamente en lo que estoy muy de acuerdo contigo. Genial!

Felipe Medina dijo...

Es claro que es así.Sin embargo,en su defensa también debemos decir que cuando convocan manisfestaciones o huelgas la ciudadanía le suele dar la espalda.

Yo me planteo que el sindicalismo de clase hace tiempo que dejó de existir:justo con la salida de Marcelino Camacho y la depuración de Salce Elvira y Agustín Moreno por Gutiérrez.

Sin embargo,los necesitamos porque ellos son los únicos que pueden y deben movilizar a esta sociedad resignada y amedrentada.

Digamosles lo que hacen mal pero, a continuación ,los debemos apoyar como eje vertebrador de nuestra sociedad.

Saludos

Dilaida dijo...

Estoy de acuerdo totalmente con Felipe.
Bicos

Txema dijo...

Felicitat, gracias por tu comentario.

Felipe y Dilaida, claro que hay que apoyar la existencia del sindicalismo de clase.

Pero eso no es dar un cheque en blanco a UGT y COO. Deben de cambiar muchas cosas y receuperar la iniciativa.

En ese camino se volveran a encontrarse con muchos que lo han dejado decepcionados.

Para ello que cuenten con todo nuestro apoyo.

saludos

Ciberculturalia dijo...

Creo que lo tienen muy complicado porque como señalas si es, y a mi me parece que es lo que está siendo, un simple intercambio de cromos entre sindicatos y gobierno, la opiniónde muchos ciudadanos será durísima para con los sindicatos.
Comprendo la dificultad pero para nadie es fácil. Para el que menos lo es es para ese ciudadano que ve como le van "robando" un poco más cada día sus derechos que con tanta dificultad ha ido adquiriendo a lo largo de su vida laboral.
En fin, todo un embite para los sindicatos. No soy optimista en este sentido
Besos

Txema dijo...

Carmen no soy optimista tampoco pero, en todo caso, debemos pedir a los sindicatos coherencia, sensatez y decencia.

No estoy para nada en contra del sindicalismo, todo lo contrario, pero si me opongo a la política de tragar con todo en nombre de la responsabilidad social. Una que otros no tienen.

saludos

mariajesusparadela dijo...

La renovación no debe ser solamente de personas sino , esencialmente, de ideas.

Txema dijo...

Muy cierto Maria Jesús. Pero hasta que ciertas personas desaparezcan de escena no será posible la renovación de ideas.

saludos

Anónimo dijo...

Txema, excelente artículo. Dices muy bien que en los últimos años los sindicatos se han dedicado básicamente a la negociación de convenios colectivos. Sí, y algo más si me permites. A la negociación de ERES. Y no hablo de estos dos o tres últimos años; te hablo del primer referente inmediato de inicio de crisis, los happy 90's. Es por eso que mucha gente "joven" no se afilia a los sindicatos, porque cuando se ha confiado en los delegados sindicales se les ha dado una buena patada en el culo.
No estoy de acuerdo con Felipe en una cosa esencial. Y es que cuando convocan manifestaciones suelen ser para volverse a alimentar, es decir, para hacerse visibles una vez más. No convocan las manifestaciones cuando son necesarias, sino cuando el mal ya está hecho. No hay que deslegitimar al sindicalismo, pero criticar al existente sí, porque es necesario cambiarlo.
Saludos

Txema dijo...

Gracias Ata. Ya has visto lo que ha ocurrido en Italia (Fiat). O cambia el sindicalismo o este será el primer paso a la esclavización.

besos

Anónimo dijo...

Bueno, algo muy similar ha ocurrido en la planta de Nissan de BCN.

Juan Antonio H. dijo...

Excelente análisis,lo subscribo enterito.
Felipe estoy contigo, y hacer mas hincapié en la afilicion ¿creo que ahí esta el meollo de la cuestión?
saludos,

Txema dijo...

Ata, lo de Italia es mucho peor que lo de Nissan. Es retroceder cien años en derechos y encima con el acuerdo de la mayoría.

Gracias Uno de Dos y bienvenido.

saludos

Francisco Galván dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Francisco Galván dijo...

El problema de las sindicatos viene de la Transición. Una democracia digna debía tenerlos pero era impensable que por sí mismos volvieran a ser lo que fueron antes de 1936. Entonces se reconstruyeron o se reinventaron desde el Estado y con subvenciones, es decir, sin independencia. Eses es su mal. Sus dirigentes no se atreven a revolverse contra la mano que les da de comer. Están en la misma situación que la Iglesia, solo que los obispos (mal que nos pese) cuentan con el apoyo de un amplio sector de la población y se sienten fuertes para plantar cara al Ejecutivo.
En suma, es un problema de los españoles, que además de ser mayoritariemente de derechas, tienen la conciencia atrofiada por Telecinco y la sociedad de consumo.

Txema dijo...

Pues Paco, no vas muy descaminado. La transición modélica truncó muchas espectativas y muchas ilusiones.

Demmasiados se subieron al carro de la prebenda.

Pero hubo personas como Camacho o Redondo que tuvieron una cierta dignidad. Lo de ahora es que pasa de la raya.

un abrazo.

Desclasado dijo...

Mi opinión la conoces de sobra, no obstante la digo aquí para compartir opiniones.
Totalmente de acuerdo con tu exposición.
De acuerdo en la mirada histórica de Fco Galván: esos polvos traen estos cenagales.
No me importa que se hundan en la miseria o que se renueven de arriba a abajo, pero esto último lo veo casi imposible por la inercia y la red de complicidades que arrastran.
Cuando en mi trabajo los delegados de ugeté y comisiones ascienden estando liberados y firmando reducciones para los trabajadores "para que no sea peor, que hemos negociado muy duro para que sólo sea esto". ¿Quién queremos que se crea a esa panda de mantas sinvergüenzas? Y no estoy hablando de dirigentes nacionales, hablo de delegados de empresa.
Luego en las elecciones con imposibilitar de acuerdo con la empresa que se puedan presentar otras opciones y votándose a sí mismos, con una participación del 20 y poco % de los currantes, te dicen: hemos ganado y os representamos.
Esto no hay quien se lo crea...
Justamente una luz que veo en cuanto a que el obrero no está tan tan aborregado es que no se los cree. Yo es que voy al revés y creo que creérselos sería mucho más grave.
Saludos.

Txema dijo...

Conozco tu opinión y la comparto en muchos puntos.

Tal vez habría que empezar los cambios desde abajo.

saludos

Martine dijo...

Muy bien analizado donde radican los problemas, Txema.
Nada se puede añadir, yo menos que nadie :(...sino felicitarte.
Un abrazo, Txema.

Txema dijo...

Juan, los sindicatos no son partido políticos, sino organizaciones en defensa de los derechos de los trabajadores. Su acción es distinta.

Si son sostenidos a cuanta del erario, se corre el riesgo de que den prioridad a esa necesidad, si alguna vez choca con sus intereses un recorte presupuestario.

Lo ideal sería que se pudieran mantener directamente sin depender nada más que de las cuotas pero eso es imposible.

Habrá que buscar fórmulas que nos garanticen mayor independencia. ¿Tú crees que Toxo y Méndez representan a los trabajadores?

saludos

Txema dijo...

Martine por qué tú menos que nadie? No lo entiendo.

besos

Txema dijo...

Juan, la última parte de tu planteamiento me interesa particularmente porque es, en mi opinión, en meollo de la cuestión.

Creo que no va a ser sencillo aunar esas voluntades que presuponemos que están hasta las narices de tanta vaselina.

Por qué? Me da la impresión de que a lo largo de los años se ha impuesto un feroz individualismo que ocasiona que cada uno de nosotros empecemos a pensar más en el pellejo propio que en el colectivo.

Los derechos están muy bien sobre el papel, pero la renuncia a ellos se admite porque siempre pensamos que a nosotros aún se nos permite sobrevivir.

Hoy han asignado a Nissan, la fabricación de una nueva furgoneta, Bien no ha sido gratis en absoluto, sino a cambio de una política salarial de congelación y recortes de derechos sociales.

Esto quiere decir que con la inflación del 3 por ciento, más el aumento de los impuestos el poder adquisitivo se verá mermado, sólo este año, en torno al 5 por ciento.

Añádele la subida de la luz, el gas, los transportes etc. Y sin embargo, la decisión de aceptar ese acuerdo, verdaderamente lesivo, se considera un acto de responsabilidad por parte de los trabajadores. Es decir los propios sujetos de la opresión aceptan esa situación.

Crees entonces que de verdad hay una conciencia colectiva de que se ha llegado al límite y está dispuesta a contestar? Yo no.

¿Por qué los sindicatos durante estos años no han hecho el más mínimo esfuerzo para que los trabajadores no perdieran su conciencia de clase?

Me parece que esa cuestión es básica a la hora de entender la mansedumbre actual.

saludos

Juan Antonio H. dijo...

El sindicalismo, es una de las patas de nuestro ser, obrero, de nuestra defensa ante las ingerencias capitalistas. Es verdad que parece ser que los lideres que nos representan son bastante laig con el gobierno….pero si miramos a nuestros vecino los gabachos, no se cuantas huelgas hicieron para que no se llevara a cabo la jubilación a los 62 años, y o me decís lo contrario o todo se quedo en agua de borrajas, y si nos ponemos a comparar en la Gran Bretaña…que han hecho, en Grecia que han conseguido, Portugal, etc. etc.
Y aunque esto no es un consuelo, y si además le añadimos la financiación ¿Qué nos queda? La critica el desprestigio hacia los mismos…a echarnos tierra…y amigos ese no es el camino. Los sindicatos carecen de iniciativas pero son nuestros sindicatos, no permitamos que también no los arrebaten, porqué el día que eso ocurra si que estamos perdidos…

Desclasado dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Desclasado dijo...

Borro un mensaje anterior porque he dado una información que no termina de estar clara.

Txema dijo...

Uno de Dos, lo que dices es cierto, pero es preferible esa actitud que, por lo menos, demuestra que los trabajadores saben y quieren movilizarse que no la quietud hispana.

Al final en esos países, al menos de momentos, no se ha logrado demasiado, pero el gobierno sabe que la respuesta ha sido contundente.

Aquí en Madrid estuvimos unas 6.000personas el 18 de diciembre en la manifestación de la Jubilación, y la mayoría de mi edad a quienes no nos va a afectar demasiado.

Y los jóvenes donde están?

saludos

Txema dijo...

Juan, desde el pesimismo abogo por lo quer pides. Pero me parece que el campo no esta bien abonado.

Esa maldita transición ha logrado sus efectos desmoralizadores y paralizantes.

Saludos

Jake dijo...

Ven a tirar nabos a Jarramplas. Yo mañana subo a Piornal. Sé que es muy Agro tirar nabos al Jarramplas, el tío lleva máscara y se me quitan todos los estreses de la vida rural. Yo me creo que detrás del Jarramplas están esos lideres del sidicalismo, los politicastros, y los amos del campital...

Txema dijo...

Pues Jake no me importaría nada alejarme del mundanal ruido.

saludos