En todas las profesiones hay personas indignas de su ejercicio. Hay malos docentes, deplorables periodistas, abogados corruptos y médicos lamentables. Con esta afirmación no descubro -ni lo pretendo- nada nuevo.
Por lo tanto, el curato, que, al tomar la forma de organización corporativa, hace del supuesto servicio a los demás, una forma de subsistencia, un modus vivendi, se convierte automáticamente en profesión por la que se percibe un salario.
Una función que no está exenta de que haya elementos deshonrosos que, con su actitud , provocan un rechazo generalizado que, en muchas ocasiones, se extrapola a toda la profesión. Puede ser injusto, pero también inevitable.
Pero, incluso así, hay algunos personajes que por su especial repugnancia nos causan una zozobra especial, un sentimiento de rechazo que, aún en la caso de que estemos normalmente dispuestos a admitir el error humano como inherente a cualquier actividad, y ello nos lleve a la compresión y el perdón, no nos es posible pasar por alto.
Hace unos días el recién nombrado de Donosti, un tal munilla (lo escribo así deliberadamente), hizo unas declaraciones a la cadena SER que han provocado un rechazo absoluto de la mayoría, sin que por ahora, al menos que yo sepa, la Conferencia Episcopal Española, la patronal del curato, le haya rectificado públicamente, con lo que debemos entender que da por buenas sus afirmaciones.
Este tipejo, cuyo perecido físico con el genocida Adolf Eichmann es evidente, ha tenido la desvergüenza de minimizar el terrible sufrimiento de los haitianos, cuidadnos de uno de los países más pobres del mundo, victimas de años de represión, de dictaduras y de abandono, porque para él es mucho más importante los que considera el “descarriamiento” de la sociedad. Es una comparación infame.
La igualación es tan cruel, tal dolorosa y tan falta de caridad, en el sentido cristiano de amor al prójimo, que revela en ese munilla una maldad que la hace indigno de ser, no ya miembro de la Iglesia Católica, de la que ya tan poco se puede esperar en España, sino incluso de cualquier sociedad civilizada.
Este personaje es indigno de sus feligreses y no es, no lo puede ser, casualidad, que casi un 80 por ciento de los curas guipuzcoanos hayan rechazado su nombramiento al frente de esa diócesis. Poco tiempo ha tardado este fascista en demostrar que los temores estaban justificados.
Normalmente me tienen sin cuidado las opiniones de la Conferencia Episcopal Española. Hace tiempo que me parece una institución que denigra más que otra cosa al conjunto de la propia Iglesia y, además, hace mucho más tiempo que abandoné conscientemente el catolicismo. Precisamente, entre otras cosas, a causa de personajes como munilla.
Pero, pese a eso, hay actos, y las palabras lo son, que por la relevancia de quien las dice, merecen una reprobación pública por la gravedad de su contenido. Este es uno de esos casos y, lamentablemente, vamos a ser testigos de que para la jerarquía católica española es mucho más importante la pretendida inmoralidad que nos invade que la muerte de 100.000 inocentes.
Es duro lo que voy de escribir, y me hago único responsable de ello, pero tengo la impresión que el parecido entre munilla y el genocida Eichmann, no queda sólo en lo físico.
Este es un blog abierto a todo tipo de opiniones. Sólo se eliminarán las que no sean respetuosas con los derechos fundamentales de las personas, falten el respeto a otros intervinientes o contengan comentarios racistas, xenófobos, vioentos o cualquier otro que atente contra la dignidad humana.
sábado, enero 16, 2010
lunes, enero 11, 2010
LAS LEYES NO BASTAN
Creo que las sociedades desarrolladas, tanto por lo que respecta a su sistema democrático formal, como a sus valores cívicos, no necesitan leyes ni tribunales especiales que regulen la convivencia normal de los ciudadanos porque, éstos, tendrán un grado de cultura social que hará innecesarias más leyes de las estrictamente precisas.
Se me podrá objetar que esta reflexión supone la existencia una república idílica, un poco al estilo de Juan Jacobo Rousseau pero, en todo caso, este es modelo al que debemos dirigirnos y no conformarnos con sucedáneos.
Por tanto, y en línea con lo expuesto creo que la Ley contra la violencia de Género, cuyo nombre ya me produce cierto temor, y sobre cuya constitucionalidad me quedan serias reservas es, por definición, superflua y sencillamente un “regalo” que se hace a determinados colectivos para lograr votos. Puede parecer una opinión montaraz pero me da la impresión de que no me alejo demasiado de lo cierto.
En 2009, 55 mujeres murieron víctimas de la violencia y del terror. En este año ya han sido asesinadas dos más.
Ciertamente se me podrá aducir, no sin cierta razón, que la existencia de una ley específica que proteja a las mujeres ha evitado (y estaría por demostrar) que el terrorismo que se ejerce sobre ellas ha disminuido. Puede ser aunque, al carecer de datos fiables, no estoy en condiciones de negarlo, pero tampoco otros pueden darlo como una verdad irrefutable.
Pero, en todo caso, aún si admito esa posibilidad, estaré dando más fuerza a mis argumentos, porque, lo que se demostrará con ello, es que, al igual que la retirada de puntos del carné de conducir parece que ha reducido la cifra de accidentes, la ley de violencia de género ha reducido los maltratos, únicamente como consecuencia del miedo y no del convencimiento. ¿Es ese el objetivo?
Parece que sólo como resultado del temor, y a veces ni siquiera eso, se habría conseguido esa reducción. Es decir, nos conformamos con una disminución de la cifra de víctimas pero no atacamos en absoluto la esencia del problema que es la existencia de una “cultura” de la violencia profundamente arraigada.
Y quien es violento, al margen de quién o qué sea su objetivo, lo será en todos los aspectos de su vida: lo será con su pareja, con sus hijos, en el trabajo, en política, conduciendo, en un espectáculo deportivo o sencillamente incluso en la forma de expresarse.
Puede ser que en unos casos se limite a la agresividad verbal y en otros llegue, desgraciadamente, al asesinato den su pareja, de un indigente, de un perro… pero en fondo del problema, con los matices lógicos, es el mismo.
La respuesta eficaz es hacer un esfuerzo supremo para inculcar, desde de la venida al mundo del sujeto, el rechazo más absoluto a la violencia como recurso aceptable dentro del sistema de valores personal y colectivo de los ciudadanos.
Sencillamente hay que proscribir la intimidación, el terror, decir claramente que no hay violencia justa y que sólo en el caso de que haya que usarla en defensa propia se podrá actuar con contundencia pero siempre sin ir más allá de lo que es la ajustada y estricta protección de uno mismo. Esto tiene que llegar a convertirse en un axioma.
Los valores de la igualdad, de respeto a las personas y a la naturaleza, el civismo, la solidaridad, el rechazo absoluto a ideas que fomenten o inciten al odio, la xenofobia, la discriminación, la eliminación de la competividad desaforada son, deben ser necesariamente, la base sobre la que debemos trabajar para eliminar para siempre cualquier tipo de agresividad.
Sólo así conseguiremos erradicar, sin necesidad de más leyes, esta lacra inmunda que es la violencia en cualquiera de sus géneros y sean quienes sean los afectados por la misma.
Entre tanto, tristemente, quizá sea necesario acudir a las sanciones específicas pero siempre con la idea clara de que deben ser sólo, y por el menor tiempo posible, un recurso meramente transitorio y jamás un fin en si mismas. Lo contrario es admitir la barbarie.
Se me podrá objetar que esta reflexión supone la existencia una república idílica, un poco al estilo de Juan Jacobo Rousseau pero, en todo caso, este es modelo al que debemos dirigirnos y no conformarnos con sucedáneos.
Por tanto, y en línea con lo expuesto creo que la Ley contra la violencia de Género, cuyo nombre ya me produce cierto temor, y sobre cuya constitucionalidad me quedan serias reservas es, por definición, superflua y sencillamente un “regalo” que se hace a determinados colectivos para lograr votos. Puede parecer una opinión montaraz pero me da la impresión de que no me alejo demasiado de lo cierto.
En 2009, 55 mujeres murieron víctimas de la violencia y del terror. En este año ya han sido asesinadas dos más.
Ciertamente se me podrá aducir, no sin cierta razón, que la existencia de una ley específica que proteja a las mujeres ha evitado (y estaría por demostrar) que el terrorismo que se ejerce sobre ellas ha disminuido. Puede ser aunque, al carecer de datos fiables, no estoy en condiciones de negarlo, pero tampoco otros pueden darlo como una verdad irrefutable.
Pero, en todo caso, aún si admito esa posibilidad, estaré dando más fuerza a mis argumentos, porque, lo que se demostrará con ello, es que, al igual que la retirada de puntos del carné de conducir parece que ha reducido la cifra de accidentes, la ley de violencia de género ha reducido los maltratos, únicamente como consecuencia del miedo y no del convencimiento. ¿Es ese el objetivo?
Parece que sólo como resultado del temor, y a veces ni siquiera eso, se habría conseguido esa reducción. Es decir, nos conformamos con una disminución de la cifra de víctimas pero no atacamos en absoluto la esencia del problema que es la existencia de una “cultura” de la violencia profundamente arraigada.
Y quien es violento, al margen de quién o qué sea su objetivo, lo será en todos los aspectos de su vida: lo será con su pareja, con sus hijos, en el trabajo, en política, conduciendo, en un espectáculo deportivo o sencillamente incluso en la forma de expresarse.
Puede ser que en unos casos se limite a la agresividad verbal y en otros llegue, desgraciadamente, al asesinato den su pareja, de un indigente, de un perro… pero en fondo del problema, con los matices lógicos, es el mismo.
La respuesta eficaz es hacer un esfuerzo supremo para inculcar, desde de la venida al mundo del sujeto, el rechazo más absoluto a la violencia como recurso aceptable dentro del sistema de valores personal y colectivo de los ciudadanos.
Sencillamente hay que proscribir la intimidación, el terror, decir claramente que no hay violencia justa y que sólo en el caso de que haya que usarla en defensa propia se podrá actuar con contundencia pero siempre sin ir más allá de lo que es la ajustada y estricta protección de uno mismo. Esto tiene que llegar a convertirse en un axioma.
Los valores de la igualdad, de respeto a las personas y a la naturaleza, el civismo, la solidaridad, el rechazo absoluto a ideas que fomenten o inciten al odio, la xenofobia, la discriminación, la eliminación de la competividad desaforada son, deben ser necesariamente, la base sobre la que debemos trabajar para eliminar para siempre cualquier tipo de agresividad.
Sólo así conseguiremos erradicar, sin necesidad de más leyes, esta lacra inmunda que es la violencia en cualquiera de sus géneros y sean quienes sean los afectados por la misma.
Entre tanto, tristemente, quizá sea necesario acudir a las sanciones específicas pero siempre con la idea clara de que deben ser sólo, y por el menor tiempo posible, un recurso meramente transitorio y jamás un fin en si mismas. Lo contrario es admitir la barbarie.
miércoles, diciembre 30, 2009
LOS MALOS DEL EXTERIOR
Tener personajes nefastos no es una particularidad de España, aunque aquí no andamos nada mal, porque en todas partes cuecen habas, como se suele decir.
Así que he querido buscar en el exterior los que me han parecido dignos de ocupar la “lista negra” de los que yo creo han sido los peores en este 2009. Claro que, como en el caso de los hispanos, se quedan algunos por añadir como pasa siempre en estos casos y tampoco el orden indica necesariamente sus “méritos”.
Iglesia de Irlanda: durante años los curas irlandeses abusaron de cientos de niños. Cayó sobre el asunto un tupido velo que contó con la anuencia de las autoridades. Al margen de creencias religiosas, es uno de los actos más oprobiosos y deleznables que afectan al catolicismo occidental. No basta con pedir ahora perdón. Hay que resarcir a todas y cada una de las víctimas y, si ello es posible, entregar a la justicia a los autores de estas barbaridades. Encabeza esta la lista por sus propios pecados.
Mahmud Ahmadineyad: un tramposo que ganó las elecciones de mala forma y se ha dedicado a aplastar cualquier tipo de contestación a su fundamentalismo islámico. Un personaje tenebroso que supone un peligro para la paz en la zona y un problema muy serio para los iraníes.
Micheletti: Golpista hondureño que, por lo que parece, se va a salir con la suya y al final va a impedir la vuelta de Manuel Zelaya (tampoco me gusta) a la presidencia de la república. Ha contado con el visto bueno de los EE.UU. en esa especie de tinglado electoral que ha organizado.
Silvio Berlusconi: para muchos posiblemente debería ser el que encabezara esta lista. Le salva de ello que ha concurrido a unas elecciones y las ha ganado, por muy incomprensible que nos parezca, y que lo de los irlandeses es imperdonable. Ha degenerado tanto la vida política italiana que ha estado a punto de sufrir un grave percance como consecuencia su actitud provocadora. Pese a eso goza de predicamento en la UE.
Mohamed VI: es un sátrapa y un tirano que ha estado a punto de conseguir que una ciudadana saharaui perdiera la vida por no pedirle perdón y querer defender su dignidad a toda costa. Ha contado con la inestimable ayuda del gobierno español que ya sabemos a quien sirve.
Lehman Brothers: representes del capitalismo más indecente y falto de cualquier escrúpulo. Su quiebra ha supuesto la ruina de muchas personas en todo el mundo. Sus directivos deberían pasar lo que les quede de vida en la cárcel, pero es muy poco probable que esto sea así.
Barack Obama: aunque no me fié jamás de Obama, si reconozco que ha sido su actuación mucho más decepcionante de lo que se podría esperar. Pese a todo, es posiblemente, uno de los que podrían abandonar esta lista a poco que haga un esfuerzo real y serio por mejorar las cosas que más afean su política: Afganistán, Cuba y Oriente Próximo. Sin embargo su reforma sanitaria debe ser valorada.
Raúl Castro: otro tirano que, lejos de democratizar la vida de los cubanos, sigue en la línea anterior agotada hace muchos años, con muchas palabras grandilocuentes y pocos hechos reales. Es una lacra para el avance de la isla y lo único que conseguirá será que todo se venga abajo sin remedio, lo bueno y lo malo. Sus amigos no le aconsejan bien. Como dice una amiga ¿Hasta cuándo?
Ejército alemán: intentó ocultar la matanza de varios civiles en Afganistán y mintió deliberadamente cuando anunció que los muertos en un ataque aéreo sólo había sido insurgentes. Una prueba más de lo humanitaria que es la labor de la OTAN en ese país asiático, a la que España contribuye con un millón de euros al día.
Liebermann: ministro de Exteriores de Israel. Un auténtico ejemplo de lo que es un mafioso racista procedente de la antigua URSS. Sus declaraciones sobre el conflicto de Oriente Próximo son tan disparatadas que causan vergüenza entre muchos israelíes, aunque, desgraciadamente, aún son pocos para poder echarle. Un fanático equiparable al iraní.
Cristiano Ronaldo: está aquí por estúpido. Es uno de esos divos que convierten el deporte en un negocio que acaba por estropearlo todo. Todo un ejemplo a no seguir.
lunes, diciembre 28, 2009
LOS PEORES DE 2009
Aprovechando que se acaba el año, se me ha ocurrido la nada original idea de hacer un pequeño balance, muy personal por supuesto, de lo que han significado algunos personajes, sectas, organizaciones e instituciones en la vida pública española.
No se trata de un trabajo exhaustivo, ni mucho menos, pero si un apunte de los que, en mi opinión, ha sido desde la perspectiva más negativa los que merecerían estar al frente de una hipotética clasificación. Ahí van:
ETA: organización criminal que sigue con su actividad intimidatoria y terrorista pese a que cada vez son más los sectores de la sociedad vasca que piden su disolución, entre ellos muchos abertzales.
José Luis Rodríguez Zapatero: campeón del doble leguaje. Incapaz de gestionar con un rumbo medianamente fijo la crisis económica. Pacifista de boquilla que envía cada vez más soldados a la guerra en Afganistán en cuanto se lo pide su amo, Obama. Se enorgullece de su izquierdismo pero, al final, siempre busca alianzas en la derecha. Habla de solidaridad y sube el impuesto a todos por igual.
Mariano Rajoy: No ha sabido o no ha querido controlar los desmanes de su partido. No ha sabido o no ha querido liquidar el integrismo del PP y ha torpedeado de forma insensata al gobierno en asuntos que, aunque mal gestionados (alakrana), deberían haber sido analizados con mucha más prudencia. Es un farsante.
Miguel Ángel Moratinos: un incompetente palmario incapaz de solucionar la crisis ocasionada por su falta de rigor en el asunto de la saharaui Aminatu Haidar. Al final tuvieron que ser Sarkozy y Hillary Clinton quienes le sacaran del apuro. Debería dimitir lo antes posible.
Rouco Varela: presidente de la Conferencia Episcopal y representante del sector más intolerante del catolicismo oficial español (que ya es decir). Sus posiciones son siempre en defensa, no de su fe, sino de aquello que le permita conseguir que ésta sea obligatoria para toda la sociedad. Cuenta para ello con la inestimable ayuda del PP y del gobierno.
Pachi López: indigno personaje cuya falta de pudor y de ética le ha permitido ser lehendakari con el apoyo de la derecha extrema. Su mayor logro ha sido que ETB retransmita el discurso del borbón. Sin duda ese, y que la selección española juegue en Euskal Herría, son los principales problemas de la sociedad vasca. Da asco.
Gerardo Díaz Ferrán: el ejemplo paradigmático del chorizo empresarial. Este tipo que preside la CEOE es dueño de una aerolínea que, a pesar de saber que iba a quebrar, siguió con la venta de miles de billetes. Total más de 7.000 personas perjudicadas y 640 trabajadores a la calle. Para el gobierno es aún un interlocutor válido en el dialogo social. Ama a Esperanza Aguirre.
Francisco Camps: la representación de las corruptelas políticas. Un personaje taimado y peligroso que acusó en el parlament al portavoz socialista de desear asesinarle. Apoyado por Rajoy sigue como si nada en su puesto. Recibe trajes de regalo.
Tele Madrid: junto con Intereconomía una de las mayores vergüenzas mediáticas de este país. Sus informativos son nauseabundos. Es todo un monumento de la propaganda más infame y soez... Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad madrileña, es la responsable de esta barbaridad.
Arancha Sánchez Vicario: la típica representante del deportista patriotero hispano, al que se le llena la boca de amor patrio, henchido el corazón, pero defrauda a Hacienda por valor e 3 millones de euros. Sería deseable que jamás representara a España y se le privara de la nacionalidad.
Se quedan muchos en el tintero pero, salvo error por mi parte, éstos, son de lo peorcito.
sábado, diciembre 19, 2009
1975: RECUERDOS Y REFLEXIONES
El episodio de Aminatu Haidar me ha hecho evocar el origen de un problema en el que, pese a lo que se quiera ahora justificar, España tiene una responsabilidad histórica ineludible, ya que fue un gobierno español el que, por cobardía, cedió ante el chantaje del sátrapa marroquí que contó con la ayuda inestimable de los Estados Unidos.
Recuerdo perfectamente los hechos, por lo que creo que puedo hablar y escribir de primera mano, sin que nadie me pueda contar una versión adulterada o interesada de lo que en realidad sucedió en la frustrada descolonización del Sahara Occidental.
Entonces estaba yo integrado en una de las Unidades de Intervención Rápida de Infantería de Marina (UNIR) destacada en Madrid. Mi especialidad eran las transmisiones por lo que tenía cierto acceso a la información sobre este asunto a través del mando.
En de 1975, estaba moribundo el tirano, y había asumido interinamente la jefatura del estado el que, éste, había designado como sucesor y que lo es aún hoy.
A nosotros se nos había dicho que la situación en el Sahara era muy complicada y que estuviéramos preparados para salir de inmediato, primero a las Islas Canarias, donde haríamos unos ejercicios previos de adaptación y después al Sahara, donde tendríamos que enfrentarnos, a una guerra inminente.
Algunos compañeros ya habían marchado a las Islas para preparar las necesidades básicas y tener una especie de base de operaciones más amplia de la que normalmente exigía la guarnición de Infantería de Marina de Canarias.
Sin embargo, las cosas dieron un giro inesperado y de ser el Polisario el enemigo, pasó a ser Marruecos, el eterno aliado-hermano del franquismo, país tiranizado por el hijo del sátrapa que había enviado tropas a ayudar al católico Franco a masacrar a los españoles.
Continuamos, día si y día también, con toda clase de ejercicios tácticos para prepararnos de la mejor forma posible para enfrentarnos a una guerra colonial en un territorio especialmente difícil, con la seguridad de que íbamos a sufrir unas humillante derrota, porque nuestra formación era escasa. Los altos mandos tenían tan escasa preparación como la tropa.
Hassan II, organizó como parte de se estrategia para impedir la descolonización del Sahara la famosa marcha verde en la que se suponía iban a participar 300.000 personas para reivindicar la marroquinidad del Sahara Occidental. Curioso: fue Marruecos quien proclamó de repente la marroquinidad de ese territorio, sobre el que jamás había mostrado interés, y no los saharauis, quienes se habían pronunciado claramente por un país independiente democrático y republicano.
Por no extenderme más en detalles poco relevantes, deseo aclarar que el gobierno español estuvo, inicialmente, dispuesto a enfrentarse al tirano marroquí hasta que le llegaron instrucciones de Henry Kissinger, secretario de Estado de EE.UU. quien dijo claramente que los acuerdos bilaterales de ayuda militar no alcanzaban al territorio del Sahara, por no estar dentro de las fronteras españolas.
Dicho de otra forma, el obsoleto y caduco ejército español no iba a poder contar con la ayuda, absolutamente necesaria, de su aliado yanqui en la defensa del proceso de descolonización del Sahara.
Por tanto, es absolutamente falso que se alcanzara un acuerdo entre Marruecos y España sobre esta cuestión, sino que el gobierno español de entonces, por absoluta cobardía, cedió a las presiones de Estados Unidos, país que no deseaba en absoluto un Sahara libre, democrático y republicano, sino su integración en el reino de Marruecos, fiel aliado de los intereses estadounidense en la zona.
Además, por si lo anterior fuera poco, había importantes intereses económicos en la zona, al existir unas minas de fosfatos muy apetecibles para las empresas de varios países, entre ellos la propia España.
Así pues, España se inhibió vilmente del proceso de descolonización que tenía que haber llevado adelante por mandato de la ONU y, esa responsabilidad, contraída en 1975, sigue aún en plena vigencia. La traición a los saharauis aún está sin reparar.
De lo que resulta que el actual gobierno, todos los anteriores desde ese fatídico año 1975, y los que vengan el futuro, si no hacen nada por resolver esta cuestión, serán responsables de todo lo que suceda en el Sahara Occidental.
Recuerdo perfectamente los hechos, por lo que creo que puedo hablar y escribir de primera mano, sin que nadie me pueda contar una versión adulterada o interesada de lo que en realidad sucedió en la frustrada descolonización del Sahara Occidental.
Entonces estaba yo integrado en una de las Unidades de Intervención Rápida de Infantería de Marina (UNIR) destacada en Madrid. Mi especialidad eran las transmisiones por lo que tenía cierto acceso a la información sobre este asunto a través del mando.
En de 1975, estaba moribundo el tirano, y había asumido interinamente la jefatura del estado el que, éste, había designado como sucesor y que lo es aún hoy.
A nosotros se nos había dicho que la situación en el Sahara era muy complicada y que estuviéramos preparados para salir de inmediato, primero a las Islas Canarias, donde haríamos unos ejercicios previos de adaptación y después al Sahara, donde tendríamos que enfrentarnos, a una guerra inminente.
Algunos compañeros ya habían marchado a las Islas para preparar las necesidades básicas y tener una especie de base de operaciones más amplia de la que normalmente exigía la guarnición de Infantería de Marina de Canarias.
Sin embargo, las cosas dieron un giro inesperado y de ser el Polisario el enemigo, pasó a ser Marruecos, el eterno aliado-hermano del franquismo, país tiranizado por el hijo del sátrapa que había enviado tropas a ayudar al católico Franco a masacrar a los españoles.
Continuamos, día si y día también, con toda clase de ejercicios tácticos para prepararnos de la mejor forma posible para enfrentarnos a una guerra colonial en un territorio especialmente difícil, con la seguridad de que íbamos a sufrir unas humillante derrota, porque nuestra formación era escasa. Los altos mandos tenían tan escasa preparación como la tropa.
Hassan II, organizó como parte de se estrategia para impedir la descolonización del Sahara la famosa marcha verde en la que se suponía iban a participar 300.000 personas para reivindicar la marroquinidad del Sahara Occidental. Curioso: fue Marruecos quien proclamó de repente la marroquinidad de ese territorio, sobre el que jamás había mostrado interés, y no los saharauis, quienes se habían pronunciado claramente por un país independiente democrático y republicano.
Por no extenderme más en detalles poco relevantes, deseo aclarar que el gobierno español estuvo, inicialmente, dispuesto a enfrentarse al tirano marroquí hasta que le llegaron instrucciones de Henry Kissinger, secretario de Estado de EE.UU. quien dijo claramente que los acuerdos bilaterales de ayuda militar no alcanzaban al territorio del Sahara, por no estar dentro de las fronteras españolas.
Dicho de otra forma, el obsoleto y caduco ejército español no iba a poder contar con la ayuda, absolutamente necesaria, de su aliado yanqui en la defensa del proceso de descolonización del Sahara.
Por tanto, es absolutamente falso que se alcanzara un acuerdo entre Marruecos y España sobre esta cuestión, sino que el gobierno español de entonces, por absoluta cobardía, cedió a las presiones de Estados Unidos, país que no deseaba en absoluto un Sahara libre, democrático y republicano, sino su integración en el reino de Marruecos, fiel aliado de los intereses estadounidense en la zona.
Además, por si lo anterior fuera poco, había importantes intereses económicos en la zona, al existir unas minas de fosfatos muy apetecibles para las empresas de varios países, entre ellos la propia España.
Así pues, España se inhibió vilmente del proceso de descolonización que tenía que haber llevado adelante por mandato de la ONU y, esa responsabilidad, contraída en 1975, sigue aún en plena vigencia. La traición a los saharauis aún está sin reparar.
De lo que resulta que el actual gobierno, todos los anteriores desde ese fatídico año 1975, y los que vengan el futuro, si no hacen nada por resolver esta cuestión, serán responsables de todo lo que suceda en el Sahara Occidental.
domingo, diciembre 13, 2009
SOBRE DEDUDAS Y DEUDORES
Durante su intervención en la última reunión del Consejo Político Regional (CPR) de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid (IU-CM), celebrado el 11 de diciembre, el coordinador general, Gregorio Gordo, efectuó una afirmación que creo merece un comentario por mi parte a efectos de aclarar lo que considero un importante error.
No intentar, al menos, aclararlo, sería en mi opinión, dar por buena una afirmación que me parece fuera de lugar y que no se ajusta a la realidad de la militancia de IU-CM. Por supuesto, ésta es una opinión absolutamente personal y sólo yo respondo de ella.
Dijo el coordinador que la mayoría de los presentes, tras muchos años de militancia, habríamos recibido posiblemente mucho más de IU-CM, de lo que habíamos aportado y que, por tanto, estamos en deuda con la organización. Sinceramente, me parece una afirmación muy desafortunada.
Podría concluirse que el coordinador considera la participación política como una especie de trueque en el que, a cambio de un determinado compromiso político, más o menos intenso, se espera recibir una especie de recompensa, como podría ser algún cargo institucional o la participación en determinado consejo de administración de una empresa pública, en fin, algún modo de promoción.
Podría entenderse que, al igual que en el caso de la derecha pura y dura, se considera el ejercicio de la política como una especie de asalto a las instituciones, para beneficiarse de ellas a cambio de cierta actividad que llegaría, por el curso de los años, a ser una suerte de profesión: el político.
Es más, esta perversión, está tan arraigada entre los ciudadanos, que se ha llegado a hablar sin el más mínimo recato de “clase política”, de una especie de casta que se dedica a ejercer una función en la que lo importante, no es la voluntad de servicio a los ciudadanía, sino al partido, o peor aún, a una parte de la organización o, mucho peor todavía, al interés propio.
Es precisamente ésta una de las causas de la corrupción del sistema democrático, que nada tiene que ver con las corruptelas, asunto más bien propio del Código Penal, que de la ética política.
A título absolutamente particular puedo afirmar que no estoy en absoluto en deuda con IU-CM, ni esta organización lo está conmigo, porque no considero que mi muy modesta participación en ésta deba situarse en un plano meramente mercantilista (deudor-acreedor). Yo vivo de mi trabajo que está total y absolutamente al margen de mi actividad política. Y así quiero que continúe en el futuro.
Y, aún en el hipotético y muy improbable, por no decir imposible caso, de que algún día llegara a ocupar algún cargo institucional, no sería con IU-CM con quien estaría en deuda, sino con los electores que, con su apoyo, habrían logrado para la organización esa posibilidad. De esta forma considero que tendría que responder ante ellos de mi actividad en IU-CM, que sólo sería el vehículo; una parte de un proyecto político y nunca un fin en su misma.
Atribuyo a la emoción del momento, al sentirse apoyado por la gran mayoría de los miembros del CPR, para encabezar las listas de IU-CM, en las próximas elecciones autonómicas, el lapsus del coordinador, porque, si verdaderamente lo que dijo es lo que piensa, entonces mi sorpresa inicial pasará, a ser una profunda irritación.
Estoy plenamente convencido de que el coordinador de IU-CM desmentirá, lo antes posible, esa declaración desdichada y demostrará con los hechos que quien milita en IU, lo hace de forma absolutamente desinteresada y por un consciente compromiso con un modo ético y filosófico de entender no sólo ya la política, sino la vida.
No intentar, al menos, aclararlo, sería en mi opinión, dar por buena una afirmación que me parece fuera de lugar y que no se ajusta a la realidad de la militancia de IU-CM. Por supuesto, ésta es una opinión absolutamente personal y sólo yo respondo de ella.
Dijo el coordinador que la mayoría de los presentes, tras muchos años de militancia, habríamos recibido posiblemente mucho más de IU-CM, de lo que habíamos aportado y que, por tanto, estamos en deuda con la organización. Sinceramente, me parece una afirmación muy desafortunada.
Podría concluirse que el coordinador considera la participación política como una especie de trueque en el que, a cambio de un determinado compromiso político, más o menos intenso, se espera recibir una especie de recompensa, como podría ser algún cargo institucional o la participación en determinado consejo de administración de una empresa pública, en fin, algún modo de promoción.
Podría entenderse que, al igual que en el caso de la derecha pura y dura, se considera el ejercicio de la política como una especie de asalto a las instituciones, para beneficiarse de ellas a cambio de cierta actividad que llegaría, por el curso de los años, a ser una suerte de profesión: el político.
Es más, esta perversión, está tan arraigada entre los ciudadanos, que se ha llegado a hablar sin el más mínimo recato de “clase política”, de una especie de casta que se dedica a ejercer una función en la que lo importante, no es la voluntad de servicio a los ciudadanía, sino al partido, o peor aún, a una parte de la organización o, mucho peor todavía, al interés propio.
Es precisamente ésta una de las causas de la corrupción del sistema democrático, que nada tiene que ver con las corruptelas, asunto más bien propio del Código Penal, que de la ética política.
A título absolutamente particular puedo afirmar que no estoy en absoluto en deuda con IU-CM, ni esta organización lo está conmigo, porque no considero que mi muy modesta participación en ésta deba situarse en un plano meramente mercantilista (deudor-acreedor). Yo vivo de mi trabajo que está total y absolutamente al margen de mi actividad política. Y así quiero que continúe en el futuro.
Y, aún en el hipotético y muy improbable, por no decir imposible caso, de que algún día llegara a ocupar algún cargo institucional, no sería con IU-CM con quien estaría en deuda, sino con los electores que, con su apoyo, habrían logrado para la organización esa posibilidad. De esta forma considero que tendría que responder ante ellos de mi actividad en IU-CM, que sólo sería el vehículo; una parte de un proyecto político y nunca un fin en su misma.
Atribuyo a la emoción del momento, al sentirse apoyado por la gran mayoría de los miembros del CPR, para encabezar las listas de IU-CM, en las próximas elecciones autonómicas, el lapsus del coordinador, porque, si verdaderamente lo que dijo es lo que piensa, entonces mi sorpresa inicial pasará, a ser una profunda irritación.
Estoy plenamente convencido de que el coordinador de IU-CM desmentirá, lo antes posible, esa declaración desdichada y demostrará con los hechos que quien milita en IU, lo hace de forma absolutamente desinteresada y por un consciente compromiso con un modo ético y filosófico de entender no sólo ya la política, sino la vida.
miércoles, diciembre 09, 2009
POR AMINETU HAIDAR
Los hijos de Aminetu Haidar han realizado un llamamiento urgente "a la infancia y a la conciencia humana" para que apoyen a su madre y para que ésta pueda volver a su lado. El texto, escrito con letra redonda de colegial en un papel cuadriculado, está fechado ayer en El Aaiún y dice lo siguiente:
En mi nombre, Hayat El Kossimi, hija de Aminatu Haidar, de 15 años de edad, y en nombre de mi hermano, Mohamed el Kossimi, de 13 años de edad, lanzo una llamada urgente a todos los niños del mundo entero para que nos apoyen y, al mismo tiempo, lanzo nuestra llamada a todas las mamás para que apoyen a nuestra madre, una madre separada de sus dos hijos y que está en huelga de hambre desde hace 22 días, para que ella pueda regresar a nuestro lado y podamos vivir juntos en paz.
"Es doloroso para mí y para mi hermano enterarnos hoy (ayer) de la mala noticia de que hoy nuestra querida mamá ha decidido dejar de tomar sus medicamentos, ya que es peligroso para ella".
"Ayudad a nuestra querida mamá, evitad la tragedia que va a repercutir negativamente en nuestra situación física y psíquica". El texto acaba con una frase en la que la letra va aumentando de tamaño hasta convertirse en un grito:
"¡QUEREMOS EL REGRESO DE NUESTRA MAMÁ!".
En mi nombre, Hayat El Kossimi, hija de Aminatu Haidar, de 15 años de edad, y en nombre de mi hermano, Mohamed el Kossimi, de 13 años de edad, lanzo una llamada urgente a todos los niños del mundo entero para que nos apoyen y, al mismo tiempo, lanzo nuestra llamada a todas las mamás para que apoyen a nuestra madre, una madre separada de sus dos hijos y que está en huelga de hambre desde hace 22 días, para que ella pueda regresar a nuestro lado y podamos vivir juntos en paz.
"Es doloroso para mí y para mi hermano enterarnos hoy (ayer) de la mala noticia de que hoy nuestra querida mamá ha decidido dejar de tomar sus medicamentos, ya que es peligroso para ella".
"Ayudad a nuestra querida mamá, evitad la tragedia que va a repercutir negativamente en nuestra situación física y psíquica". El texto acaba con una frase en la que la letra va aumentando de tamaño hasta convertirse en un grito:
"¡QUEREMOS EL REGRESO DE NUESTRA MAMÁ!".
viernes, diciembre 04, 2009
PIOLETS
En Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid, milita un conocido compañero, que no pasa desapercibido; más bien todo lo contrario.
Tiene la costumbre de decir las cosas tal y como las piensa, sin cortarse un pelo. A veces, incluso, con cierta agresividad dialéctica que a muchos les provoca un gran enfado y hace que le zarandeen de lo lindo.
Posiblemente, no seré yo quien lo niegue, ese lenguaje debería ser más comedido, más sosegado, porque las formas son, en muchas ocasiones, importantes a la hora de exponer los argumentos y razones.
Además, al final, se corre el riesgo de que muchos lectores o auditores, conturbados por lo abrupto de la expresión, den más importancia a ésta, que al fondo de la misma, con lo que el mensaje queda diluido en la maraña del ruido y no consigue su efecto.
En todo caso, cada uno es muy libre de expresarse como considere más conveniente, porque para eso está la libertad de expresión.
Dice este compañero con claridad meridiana lo que otros muchos piensan pero, por el motivo que sea, no se atreven a decir en público. No le gusta el régimen castrista y lo suelta, intuyo que tampoco le hace mucha gracia Chávez y lo dice sin recato, y, ahora, parece que muchos le acusan de ser un anticomunista convencido por escribir algunas críticas dirigidas al PCE.
La verdad es que, como ya tengo bastantes años, he visto a lo largo de mi vida como se ha etiquetado a muchas personas como consecuencia de su independencia de criterio y de sus análisis heterodoxos. Tal vez sea parte de la condición humana etiquetarnos los unos a los otros.
Sin embargo, pese a que yo procuraría y, de hecho lo intento, utilizar un leguaje más templado que el de mi compañero, reconozco que éste muchas veces escribe cosas sobre las que no se puede pasar fácilmente por alto, porque son asuntos que a todos nos deben interesar.
La última andanada, al menos que yo sepa, se refiere al asunto de otro compañero de IU que, al parecer, va a tener que optar entre su militancia en esta organización, o su puesto en el Ministerio de Asuntos Exteriores, ya que, según los vigilantes de la pureza, su cargo es incompatible con pertenecer a la coalición y mucho menos la participación en el Gobierno del Psoe.
Ciertamente no sé si achacar a la ignorancia más atrevida o a la maldad semejante disparate, porque, un director general de un ministerio, en caso alguno puede ser considerado un miembro del gobierno.
Se trata del puesto más alto en el que se puede llegar en la Administración del estado. Por tanto es, a todos los efectos, un funcionario de carrera y nada más.
No me extraña que nuestro compañero se exalte ante semejante actitud, que parece dictada por la más obtusa de las intolerancias, y por pretender reflejar aquello que no es. Da a impresión de que trabajar en un ministerio es, sí gobierna el Psoe, una especie de estigma que marca para toda la vida.
Supongo que IU estará, entre otras cosas, en condiciones de asumir el salario de Agustín Santos, que así se llama el traidor, para que éste pueda mantener su militancia en IU y dejar su puesto en el Ministerio de Asuntos Exteriores, hasta que los guardianes de la fe, den su plácet.
La verdad es que últimamente están ocurriendo cosas en IU que son muy, pero que muy preocupantes; alejadísimas de ese pacto de refundación que pareció comprometer a todos para sacar adelante un proyecto de izquierda en una sociedad occidental desarrollada en la querámoslo o no, estamos inmersos.
Nosotros, por ahora, no dictamos las reglas del juego y, lo mejor a lo que podemos aspirar, es a que estas normas sean lo menos dañinas posible para el conjunto de los ciudadanos, a través de una labor sensata y que permita que el máximo de personas se acerquen a nosotros.
Posiblemente, un director general de IU dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores, sea de una gran utilidad, tanto para la propia organización como para todos aquellos a los que puedan beneficiar su labor que es meramente técnica.
Es evidente que, con estas actitudes, muchos no sólo no se van a acercar, sino que se alejarán espantados ante la posibilidad de que en cualquier momento se les exija que renuncien a su trabajo en aras de la pureza militante. O sea, justo lo que criticamos en los demás cuando excluyen a quienes no son de su cuerda.
¡Basta ya de anatemas!
Tiene la costumbre de decir las cosas tal y como las piensa, sin cortarse un pelo. A veces, incluso, con cierta agresividad dialéctica que a muchos les provoca un gran enfado y hace que le zarandeen de lo lindo.
Posiblemente, no seré yo quien lo niegue, ese lenguaje debería ser más comedido, más sosegado, porque las formas son, en muchas ocasiones, importantes a la hora de exponer los argumentos y razones.
Además, al final, se corre el riesgo de que muchos lectores o auditores, conturbados por lo abrupto de la expresión, den más importancia a ésta, que al fondo de la misma, con lo que el mensaje queda diluido en la maraña del ruido y no consigue su efecto.
En todo caso, cada uno es muy libre de expresarse como considere más conveniente, porque para eso está la libertad de expresión.
Dice este compañero con claridad meridiana lo que otros muchos piensan pero, por el motivo que sea, no se atreven a decir en público. No le gusta el régimen castrista y lo suelta, intuyo que tampoco le hace mucha gracia Chávez y lo dice sin recato, y, ahora, parece que muchos le acusan de ser un anticomunista convencido por escribir algunas críticas dirigidas al PCE.
La verdad es que, como ya tengo bastantes años, he visto a lo largo de mi vida como se ha etiquetado a muchas personas como consecuencia de su independencia de criterio y de sus análisis heterodoxos. Tal vez sea parte de la condición humana etiquetarnos los unos a los otros.
Sin embargo, pese a que yo procuraría y, de hecho lo intento, utilizar un leguaje más templado que el de mi compañero, reconozco que éste muchas veces escribe cosas sobre las que no se puede pasar fácilmente por alto, porque son asuntos que a todos nos deben interesar.
La última andanada, al menos que yo sepa, se refiere al asunto de otro compañero de IU que, al parecer, va a tener que optar entre su militancia en esta organización, o su puesto en el Ministerio de Asuntos Exteriores, ya que, según los vigilantes de la pureza, su cargo es incompatible con pertenecer a la coalición y mucho menos la participación en el Gobierno del Psoe.
Ciertamente no sé si achacar a la ignorancia más atrevida o a la maldad semejante disparate, porque, un director general de un ministerio, en caso alguno puede ser considerado un miembro del gobierno.
Se trata del puesto más alto en el que se puede llegar en la Administración del estado. Por tanto es, a todos los efectos, un funcionario de carrera y nada más.
No me extraña que nuestro compañero se exalte ante semejante actitud, que parece dictada por la más obtusa de las intolerancias, y por pretender reflejar aquello que no es. Da a impresión de que trabajar en un ministerio es, sí gobierna el Psoe, una especie de estigma que marca para toda la vida.
Supongo que IU estará, entre otras cosas, en condiciones de asumir el salario de Agustín Santos, que así se llama el traidor, para que éste pueda mantener su militancia en IU y dejar su puesto en el Ministerio de Asuntos Exteriores, hasta que los guardianes de la fe, den su plácet.
La verdad es que últimamente están ocurriendo cosas en IU que son muy, pero que muy preocupantes; alejadísimas de ese pacto de refundación que pareció comprometer a todos para sacar adelante un proyecto de izquierda en una sociedad occidental desarrollada en la querámoslo o no, estamos inmersos.
Nosotros, por ahora, no dictamos las reglas del juego y, lo mejor a lo que podemos aspirar, es a que estas normas sean lo menos dañinas posible para el conjunto de los ciudadanos, a través de una labor sensata y que permita que el máximo de personas se acerquen a nosotros.
Posiblemente, un director general de IU dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores, sea de una gran utilidad, tanto para la propia organización como para todos aquellos a los que puedan beneficiar su labor que es meramente técnica.
Es evidente que, con estas actitudes, muchos no sólo no se van a acercar, sino que se alejarán espantados ante la posibilidad de que en cualquier momento se les exija que renuncien a su trabajo en aras de la pureza militante. O sea, justo lo que criticamos en los demás cuando excluyen a quienes no son de su cuerda.
¡Basta ya de anatemas!
lunes, noviembre 30, 2009
INÉS SABANÉS
Hoy, último día de noviembre de 2009, he recibido una mala noticia que, no por menos esperada, me deja una menor sensación de tristeza y de vacío personal y político.
Es una mala noticia para muchos de los que militamos en Izquierda Unida de Madrid, pero también creo que es una pésima noticia para todos aquellos ciudadanos que, desde posiciones de izquierda, confiaban en que la refundación de IU tendría a esta gran mujer como una de sus protagonistas.
Inés Sabanés ha anunciado en una entrevista aparecida en el diario El País, que no va a concurrir a un proceso electoral en Izquierda Unida de Madrid para enfrentarse a otros posibles candidatos de la coalición. La decisión es definitiva y está relacionada con la opción de adelantar el nombramiento de éstos, antes de que se profundice en el proceso de refundación de la organización.
Y, pese a lo que piensen y afirmen muchos de mis compañeros de IU, yo si creo que es un problema de nombres, claro que es un problema de nombres. La política es también nombres, cuando estos equivalen a prestigio y a trabajo.
Lo que no es, ciertamente, es un problema de personalismos, algo que parece que algunos no entienden o no quieren entender. Precisamente, porque para Inés no es una batalla personal, sino una cuestión de conceptos, es por lo que decide abandonar esta fase de la actividad política.
Cuando afirmo que sí es una cuestión de nombres, lo que quiero significar es que IU-CM no está en condiciones de prescindir de aquellas o aquellos militantes que, desde siempre, han estado al pie del cañón trabajando por y con los ciudadanos. No andamos tan sobrados de personas apreciadas por los que viven y trabajan en esta Comunidad, como para alegremente no contar con ellos en el futuro inmediato en el que el reto es tan grave: el ser o no ser de la izquierda.
Inés Sabanés es una de las personas más valoradas dentro de la Comunidad de Madrid y, este aspecto, es un valor añadido que, en caso alguno, debería haber sido despreciado a la hora de establecer los criterios de elección de los candidatos.
Y no me refiero a que la mayoría de IU no pueda elegir legítimamente a quien considere más apropiado y capacitado para desarrollar el programa que, aún no está ni siquiera elaborado, sino a que precisamente su posición (la de ella) es la que se corresponde con más exactitud con el espíritu de la refundación que se había acordado después de la IX Asamblea Federal y esto tendría que haber sido valorado.
Se equivocarán gravemente quienes pretendan ver en mi actitud un rechazo frontal a otras compañeras o compañeros. Si lo es, en cambio, al método que se ha escogido, que por decirlo de una forma castiza supone empezar la casa por el tejado.
Además, otros, afortunadamente pocos, han pretendido subirse, o se han aupado directamente, al carro de las insidias que pretendían poner a Inés en la órbita del PSM. Esta actitud define perfectamente a quien la propala, la sustenta, la encubre o no la rechaza con total y absoluta rotundidad. No era necesaria una campaña de desprestigio para avalar determinadas decisiones.
Hace bastantes años que conozco a Inés. Es una de las escasísimas dirigentes de IU-CM que ha tenido la delicadeza, la amabilidad, la responsabilidad y siempre la disponibilidad, de venir al pueblo donde resido, en el que hay una muy pequeña asamblea de IU que, casi con total certeza, gracias a su concurso consciente, a su presencia amena y a su ánimo sosegado y pedagógico, logró en las últimas elecciones municipales sacar un concejal.
Hoy, un mal día para la izquierda, me siento profundamente orgulloso de compartir mi visión de la política, y también de la vida, con una mujer que, como bien ha dicho otra mujer, ha creado una escuela en la que muchos hemos aprendido o, al menos, lo hemos intentado.
Ciertamente la retirada de Inés de esta fase de la política de la Comunidad de Madrid no es una buena noticia para todos los que desde la cercanía militante y, lo que es mucho más importante, desde la calidad humana que transmite, nos vamos a sentir huérfanos de uno de nuestros mejores valores.
Es una mala noticia para muchos de los que militamos en Izquierda Unida de Madrid, pero también creo que es una pésima noticia para todos aquellos ciudadanos que, desde posiciones de izquierda, confiaban en que la refundación de IU tendría a esta gran mujer como una de sus protagonistas.
Inés Sabanés ha anunciado en una entrevista aparecida en el diario El País, que no va a concurrir a un proceso electoral en Izquierda Unida de Madrid para enfrentarse a otros posibles candidatos de la coalición. La decisión es definitiva y está relacionada con la opción de adelantar el nombramiento de éstos, antes de que se profundice en el proceso de refundación de la organización.
Y, pese a lo que piensen y afirmen muchos de mis compañeros de IU, yo si creo que es un problema de nombres, claro que es un problema de nombres. La política es también nombres, cuando estos equivalen a prestigio y a trabajo.
Lo que no es, ciertamente, es un problema de personalismos, algo que parece que algunos no entienden o no quieren entender. Precisamente, porque para Inés no es una batalla personal, sino una cuestión de conceptos, es por lo que decide abandonar esta fase de la actividad política.
Cuando afirmo que sí es una cuestión de nombres, lo que quiero significar es que IU-CM no está en condiciones de prescindir de aquellas o aquellos militantes que, desde siempre, han estado al pie del cañón trabajando por y con los ciudadanos. No andamos tan sobrados de personas apreciadas por los que viven y trabajan en esta Comunidad, como para alegremente no contar con ellos en el futuro inmediato en el que el reto es tan grave: el ser o no ser de la izquierda.
Inés Sabanés es una de las personas más valoradas dentro de la Comunidad de Madrid y, este aspecto, es un valor añadido que, en caso alguno, debería haber sido despreciado a la hora de establecer los criterios de elección de los candidatos.
Y no me refiero a que la mayoría de IU no pueda elegir legítimamente a quien considere más apropiado y capacitado para desarrollar el programa que, aún no está ni siquiera elaborado, sino a que precisamente su posición (la de ella) es la que se corresponde con más exactitud con el espíritu de la refundación que se había acordado después de la IX Asamblea Federal y esto tendría que haber sido valorado.
Se equivocarán gravemente quienes pretendan ver en mi actitud un rechazo frontal a otras compañeras o compañeros. Si lo es, en cambio, al método que se ha escogido, que por decirlo de una forma castiza supone empezar la casa por el tejado.
Además, otros, afortunadamente pocos, han pretendido subirse, o se han aupado directamente, al carro de las insidias que pretendían poner a Inés en la órbita del PSM. Esta actitud define perfectamente a quien la propala, la sustenta, la encubre o no la rechaza con total y absoluta rotundidad. No era necesaria una campaña de desprestigio para avalar determinadas decisiones.
Hace bastantes años que conozco a Inés. Es una de las escasísimas dirigentes de IU-CM que ha tenido la delicadeza, la amabilidad, la responsabilidad y siempre la disponibilidad, de venir al pueblo donde resido, en el que hay una muy pequeña asamblea de IU que, casi con total certeza, gracias a su concurso consciente, a su presencia amena y a su ánimo sosegado y pedagógico, logró en las últimas elecciones municipales sacar un concejal.
Hoy, un mal día para la izquierda, me siento profundamente orgulloso de compartir mi visión de la política, y también de la vida, con una mujer que, como bien ha dicho otra mujer, ha creado una escuela en la que muchos hemos aprendido o, al menos, lo hemos intentado.
Ciertamente la retirada de Inés de esta fase de la política de la Comunidad de Madrid no es una buena noticia para todos los que desde la cercanía militante y, lo que es mucho más importante, desde la calidad humana que transmite, nos vamos a sentir huérfanos de uno de nuestros mejores valores.
domingo, noviembre 29, 2009
LOS JUSTICIEROS
Mientras me queden fuerzas, no dejaré de insistir en el peligro que supone la utilización, por parte de la mayor parte de los medios de comunicación, de las noticias más dramáticas para establecer culpabilidades apriorísticas y escarnecer a personas que, por no haber sido juzgadas, tienen derecho a la presunción de inocencia.
No cejaré en recordar a quien quiera escuchar y leer que, en este país, ha costado mucho tener un estado de Derecho que garantiza a todos los ciudadanos, a todos sin excepción, que no van a ser discriminados por cualquier tipo de condición social, racial, preferencia sexual, creencia o fe.
Clamaré contra los juicios paralelos y la exhibición mediática de todos aquellos que, como personas, tienen derecho al respecto absoluto de la integridad de su imagen y honor e insistiré en que, aún en el caso de que exista una sentencia firme condenatoria, la dignidad es inherente a las personas.
El último caso de perversión de todos estos principios ha sucedido en las Islas Canarias pero podría haber sucedido en cualquier otra comunidad. No hay más que ver en qué espectáculo se ha convertido el juicio por el crimen del alcalde de Fago, o las detenciones por la de la muerte del de Polop de la Marina.
Sin embargo, este caso ha sido especialmente repugnante: una niña de tres años fallece en un hospital y, ante la posibilidad de que sea como consecuencia de mal trato el médico avisa a las autoridades, Hasta aquí todo entra dentro de lo normal.
Pero, de repente empezamos a saber (alguien lo filtra) que la niña presentaba hematomas, quemaduras y, lo que es aún más terrible, desgarros anales y vaginales. Se detiene al novio de la madre de la niña como responsable de la violación misma y muerte de pequeña. Ya tenemos carnaza.
De inmediato los medios de comunicación se hacen eco de este suceso siniestro y exhiben al detenido, quien por cierto negó todas las acusaciones, sin el más mínimo respeto a su integridad. Diego, un chico de 24 años ha sido durante poco más de 24 horas un violador y un homicida expuesto en el circo que ya le había juzgado y condenado. Los insultos se han podido oír con toda claridad.
Después se le deja en LIBERTAD SIN CARGO ALGUNO, porque se ha demostrado tras la autopsia de esa pobre criatura que la muerte se debió PROBABLEMENTE a una caída que le produjo un daño cerebral. Justo lo que sostuvo Diego desde el inicio de su calvario.
¿Cómo es posible que se conculque de tal forma el derecho de los ciudadanos, dónde están quienes tiene que velar por ellos, dónde quienes tienen la obligación de garantizar nuestra seguridad jurídica, los que deben asegurar nuestra integridad ante estas afrentas? ¿Dónde está el Defensor del Pueblo? Sin duda le preocupa mucho más el desarrollo del Estatut de Catalunya que el atropello que ha sufrido este chico.
¿Cómo se va a reparar el daño hecho? ¿Con cuántos euros se repone la decencia y el buen nombre de una persona sometida a esta vejación?
Que mierda de justicieros y que asco me dan.
No cejaré en recordar a quien quiera escuchar y leer que, en este país, ha costado mucho tener un estado de Derecho que garantiza a todos los ciudadanos, a todos sin excepción, que no van a ser discriminados por cualquier tipo de condición social, racial, preferencia sexual, creencia o fe.
Clamaré contra los juicios paralelos y la exhibición mediática de todos aquellos que, como personas, tienen derecho al respecto absoluto de la integridad de su imagen y honor e insistiré en que, aún en el caso de que exista una sentencia firme condenatoria, la dignidad es inherente a las personas.
El último caso de perversión de todos estos principios ha sucedido en las Islas Canarias pero podría haber sucedido en cualquier otra comunidad. No hay más que ver en qué espectáculo se ha convertido el juicio por el crimen del alcalde de Fago, o las detenciones por la de la muerte del de Polop de la Marina.
Sin embargo, este caso ha sido especialmente repugnante: una niña de tres años fallece en un hospital y, ante la posibilidad de que sea como consecuencia de mal trato el médico avisa a las autoridades, Hasta aquí todo entra dentro de lo normal.
Pero, de repente empezamos a saber (alguien lo filtra) que la niña presentaba hematomas, quemaduras y, lo que es aún más terrible, desgarros anales y vaginales. Se detiene al novio de la madre de la niña como responsable de la violación misma y muerte de pequeña. Ya tenemos carnaza.
De inmediato los medios de comunicación se hacen eco de este suceso siniestro y exhiben al detenido, quien por cierto negó todas las acusaciones, sin el más mínimo respeto a su integridad. Diego, un chico de 24 años ha sido durante poco más de 24 horas un violador y un homicida expuesto en el circo que ya le había juzgado y condenado. Los insultos se han podido oír con toda claridad.
Después se le deja en LIBERTAD SIN CARGO ALGUNO, porque se ha demostrado tras la autopsia de esa pobre criatura que la muerte se debió PROBABLEMENTE a una caída que le produjo un daño cerebral. Justo lo que sostuvo Diego desde el inicio de su calvario.
¿Cómo es posible que se conculque de tal forma el derecho de los ciudadanos, dónde están quienes tiene que velar por ellos, dónde quienes tienen la obligación de garantizar nuestra seguridad jurídica, los que deben asegurar nuestra integridad ante estas afrentas? ¿Dónde está el Defensor del Pueblo? Sin duda le preocupa mucho más el desarrollo del Estatut de Catalunya que el atropello que ha sufrido este chico.
¿Cómo se va a reparar el daño hecho? ¿Con cuántos euros se repone la decencia y el buen nombre de una persona sometida a esta vejación?
Que mierda de justicieros y que asco me dan.
REVISIONISMO PURO Y DURO
Un primer y apresurado vistazo a la Ley de Economía Sostenible que presentó el 27 de marzo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, me lleva a la conclusión de que se trata de más de lo mismo, es decir, acrecencia de intentos de mantener a salvo el sistema capitalista, con parches paliativos, en la más pura tradición revisionista. O, dicho de otra forma, ni un sólo avance hacia el socialismo, ni siquiera en su versión socialdemócrata.
Por lo tanto, como no se aprovecha la crisis para acometer, no estas reformas más o menos bien intencionadas, sino auténticos cambios radicales del sistema de producción, es más que seguro que, dentro de algún tiempo, 15 ó 20 años, volvamos a padecer otra situación similar a la actual.
Se ha dicho que este conflicto ha tenido unas caracteristicazas muy distintas a las anteriores y ello es, en mi opinión, sólo cierto parcialmente porque, en el fondo, la cuestión es la de siempre: la contradicción innata del sistema de producción capitalista entre la ilimitada capacidad producción y la limitada capacidad de consumo y distribución. Algo que hace que las crisis sean absolutamente necesarias para la sobrevivencia del propio sistema que así se ajusta dentro de su lógica.
Es cierto que el problema más palpable ha sido en este caso la casi desaparición del crédito, algo que tampoco es nuevo porque, en cualquier crisis, lo primero que desparece es el préstamo de dinero con lo que se paraliza el sistema, que es precisamente la base de su reajuste.
También en esta crisis se ha puesto de manifiesto la contradicción entre la sobreproducción y la capacidad limitada de consumo. El detonante han sido las hipotecas de alto riesgo llamadas “subprime”.
E hipotecas son sólo el resultado de la necesidad que las constructoras e inmobiliarias de Estados Unidos tenían de colocar, de vender, de distribuir, sus casas en un mercado absolutamente saturado. El exceso de producción de casas lleva a tener que incentivar artificialmente el consumo y facilitar el acceso al crédito incluso en condiciones de gran riesgo tanto a posibles compradores como a constructores.
Los bancos, no sólo en Estados Unidos, creyeron que, en el peor de los casos, siempre tendrían, en caso de morosidad, la garantía de la casa incautada al que no podía pagar, sin contar con la posibilidad de que se produjera un parón en la demanda, y por tanto, una caída generalizada de los precios de tal magnitud que, en el mejor de los casos, vendían con fuertes pérdidas.
Como la economía está globalizada no sólo los bancos estadounidenses fueron los afectados sino los de caso todo el mundo, ya que las “subprime” habían sido vendidas a diestro y siniestro.
Y ahora qué pasa. Pues sencillamente que allí donde la crisis ha coincidido con la presencia en el gobiernos de partidos socialdemócratas, éstos no han hecho nada por cambiar el sistema y, fieles a su historia, han sido presos del pánico y se han limitado a medidas paliativas encaminadas a corregir algunos de los aspectos más dañinos invirtiendo cantidades ingentes en salvar grandes empresas y bancos.
Es cierto, y justo es reconocerlo que, en el caso de España, el gobierno ha intentado con más afán que éxito, evitar que los efectos de la crisis no provocara un desastre entre los trabajadores. Es evidente que los resultados son muy pobres, porque nada menos que cuatro millones de personas han perdido su empleo y un millón de familias tienen a todos sus integrantes en el desempleo.
Y ahora nos presentan una serie de medidas que sólo van a servir para capear el temporal porque no atajan el verdadero mal. Se trata de medidas de incentivo de la misma economía que antes o después volverá a producir una nueva espiral de sobreproducción.
Porque nos podríamos preguntar con inquietud, qué tipo de economía es la que se quiere incentivar. ¿La misma que nos ha llevado es esta situación de desempleo, de incertidumbre, de desaparición de empresas pequeñas y medianas, de EREs masivos, de personas que pierden sus casas? ¿Es esto lo que hay que incentivar, es este la economía sostenible que hay que nos va a salvar?
En fin, como señalé al inicio y, aunque la lectura definitiva de estas medidas es algo que está pendiente, al menos hasta que conozcamos los detalles más importantes, da la impresión de que este proyecto de Ley tan cacareado se queda en nada de nada o en más de lo de siempre.
Por lo tanto, como no se aprovecha la crisis para acometer, no estas reformas más o menos bien intencionadas, sino auténticos cambios radicales del sistema de producción, es más que seguro que, dentro de algún tiempo, 15 ó 20 años, volvamos a padecer otra situación similar a la actual.
Se ha dicho que este conflicto ha tenido unas caracteristicazas muy distintas a las anteriores y ello es, en mi opinión, sólo cierto parcialmente porque, en el fondo, la cuestión es la de siempre: la contradicción innata del sistema de producción capitalista entre la ilimitada capacidad producción y la limitada capacidad de consumo y distribución. Algo que hace que las crisis sean absolutamente necesarias para la sobrevivencia del propio sistema que así se ajusta dentro de su lógica.
Es cierto que el problema más palpable ha sido en este caso la casi desaparición del crédito, algo que tampoco es nuevo porque, en cualquier crisis, lo primero que desparece es el préstamo de dinero con lo que se paraliza el sistema, que es precisamente la base de su reajuste.
También en esta crisis se ha puesto de manifiesto la contradicción entre la sobreproducción y la capacidad limitada de consumo. El detonante han sido las hipotecas de alto riesgo llamadas “subprime”.
E hipotecas son sólo el resultado de la necesidad que las constructoras e inmobiliarias de Estados Unidos tenían de colocar, de vender, de distribuir, sus casas en un mercado absolutamente saturado. El exceso de producción de casas lleva a tener que incentivar artificialmente el consumo y facilitar el acceso al crédito incluso en condiciones de gran riesgo tanto a posibles compradores como a constructores.
Los bancos, no sólo en Estados Unidos, creyeron que, en el peor de los casos, siempre tendrían, en caso de morosidad, la garantía de la casa incautada al que no podía pagar, sin contar con la posibilidad de que se produjera un parón en la demanda, y por tanto, una caída generalizada de los precios de tal magnitud que, en el mejor de los casos, vendían con fuertes pérdidas.
Como la economía está globalizada no sólo los bancos estadounidenses fueron los afectados sino los de caso todo el mundo, ya que las “subprime” habían sido vendidas a diestro y siniestro.
Y ahora qué pasa. Pues sencillamente que allí donde la crisis ha coincidido con la presencia en el gobiernos de partidos socialdemócratas, éstos no han hecho nada por cambiar el sistema y, fieles a su historia, han sido presos del pánico y se han limitado a medidas paliativas encaminadas a corregir algunos de los aspectos más dañinos invirtiendo cantidades ingentes en salvar grandes empresas y bancos.
Es cierto, y justo es reconocerlo que, en el caso de España, el gobierno ha intentado con más afán que éxito, evitar que los efectos de la crisis no provocara un desastre entre los trabajadores. Es evidente que los resultados son muy pobres, porque nada menos que cuatro millones de personas han perdido su empleo y un millón de familias tienen a todos sus integrantes en el desempleo.
Y ahora nos presentan una serie de medidas que sólo van a servir para capear el temporal porque no atajan el verdadero mal. Se trata de medidas de incentivo de la misma economía que antes o después volverá a producir una nueva espiral de sobreproducción.
Porque nos podríamos preguntar con inquietud, qué tipo de economía es la que se quiere incentivar. ¿La misma que nos ha llevado es esta situación de desempleo, de incertidumbre, de desaparición de empresas pequeñas y medianas, de EREs masivos, de personas que pierden sus casas? ¿Es esto lo que hay que incentivar, es este la economía sostenible que hay que nos va a salvar?
En fin, como señalé al inicio y, aunque la lectura definitiva de estas medidas es algo que está pendiente, al menos hasta que conozcamos los detalles más importantes, da la impresión de que este proyecto de Ley tan cacareado se queda en nada de nada o en más de lo de siempre.
viernes, noviembre 27, 2009
PROSTITUCIÓN: UN DEBATE ETERNO
Si a cualquiera de nosotros le dijeran que un partido político o un determinado grupo social intentan introducir en el Código Penal la gula como un delito, nuestra reacción iría, posiblemente, desde la sonrisa condescendiente, hasta la mayor estupefacción, ante semejante desatino.
Todos sabemos, y respetamos esa creencia, que, desde la perspectiva católica, la gula, deseo desordenado de comer y beber, es uno de los siete pecados capitales y, por tanto, desde la eventualidad de la salvación del alma, un motivo de condenación.
Incluso podríamos considerar, desde una posición más próxima a la ética, francamente condenable atiborrarse de comida y desperdiciarla si tenemos en cuenta la cantidad de personas que cada día se mueren de hambre en el mundo. Repito que desde una perspectiva ética pero nunca con intención punitiva.
Viene esta breve disquisición a cuento del asunto, ya manido, de la abolición o regulación de la prostitución y de la actitud que determinada izquierda toma frente a este asunto.
En concreto, me ha sorprendido, y mucho, aunque por supuesto, desde el más absoluto respeto, la propuesta expresada por el recién elegido secretario general del PCE, José Luis Centella, quien ha afirmado que la prostitución debe ser incluida dentro de la violencia de género.
Precisamente porque es ésta una aseveración generalizadora, que no tiene en cuenta todos los matices posibles, es por lo que semejante posición me parece inadecuada y quizá, de algún modo, coincidente con los que se sitúan sólo en la óptica del aspecto moral de la cuestión.
Me da la impresión de que Centella considera la prostitución como un problema meramente social. Es decir mantiene una visión que es heredera de la que tenía la izquierda hace ya muchos años y que era consecuencia de la indudable explotación sexual a la que se veían sometidas muchas mujeres trabajadoras para poder subsistir. Sobre esto sobre cualquier comentario adicional.
Sin embargo, en mi opinión, olvida Centella que siempre han existido personas que han alquilado su cuerpo para satisfacer las necesidades sexuales de otras personas y que hacen de este trabajo su modo de vida.
Evidentemente, nos podrá parecer más o menos atinado y deseable este tipo de trabajo pero, en todo caso, sólo podremos hacer una análisis negativo si nos situamos en una perspectiva moral, pero jamás social y, mucho menos, una laboral o penal. Podremos pensar que deploramos que alguien se dedique ese trabajo pero, en caso alguno, ni las prostitutas o prostitutos, ni sus clientes, podrán ser considerados delincuentes, de igual forma que no lo podrán ser considerados los glotones o los masturbadores porque, de alguna forma, estaríamos equiparando pecado y delito.
Por supuesto, todo lo expuesto sólo sirve para aquellos casos en que la persona que se dedica a la prostitución, lo hace de manera libre y consciente y sólo en ese caso. Huelga decir que, todo lo que suponga una explotación, como en cualquier otra actividad, debe ser castigada sin la más mínima contemplación y con la máxima severidad que prevean las leyes.
Además, se corre el riesgo de que la abolición sólo afecte a quienes menos posibilidades de eludir la ley tengan, de forma que, la prostitución de lujo continúe su actividad sin más problemas como ha pasado siempre, y la más modesta soporte todos los rigores de la ley, de igual forma que únicamente los ricos tienen auténtica capacidad para defraudar a Hacienda.
También quiero que quede claro que la opinión expresada es absolutamente personal y no trata de representar a nadie, por más que yo pertenezca a determinada formación política en la que, además, hay un amplio y no finalizado debate sobre esta polémica cuestión.
Tómese pues, con una modesta aportación, más en el intento de que, de una vez, se aclare el panorama de una serie de personas que, hasta ahora, están en la mayor parte de las ocasiones sujetas a la tolerancia (vista gorda) de las autoridades pero sin la menor protección legal y desprotegidas antes, esta vez si, violencia de grupos de fanáticos moralizantes.
Todos sabemos, y respetamos esa creencia, que, desde la perspectiva católica, la gula, deseo desordenado de comer y beber, es uno de los siete pecados capitales y, por tanto, desde la eventualidad de la salvación del alma, un motivo de condenación.
Incluso podríamos considerar, desde una posición más próxima a la ética, francamente condenable atiborrarse de comida y desperdiciarla si tenemos en cuenta la cantidad de personas que cada día se mueren de hambre en el mundo. Repito que desde una perspectiva ética pero nunca con intención punitiva.
Viene esta breve disquisición a cuento del asunto, ya manido, de la abolición o regulación de la prostitución y de la actitud que determinada izquierda toma frente a este asunto.
En concreto, me ha sorprendido, y mucho, aunque por supuesto, desde el más absoluto respeto, la propuesta expresada por el recién elegido secretario general del PCE, José Luis Centella, quien ha afirmado que la prostitución debe ser incluida dentro de la violencia de género.
Precisamente porque es ésta una aseveración generalizadora, que no tiene en cuenta todos los matices posibles, es por lo que semejante posición me parece inadecuada y quizá, de algún modo, coincidente con los que se sitúan sólo en la óptica del aspecto moral de la cuestión.
Me da la impresión de que Centella considera la prostitución como un problema meramente social. Es decir mantiene una visión que es heredera de la que tenía la izquierda hace ya muchos años y que era consecuencia de la indudable explotación sexual a la que se veían sometidas muchas mujeres trabajadoras para poder subsistir. Sobre esto sobre cualquier comentario adicional.
Sin embargo, en mi opinión, olvida Centella que siempre han existido personas que han alquilado su cuerpo para satisfacer las necesidades sexuales de otras personas y que hacen de este trabajo su modo de vida.
Evidentemente, nos podrá parecer más o menos atinado y deseable este tipo de trabajo pero, en todo caso, sólo podremos hacer una análisis negativo si nos situamos en una perspectiva moral, pero jamás social y, mucho menos, una laboral o penal. Podremos pensar que deploramos que alguien se dedique ese trabajo pero, en caso alguno, ni las prostitutas o prostitutos, ni sus clientes, podrán ser considerados delincuentes, de igual forma que no lo podrán ser considerados los glotones o los masturbadores porque, de alguna forma, estaríamos equiparando pecado y delito.
Por supuesto, todo lo expuesto sólo sirve para aquellos casos en que la persona que se dedica a la prostitución, lo hace de manera libre y consciente y sólo en ese caso. Huelga decir que, todo lo que suponga una explotación, como en cualquier otra actividad, debe ser castigada sin la más mínima contemplación y con la máxima severidad que prevean las leyes.
Además, se corre el riesgo de que la abolición sólo afecte a quienes menos posibilidades de eludir la ley tengan, de forma que, la prostitución de lujo continúe su actividad sin más problemas como ha pasado siempre, y la más modesta soporte todos los rigores de la ley, de igual forma que únicamente los ricos tienen auténtica capacidad para defraudar a Hacienda.
También quiero que quede claro que la opinión expresada es absolutamente personal y no trata de representar a nadie, por más que yo pertenezca a determinada formación política en la que, además, hay un amplio y no finalizado debate sobre esta polémica cuestión.
Tómese pues, con una modesta aportación, más en el intento de que, de una vez, se aclare el panorama de una serie de personas que, hasta ahora, están en la mayor parte de las ocasiones sujetas a la tolerancia (vista gorda) de las autoridades pero sin la menor protección legal y desprotegidas antes, esta vez si, violencia de grupos de fanáticos moralizantes.
miércoles, noviembre 25, 2009
DIVORCIO HABEMUS
Lo que esperábamos ha sucedido: Elena borbón se ha divorciado de Marichalar tras una temporadita de interrupción de la convivencia, como llamaron de forma cursi y ramplona, a lo que para el común de los mortales, es una separación.
La verdad es que la vida privada de esos dos personajes me la trae al pairo, no me interesa lo más mínimo, salvo en lo tocante a lo que me cuesta a mi bolsillo su manutención. Estaré atento, por tanto, al acuerdo de separación.
Sin embargo, mi interés en este asunto va por otro camino: estoy esperando con auténtico interés la reacción de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que, supongo, emitirá una durísima nota de condena por semejante decisión después de que, ambos, fueran casados por el rito sacramental de la Iglesia romana en la catedral de Sevilla con toda la parafernalia del caso y, por supuesto, a cargo del erario público.
Porque la norma canónica es que lo que una Dios que no lo separe el hombre y, que yo sepa, ese precepto no hace distinción de clases y vale igual para un plebeyo que para un miembro de la borbonez. El divorcio está taxativamente prohibido y los divorciados quedan automáticamente separados de la comunión católica. ¿Se aplicará esta norma a la hija del heredero de Franco?
Porque, bien podría ocurrir, que la manga ancha de la Iglesia con algunas personas, vuelva a ponerse de manifiesto e, igual que el cardenal Rouco Varela miró para otro lado a la hora de casar a Leticia Ortíz con Felipe, haga exactamente lo mismo en este caso, con lo que quedará demostrada su hipocresía y su doble vara de medir. Un tarjetita amarilla y a vivir que son dos días.
A ver si así, tras este episodio, nos vamos dando cuenta de con quienes nos jugamos los cuartos y el Gobierno toma buena nota y va colocando a la Iglesia Católica hispana en el lugar que le corresponde que no es otro que en las sacristías.
Hace mucho que deje de ser el anticlerical come curas de mi juventud, algo que me parece sensato y positivo, pero lo que no puedo tolerar es que los jerarcas de la CEE pretendan impartir clases de moral que, a la hora de la verdad, se adapta a las circunstancias según la significación personal de quien la moralina.
Así que, lo dicho, espero y deseo una nota muy dura contra este divorcio.
La verdad es que la vida privada de esos dos personajes me la trae al pairo, no me interesa lo más mínimo, salvo en lo tocante a lo que me cuesta a mi bolsillo su manutención. Estaré atento, por tanto, al acuerdo de separación.
Sin embargo, mi interés en este asunto va por otro camino: estoy esperando con auténtico interés la reacción de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que, supongo, emitirá una durísima nota de condena por semejante decisión después de que, ambos, fueran casados por el rito sacramental de la Iglesia romana en la catedral de Sevilla con toda la parafernalia del caso y, por supuesto, a cargo del erario público.
Porque la norma canónica es que lo que una Dios que no lo separe el hombre y, que yo sepa, ese precepto no hace distinción de clases y vale igual para un plebeyo que para un miembro de la borbonez. El divorcio está taxativamente prohibido y los divorciados quedan automáticamente separados de la comunión católica. ¿Se aplicará esta norma a la hija del heredero de Franco?
Porque, bien podría ocurrir, que la manga ancha de la Iglesia con algunas personas, vuelva a ponerse de manifiesto e, igual que el cardenal Rouco Varela miró para otro lado a la hora de casar a Leticia Ortíz con Felipe, haga exactamente lo mismo en este caso, con lo que quedará demostrada su hipocresía y su doble vara de medir. Un tarjetita amarilla y a vivir que son dos días.
A ver si así, tras este episodio, nos vamos dando cuenta de con quienes nos jugamos los cuartos y el Gobierno toma buena nota y va colocando a la Iglesia Católica hispana en el lugar que le corresponde que no es otro que en las sacristías.
Hace mucho que deje de ser el anticlerical come curas de mi juventud, algo que me parece sensato y positivo, pero lo que no puedo tolerar es que los jerarcas de la CEE pretendan impartir clases de moral que, a la hora de la verdad, se adapta a las circunstancias según la significación personal de quien la moralina.
Así que, lo dicho, espero y deseo una nota muy dura contra este divorcio.
sábado, noviembre 21, 2009
FALSEDADES PELIGROSAS
Desde hace algunas semanas se ha iniciado una operación que pretende convencernos de que existe una conspiración contra los empresarios. Una campaña en la que estarían implicados los sindicatos, el gobierno y algunas fuerzas de Izquierda.
Esta cruzada, liderada por Intereconomía y su medio escrito La Gaceta y secundada por otros grupos informativos, pretende hacer creer a los ciudadanos que los empresarios son víctimas de una conspiración revolucionaria destinada a socavar su existencia.
No es de extrañar semejante actitud siendo el grupo Intereconomía lo que es, pero, en todo caso, urge desmontar semejante engañifa para que, al final, no parezca que los culpables de la crisis fueron los trabajadores que se negaron a pactar una salida a la misma.
En primer lugar hay que decir claramente que los trabajadores de este país hemos dado un ejemplo de sensatez encomiable. Sólo en ocasiones muy concretas y, siempre en defensa del empleo, se han producido manifestaciones y algunos paros. Y esto pese a que el desempleo alcanza ya a cuatro millones de personas.
Las organizaciones sindicales han mantenido una actitud de prudencia absoluta y allí donde han podido y les han dejado, han tratado por todos los medios de alcanzar acuerdos satisfactorios. Un caso muy reciente es el de la fábrica de General Motors en Figueruelas (Zaragoza).
Incluso han resistido las presiones de algunas fuerzas que les aconsejaban una huelga de carácter general que, en mi opinión acertadamente, han desestimado.
Lo que se pretende en realidad es confundir a los ciudadanos y defender la cara a la cúpula de la CEOE que, por otra parte, no representa en absoluto a todos los empresarios.
Lo que sucede es que Intereconomía tiene unas excelentes relaciones con la gran patronal, uno de cuyos vicepresidentes, Arturo Fernández, deja buenas campañas de publicidad de su Grupo Arturo en esa emisora.
Se rasgan las vestiduras la gran patronal, el PP e Intereconomía y rechazan que la gran patronal quiera el despido libre: otra mentira, porque en España el despido libre hace mucho tiempo que existe. Por lo tanto no se puede pedir algo que es una realidad. Es una maniobra de distracción.
Lo que pretende la patronal de patronales es que, además de libre, sea sin indemnización y, si de paso, es posible reducir el coste de las prestaciones sociales pues muchísimo mejor para sus bolsillos. Esta es la realidad.
Pretenden hacernos creer que con un despido sin indemnización habría muchas más contrataciones. Nueva mentira: lo único que se conseguirá es mucha más precariedad en el empleo y que los empresarios pudieran presionar a sus trabajadores para imponerles unas condiciones mucho más leoninas que las ya existentes.
Es posible que en otro país, con otro tipo de patronal, se pudiera creer esa patraña, pero aquí, donde el presidente de la CEOE, señor Gerardo Díaz Ferrán, cuya empresa es un ejemplo de mala gestión, y que se ha declarado públicamente admirador de Esperanza Aguirre, los trabajadores sabemos muy bien que intereses defiende la CEOE.
Y es esta otra cuestión importante: la CEOE no representa los pequeños empresarios en absoluto y, por lo tanto, no puede hablar en su nombre ni atribuirse una representación que afortunadamente no tiene.
Los pequeños empresarios, estos sí, están desamparados ante la crisis y no es la CEOE, ni la gran banca, ni las multinacionales quienes defienden sus intereses. Son ellos mismos a través de sus organizaciones quienes plantean las cuestiones que les preocupan.
La reciente manifestación de agricultores es una buena demostración.
Por tanto, no es posible aceptar que la salida de la crisis sólo haya servido para ajustar las plantillas de las empresas y que todo quede nada más que en eso como pretende la patronal.
No es posible aceptar que se lleven adelante una serie de fusiones en las Cajas de Ahorro que únicamente signifiquen cierre de oficinas y pérdida de empleo, como parece que va a suceder con Caja Castilla-La Mancha.
No es posible que el final de esta crisis se cierre con un desempleo dantesco y sin que los auténticos responsables sigan sentados en sus poltronas como si nada hubiera pasado. Ha pasado, claro que ha pasado, y los responsables de lo que ha sucedido deben de responder de sus crímenes.
No es posible que las ayudas del gobierno sólo beneficien a unos pocos, como los fabricantes de coches, sin que estas empresas garanticen el empleo. SEAT acaba de presentar otro ERE.
No es posible que los ciudadanos vayamos a soportar una subida de impuestos y los grandes empresarios sigan repartiéndose beneficios que muchas veces escapan a cualquier control.
No, no es posible que se aprovechen de la crisis.
Esta cruzada, liderada por Intereconomía y su medio escrito La Gaceta y secundada por otros grupos informativos, pretende hacer creer a los ciudadanos que los empresarios son víctimas de una conspiración revolucionaria destinada a socavar su existencia.
No es de extrañar semejante actitud siendo el grupo Intereconomía lo que es, pero, en todo caso, urge desmontar semejante engañifa para que, al final, no parezca que los culpables de la crisis fueron los trabajadores que se negaron a pactar una salida a la misma.
En primer lugar hay que decir claramente que los trabajadores de este país hemos dado un ejemplo de sensatez encomiable. Sólo en ocasiones muy concretas y, siempre en defensa del empleo, se han producido manifestaciones y algunos paros. Y esto pese a que el desempleo alcanza ya a cuatro millones de personas.
Las organizaciones sindicales han mantenido una actitud de prudencia absoluta y allí donde han podido y les han dejado, han tratado por todos los medios de alcanzar acuerdos satisfactorios. Un caso muy reciente es el de la fábrica de General Motors en Figueruelas (Zaragoza).
Incluso han resistido las presiones de algunas fuerzas que les aconsejaban una huelga de carácter general que, en mi opinión acertadamente, han desestimado.
Lo que se pretende en realidad es confundir a los ciudadanos y defender la cara a la cúpula de la CEOE que, por otra parte, no representa en absoluto a todos los empresarios.
Lo que sucede es que Intereconomía tiene unas excelentes relaciones con la gran patronal, uno de cuyos vicepresidentes, Arturo Fernández, deja buenas campañas de publicidad de su Grupo Arturo en esa emisora.
Se rasgan las vestiduras la gran patronal, el PP e Intereconomía y rechazan que la gran patronal quiera el despido libre: otra mentira, porque en España el despido libre hace mucho tiempo que existe. Por lo tanto no se puede pedir algo que es una realidad. Es una maniobra de distracción.
Lo que pretende la patronal de patronales es que, además de libre, sea sin indemnización y, si de paso, es posible reducir el coste de las prestaciones sociales pues muchísimo mejor para sus bolsillos. Esta es la realidad.
Pretenden hacernos creer que con un despido sin indemnización habría muchas más contrataciones. Nueva mentira: lo único que se conseguirá es mucha más precariedad en el empleo y que los empresarios pudieran presionar a sus trabajadores para imponerles unas condiciones mucho más leoninas que las ya existentes.
Es posible que en otro país, con otro tipo de patronal, se pudiera creer esa patraña, pero aquí, donde el presidente de la CEOE, señor Gerardo Díaz Ferrán, cuya empresa es un ejemplo de mala gestión, y que se ha declarado públicamente admirador de Esperanza Aguirre, los trabajadores sabemos muy bien que intereses defiende la CEOE.
Y es esta otra cuestión importante: la CEOE no representa los pequeños empresarios en absoluto y, por lo tanto, no puede hablar en su nombre ni atribuirse una representación que afortunadamente no tiene.
Los pequeños empresarios, estos sí, están desamparados ante la crisis y no es la CEOE, ni la gran banca, ni las multinacionales quienes defienden sus intereses. Son ellos mismos a través de sus organizaciones quienes plantean las cuestiones que les preocupan.
La reciente manifestación de agricultores es una buena demostración.
Por tanto, no es posible aceptar que la salida de la crisis sólo haya servido para ajustar las plantillas de las empresas y que todo quede nada más que en eso como pretende la patronal.
No es posible aceptar que se lleven adelante una serie de fusiones en las Cajas de Ahorro que únicamente signifiquen cierre de oficinas y pérdida de empleo, como parece que va a suceder con Caja Castilla-La Mancha.
No es posible que el final de esta crisis se cierre con un desempleo dantesco y sin que los auténticos responsables sigan sentados en sus poltronas como si nada hubiera pasado. Ha pasado, claro que ha pasado, y los responsables de lo que ha sucedido deben de responder de sus crímenes.
No es posible que las ayudas del gobierno sólo beneficien a unos pocos, como los fabricantes de coches, sin que estas empresas garanticen el empleo. SEAT acaba de presentar otro ERE.
No es posible que los ciudadanos vayamos a soportar una subida de impuestos y los grandes empresarios sigan repartiéndose beneficios que muchas veces escapan a cualquier control.
No, no es posible que se aprovechen de la crisis.
domingo, noviembre 15, 2009
ACUSACIÓN Y PROPAGANDA
En la Roma imperial era costumbre arraigada que se lanzaran todo tipo de acusaciones contra los personajes públicos, sobre todo si eran ricos, porque en el caso de que se demostrara su culpabilidad una buena parte de sus bienes pasaba automáticamente al acusador. Era una forma legal pero inmoral de enriquecerse.
Era tal el cúmulo de acusaciones que muchas veces los implicados se suicidaban, antes de que se celebrara el juicio, para evitar la ruina de sus familias ya que al morir el acusado la acusación dejaba de tener efecto. Así murieron muchos inocentes.
Las inculpaciones eran de lo más variopintas: adulterio, incesto, robo, deslealtad con el emperador, traición, conspiración, publicación de libelos etc.
Pues bien, parece que en España volvemos a reeditar las viejas costumbres romanas y no hay día en el que algún personaje de la vida pública, en cualquiera de sus facetas, se vea envuelto en una demanda por las cosas más disparatadas.
Y, así, vemos como son denunciadas madres por presuntamente secuestrar a sus hijos, padres por no pasar la pensión alimenticia y, sobre todo, políticos de toda clase y condición por delitos relacionados con el cohecho, la estafa y la prevaricación. En muchos casos la demanda no pasa del primer filtro judicial.
Hace poco mostré mi preocupación por lo que considero una utilización morbosa de las imagines de los imputados en un delito pero, de la misma forma, me preocupa la utilización de la justicia para enfangar subrepticiamente a los políticos.
Es cierto que, en la mayor parte de las ocasiones, es el propio sistema judicial o policial el que actúa de oficio, con lo que la garantía de que se obre de acuerdo con la ley, es mucho mayor.
Sin embargo, también otras muchas veces, son organizaciones de claro signo ultramontano las que acusan a instituciones o personas con tal de armar revuelo y ponerlos en una situación complicada.
El último caso, y que va dar mucho que hablar, es el de Diego López Garrido, secretario de estado para la UE que ha sido acusado de prevaricación a causa de una subvención que se concedió a una fundación de la que él fue, en algún momento, partícipe.
Los querellantes son integrantes de una asociación católica muy conservadora y que ya se ha distinguido en ocasiones anteriores por efectuar acusaciones que no han prosperado por ser, según la propia justicia, un conjunto de intenciones espurias. Sin embargo, consiguen propaganda que es lo que pretenden y que el demandado quede en entredicho.
Ahora, esa misma asociación, se ha querellado contra el citado López Garrido y aquí es donde está el problema fundamental porque, sí usamos para todos los políticos la misma vara de medir, el secretario de estado ya debería ir pensando en presentar su dimisión, tal y como se pide en el caso de otros políticos que están en idéntica situación, es decir, acusados pero pendientes de la consiguiente resolución judicial.
El problema es que, por este procedimiento, cualquiera puede, como en la Roma imperial, acusar a otra persona de un delito, y bastaría que el juez aceptase a trámite la querella para que el personaje en cuestión tuviera serias dificultades a la hora de no asumir responsabilidades políticas.
Mantengo, en cualquier caso, que una cuestión es la vía penal y otra muy distinta la responsabilidad política de los cargos públicos. O dicho de otra forma, la inocencia penal no es equivalente a la irresponsabilidad política.
Tal vez hemos llegado a un extremo en el que habrá que replantearse si una querella presentada contra cualquier persona, especialmente si este es un cargo público, y que después no va más allá de la mera admisión a trámite y finalmente es archivada con una severa admonición contra el querellante, no debería ser severamente sancionada de alguna forma para evitar que la proliferación de denuncias, además de colapsar los juzgados se use de forma fraudulenta para obtener réditos inmorales.
Nos hemos acostumbrado a que las acusaciones falsas queden absolutamente impunes y esto ha animado a toda clase de gentecilla carente de ética a usar esta arma como método propagandístico de confrontación política y, es esta, otra de las causas que desacreditan al sistema democrático.
No se entienda esto como una defensa cerrada de López Garrido que, en mi opinión, y dadas las circunstancias comentadas, ya debería haber dimitido.
Era tal el cúmulo de acusaciones que muchas veces los implicados se suicidaban, antes de que se celebrara el juicio, para evitar la ruina de sus familias ya que al morir el acusado la acusación dejaba de tener efecto. Así murieron muchos inocentes.
Las inculpaciones eran de lo más variopintas: adulterio, incesto, robo, deslealtad con el emperador, traición, conspiración, publicación de libelos etc.
Pues bien, parece que en España volvemos a reeditar las viejas costumbres romanas y no hay día en el que algún personaje de la vida pública, en cualquiera de sus facetas, se vea envuelto en una demanda por las cosas más disparatadas.
Y, así, vemos como son denunciadas madres por presuntamente secuestrar a sus hijos, padres por no pasar la pensión alimenticia y, sobre todo, políticos de toda clase y condición por delitos relacionados con el cohecho, la estafa y la prevaricación. En muchos casos la demanda no pasa del primer filtro judicial.
Hace poco mostré mi preocupación por lo que considero una utilización morbosa de las imagines de los imputados en un delito pero, de la misma forma, me preocupa la utilización de la justicia para enfangar subrepticiamente a los políticos.
Es cierto que, en la mayor parte de las ocasiones, es el propio sistema judicial o policial el que actúa de oficio, con lo que la garantía de que se obre de acuerdo con la ley, es mucho mayor.
Sin embargo, también otras muchas veces, son organizaciones de claro signo ultramontano las que acusan a instituciones o personas con tal de armar revuelo y ponerlos en una situación complicada.
El último caso, y que va dar mucho que hablar, es el de Diego López Garrido, secretario de estado para la UE que ha sido acusado de prevaricación a causa de una subvención que se concedió a una fundación de la que él fue, en algún momento, partícipe.
Los querellantes son integrantes de una asociación católica muy conservadora y que ya se ha distinguido en ocasiones anteriores por efectuar acusaciones que no han prosperado por ser, según la propia justicia, un conjunto de intenciones espurias. Sin embargo, consiguen propaganda que es lo que pretenden y que el demandado quede en entredicho.
Ahora, esa misma asociación, se ha querellado contra el citado López Garrido y aquí es donde está el problema fundamental porque, sí usamos para todos los políticos la misma vara de medir, el secretario de estado ya debería ir pensando en presentar su dimisión, tal y como se pide en el caso de otros políticos que están en idéntica situación, es decir, acusados pero pendientes de la consiguiente resolución judicial.
El problema es que, por este procedimiento, cualquiera puede, como en la Roma imperial, acusar a otra persona de un delito, y bastaría que el juez aceptase a trámite la querella para que el personaje en cuestión tuviera serias dificultades a la hora de no asumir responsabilidades políticas.
Mantengo, en cualquier caso, que una cuestión es la vía penal y otra muy distinta la responsabilidad política de los cargos públicos. O dicho de otra forma, la inocencia penal no es equivalente a la irresponsabilidad política.
Tal vez hemos llegado a un extremo en el que habrá que replantearse si una querella presentada contra cualquier persona, especialmente si este es un cargo público, y que después no va más allá de la mera admisión a trámite y finalmente es archivada con una severa admonición contra el querellante, no debería ser severamente sancionada de alguna forma para evitar que la proliferación de denuncias, además de colapsar los juzgados se use de forma fraudulenta para obtener réditos inmorales.
Nos hemos acostumbrado a que las acusaciones falsas queden absolutamente impunes y esto ha animado a toda clase de gentecilla carente de ética a usar esta arma como método propagandístico de confrontación política y, es esta, otra de las causas que desacreditan al sistema democrático.
No se entienda esto como una defensa cerrada de López Garrido que, en mi opinión, y dadas las circunstancias comentadas, ya debería haber dimitido.
sábado, noviembre 14, 2009
SIN DISIMULOS
Días atrás se ha producido una noticia que ha pasado desapercibida, o así al menos me ha parecido a mí, posiblemente eclipsada por el fragor de otras batallas. No por eso pierde su importancia
El caso es que Mario Vargas Llosa ha decidido cambiar de opción y tras años de soporte incondicional al PP de José María Aznar, ha dejado a Mariano Rajoy en la estacada para prestar su apoyo a la UPyD de Rosa Díez.
No caben ya, por tanto, dudas sobre la orientación de la organización de la señora Díez, si es que alguna a vez, había existido alguna. Se trata de una formación de derecha pura y dura. Bueno es saberlo.
Porque, Mario Vargas Llosa, se sitúa por voluntad propia en el extremo más extremo de la derecha más extrema, sin que, dicho sea de paso, suponga esto, en mi opinión, menoscabo para su talento literario. Pero los hechos políticos son los hechos políticos y mejor sin disimulos.
Deliberadamente me he limitado a escribir orientación y no he añadido ideológica, porque la estructura de la señora Díez no tiene tal cosa. Es sencillamente un conglomerado de intereses oportunistas formado en su día por una serie de políticos que rompieron con sus formaciones iniciales y no precisamente por una cuestión de ideas, sino por burda ambición personal.
Y digo personal porque lo que trata la señora Díez es conseguir el poder para ella, para lo que se sirve de ese movimiento organizativo llamado UPyD. No es por tanto la pretensión legítima de cualquier político de alcanzar el gobierno para llevar adelante un programa, sino el deseo personal de ejercer el poder por sí mismo. También sin disimulos
Lo malo de estos movimientos es que se nutren de votos en los momentos de grandes crisis como las que vive ahora España. Crisis en las que las instituciones tienen que dar la talla y, desgraciadamente, no la dan, crisis en las que el gobierno debe brillar y, sin embargo, es sombrío y crisis en las que la oposición debe estar a la altura de las circunstancias y está en lo más bajo de la ética.
Todos estos factores son el mejor caldo de cultivo para que oportunistas como Rosa Díez se alcen como una especie de salvadores de la patria y arrastren a muchos ciudadanos que, políticamente necios, en el sentido latino de la frase, “ne scio”, se dejan embaucar por estos mensajes sin darse cuenta de los peligros que esto entraña.
Porque hacer de este movimiento una fuerza políticamente significativa, equivale a poner las instituciones democráticas en manos de arribistas que sólo buscan el lucro personal. Como carecen de sustento ideológico, una vez logrado su objetivo, es decir el poder por el poder, se aferran a él como un naufrago a una tabla.
La consecuencia es que se debilita la democracia porque, además, al estar formado por personas de muy distinta catadura hay que repartir el poder entre todas las familias o individualidades que forman la citada organización.
Y, si esto ya es peligroso en las organizaciones soportadas en la ideología, y en esto me da igual de derechas que de izquierdas, habrá que imaginar que puede ocurrir el día que UPyD, alcance cierta cota de poder directo o indirecto.
El pasado nos ha mostrado ejemplos terribles de esto. Uno de los más vergonzosos es de Marbella, donde Jesús Gil convirtió la política en una cloaca indecente justo con un mensaje populista que tenía como base desacreditar a las instituciones y convencer a los ciudadanos de que todos los políticos son iguales, pero que él, por lo menos, hacía cosas por su pueblo.
Recordemos esto a la hora de la verdad.
El caso es que Mario Vargas Llosa ha decidido cambiar de opción y tras años de soporte incondicional al PP de José María Aznar, ha dejado a Mariano Rajoy en la estacada para prestar su apoyo a la UPyD de Rosa Díez.
No caben ya, por tanto, dudas sobre la orientación de la organización de la señora Díez, si es que alguna a vez, había existido alguna. Se trata de una formación de derecha pura y dura. Bueno es saberlo.
Porque, Mario Vargas Llosa, se sitúa por voluntad propia en el extremo más extremo de la derecha más extrema, sin que, dicho sea de paso, suponga esto, en mi opinión, menoscabo para su talento literario. Pero los hechos políticos son los hechos políticos y mejor sin disimulos.
Deliberadamente me he limitado a escribir orientación y no he añadido ideológica, porque la estructura de la señora Díez no tiene tal cosa. Es sencillamente un conglomerado de intereses oportunistas formado en su día por una serie de políticos que rompieron con sus formaciones iniciales y no precisamente por una cuestión de ideas, sino por burda ambición personal.
Y digo personal porque lo que trata la señora Díez es conseguir el poder para ella, para lo que se sirve de ese movimiento organizativo llamado UPyD. No es por tanto la pretensión legítima de cualquier político de alcanzar el gobierno para llevar adelante un programa, sino el deseo personal de ejercer el poder por sí mismo. También sin disimulos
Lo malo de estos movimientos es que se nutren de votos en los momentos de grandes crisis como las que vive ahora España. Crisis en las que las instituciones tienen que dar la talla y, desgraciadamente, no la dan, crisis en las que el gobierno debe brillar y, sin embargo, es sombrío y crisis en las que la oposición debe estar a la altura de las circunstancias y está en lo más bajo de la ética.
Todos estos factores son el mejor caldo de cultivo para que oportunistas como Rosa Díez se alcen como una especie de salvadores de la patria y arrastren a muchos ciudadanos que, políticamente necios, en el sentido latino de la frase, “ne scio”, se dejan embaucar por estos mensajes sin darse cuenta de los peligros que esto entraña.
Porque hacer de este movimiento una fuerza políticamente significativa, equivale a poner las instituciones democráticas en manos de arribistas que sólo buscan el lucro personal. Como carecen de sustento ideológico, una vez logrado su objetivo, es decir el poder por el poder, se aferran a él como un naufrago a una tabla.
La consecuencia es que se debilita la democracia porque, además, al estar formado por personas de muy distinta catadura hay que repartir el poder entre todas las familias o individualidades que forman la citada organización.
Y, si esto ya es peligroso en las organizaciones soportadas en la ideología, y en esto me da igual de derechas que de izquierdas, habrá que imaginar que puede ocurrir el día que UPyD, alcance cierta cota de poder directo o indirecto.
El pasado nos ha mostrado ejemplos terribles de esto. Uno de los más vergonzosos es de Marbella, donde Jesús Gil convirtió la política en una cloaca indecente justo con un mensaje populista que tenía como base desacreditar a las instituciones y convencer a los ciudadanos de que todos los políticos son iguales, pero que él, por lo menos, hacía cosas por su pueblo.
Recordemos esto a la hora de la verdad.
jueves, noviembre 12, 2009
UN LOCO PELIGROSO
El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, ha demostrado hoy que es un loco peligroso. Así ha quedado expuesto tras su incalificable intervención en las Corts de la Comunidad que preside, donde ha acusado al portavoz del PSPV, Ángel Luna, de desear acudir a su domicilio por la noche en una furgoneta y que al día siguiente aparezca muerto (Camps) boca abajo en una cuneta.
Jamás en todos los años en los que me ocupo de las cuestiones políticas había oído una intervención tan siniestra, tan repugnante y tan escalofriante. Camps ha acusado a un diputado de la oposición de querer perpetrar un asesinato con nocturnidad y alevosía. Si esto queda impune es que este país, al igual que Camps ha perdido el juicio.
Y no basta, como ha sugerido Leire Palín con una rectificación del tal Camps, sino que tiene que producirse su dimisión o cese de forma inmediata y fulminante y su ingreso en una institución de salud mental hasta que quede totalmente demostrada que su estado se ha recobrado y no supone un peligro para los demás.
No se puede consentir que quien es capaz de hacer semejante afirmación, ya sea en un foro parlamentario o fuera de él, esté al frente de un gobierno ni un minuto más después de haberla efectuado. Esto no entra dentro de las posibles refriegas acaloradas en el curso de un debate. Esto es un ejercicio peligrosísimo de incitación al odio y al enfrentamiento.
Mariano Rajoy, presidente del PP, partido al que pertenece este orate indigno, debe tomar las medidas necesarias para apartar de la vida pública a semejante individuo que con su actitud ha pasado de ser un presunto chorizo, a un demostrado loco peligroso. De no hacerlo será cómplice de semejante acusación y de sus consecuencias.
Jamás en todos los años en los que me ocupo de las cuestiones políticas había oído una intervención tan siniestra, tan repugnante y tan escalofriante. Camps ha acusado a un diputado de la oposición de querer perpetrar un asesinato con nocturnidad y alevosía. Si esto queda impune es que este país, al igual que Camps ha perdido el juicio.
Y no basta, como ha sugerido Leire Palín con una rectificación del tal Camps, sino que tiene que producirse su dimisión o cese de forma inmediata y fulminante y su ingreso en una institución de salud mental hasta que quede totalmente demostrada que su estado se ha recobrado y no supone un peligro para los demás.
No se puede consentir que quien es capaz de hacer semejante afirmación, ya sea en un foro parlamentario o fuera de él, esté al frente de un gobierno ni un minuto más después de haberla efectuado. Esto no entra dentro de las posibles refriegas acaloradas en el curso de un debate. Esto es un ejercicio peligrosísimo de incitación al odio y al enfrentamiento.
Mariano Rajoy, presidente del PP, partido al que pertenece este orate indigno, debe tomar las medidas necesarias para apartar de la vida pública a semejante individuo que con su actitud ha pasado de ser un presunto chorizo, a un demostrado loco peligroso. De no hacerlo será cómplice de semejante acusación y de sus consecuencias.
sábado, noviembre 07, 2009
HACE 92 AÑOS
Hoy se cumplen 92 años desde que un grupo de personas entraron por una puerta lateral del Palacio de Invierno de Petrogrado y dieron comienzo a una serie de hechos revolucionarios que durante diez días estremecieron al mundo, como relató maravillosamente John Reed.
Muy poco, por no decir nada, queda, salvo en la memoria de algunos, de la obra que pretendió ser la primera revolución socialista mundial y que, por motivos de diversa índole, quedó en un intento fallido y terrible que, también, aunque de forma bien distinta a la que esperaban fervorosos esos primeros revolucionarios, conmovió los cimientos de la historia.
Uno de los motivos que originó ese tremendo fracaso fue, sin duda, que el Partido Comunista soviético se convirtió en una organización burocrática, encerrada en si misma y con una especie de infalibilidad ideológica que le llevó a equivocarse en repetidas ocasiones sin que hubiera la más mínima corrección ante los hechos que demostraban tozudamente los errores.
No es mi intención recordar esos hechos, ya parte de la historia, sino utilizarlos como recurso para señalar mi preocupación por el futuro de Izquierda Unida y sus consecuencias para la sociedad española.
Ayer, algunos compañeros escribieron con brillantez lo que consideran un mal comienzo en IU de la Comunidad de Madrid. De hecho, reproduje íntegro el artículo de uno de ellos, Rafael G. Almazán, que me pareció verdaderamente interesante y compendio de nuestro sentimiento general ante el rechazo a debatir la propuesta de IU Abierta de cara a los próximos envites electorales.
Sin embargo, estoy seguro de que, para muchos, el artículo de RGA será únicamente una variedad de agresión fraccionalista a quienes detentan la mayoría, un recurso al pataleo o una rabieta. No habrán entendido nada.
Se trata -creo- de un texto que denota dos cosas esenciales: por un lado, una profunda preocupación y, por otro, una no menos intensa decepción por la actitud de quienes tienen, precisamente por ser la mayoría, más responsabilidad en sus actuaciones políticas.
Es cierto que se afirma, por ejemplo, que la mayoría no prestó atención al documento presentado por lo que se ha dado en denominar IU Abierta. Pero esto, no es más que la mera constatación de un hecho. Es decir, se impidió el debate con argumentos tales como que el citado escrito no suponía enmienda alguna al texto presentado por esa mayoría.
La realidad es, sin embargo, muy distinta porque ese texto se basa en las líneas que apuntalan la refundación de IU, mientras que el de la mayoría se aleja de unos criterios que fueron fijados en la última Asamblea Federal. ¿Cómo se puede decir que no enmienda, si lo que hace es precisamente eso?
Una vez más, nos encontramos ante los hechos consumados. La mayoría cree que esa condición, que nadie discute, equivale a posesión de la verdad absoluta, descartan estar equivocados y no consideran necesario debatir otras propuestas. Ese es su gran error.
Por otro lado, leo en algún medio de comunicación que el documento alternativo lo presentó el grupo que lidera Inés Sabanés. Tampoco éstos han entendido nada o, aún peor, pretenden desviar el meollo del debate para eludir el fondo de la cuestión.
Inés Sabanés no lidera grupo alguno. Sencillamente, una serie de militantes de IU-CM, hemos reconocido en ella una serie de valores que hacen que consideremos que debe ser una de las personas llamadas a ejercer un papel determinante en eso que se supone va a ser la refundación de IU. Tiene lo que se suele considerar autoridad moral.
El liderazgo, en mi opinión, se ejerce, mientras que, la autoridad moral, se reconoce como un valor personal por parte de los demás que no la discuten porque no supone una relación jerárquica, sino ética. El primero, por tanto es disputable, la segunda no.
Creo que, como señala RG Almazán, hemos empezado mal, y nos puede ocurrir como a los sucesores de los revolucionarios de 1917 que, por enclaustrarse en su infalibilidad, se convirtieron un partido anquilosado e inservible que acabó expulsado del poder por un demagogo subido en un carro de combate.
Corremos el enorme riesgo de que nos pase, después de noventa y dos años para aprender, lo mismo y que, algún o alguna demagoga, nos expulse de la vida política y nos envíe directamente a los libros de historia como un simple recuerdo de otra utopía fracasada, en un momento decisivo para una ciudadanía desconcertada que espera respuestas y soluciones y, sobre todo, está harta de no ser escuchada.
viernes, noviembre 06, 2009
MAL EMPEZAMOS EN IU-CM
Traslado a mi blog este excelente comentario-reflexión de mi compañero, amigo entrañable y maestro blogero, Rafael G. Almazán, que lo ha publicado en Kabila. Suscribo en su integridad todas sus afirmaciones, incluidas aquellas que podrían parecer más contundentes y que son un reflejo de la realidad.
Me he mirado en el espejo, y me he pedido calma. Y me he dicho, vamos a esperar Rafael, que te conozco, y cuando te pones… Así es que este sólo es un anuncio de algo que ha pasado pero que seguramente tiene solución si, quien puede, pone remedio. Y es que las cosas no andan muy bien aquí, en Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.
Y no andan bien porque resulta que se respira un aire difícil de aspirar para quienes formamos una minoría. Miren ustedes, IU aprobó una refundación hace un año en la Asamblea Federal. Poco se sabe de ella. Es más, antes de ponerse en marcha después de un año, se aprueban unas normas por parte de la dirección de IU CM que pretenden saltarse a los militantes de base y nombrar directamente los cabezas de lista, con un porcentaje de avales del Consejo Político de un 25% y además, antepone la nominación de candidatos al programa.
Todo esto, es verdad, dentro de la legalidad estatutaria y desde el legítimo derecho de una mayoría a actuar como rodillo, pero lejos no sólo del espíritu de lo aprobado en la Asamblea Federal, sino en las antípodas de lo que fue una Asamblea Regional celebrada en primavera en un clima de unidad y ganas de entendimiento.
La postura de quienes hemos venido articulándonos en lo que ante la Asamblea Federal se denominó IU Abierta, es que la prioridad, en un momento de crisis, es conectar con la sociedad, abrirse y ampliar el espectro social con otros grupos políticos de izquierda, que un día estuvieron en IU o en sus proximidades, con el mundo de la cultura, con los sindicatos, con las AA.VV, con las ONG, con las asociaciones del mundo de la sanidad y de la enseñanza, con… Con el fin de que, creando foros participativos, salgan propuestas programáticas que devuelvan la ilusión perdida a una parte importante de la izquierda madrileña.
Para luego culminar celebrando unas primarias abiertas a la sociedad, donde participen todos los militantes y simpatizantes que lo deseen, y puedan elegir a sus cabezas de lista. Bueno pues esto se llevó a la reunión que ayer celebró la presidencia de IU-CM, y ¿saben qué pasó? No, no es que la mayoría pasara el rodillo, es que la ignoró completamente, no quiso aceptarla para así no discutirla y hacer como si no existiera.
Hizo caso omiso de un documento elaborado y que representa a una parte de los militantes y siguió con su apisonadora. Vamos que se limpiaron el trasero con el documento. ¿Cómo se come esto? ¿Qué nombre se le puede dar? Hay una cosa que es seguro, sin querer entrar en apelativos descalificatorios, es un desprecio total a los que están de acuerdo con que IU se abra a la sociedad, una lamentable falta de respeto por aquellos que creemos en una IU abierta, y no en una IU anclada en el pasado y mirándose el ombligo. La casa por el tejado.
Quieren imponer a su candidato sin que lo vote, no ya una parte de la ciudadanía como era la propuesta, sino la militancia de Izquierda Unida, y luego salir a la sociedad a pedirles que se unan a nuestro proyecto. Perdónenme pero ni esto refunda nada ni parece que sea fruto del sentido común. ¿Donde han quedado los tiempos de programa, programa, programa? O es que el poder ofusca más de lo que pensaba o hay algo que se me escapa. ¿Cómo es posible que ni tan siquiera se admita el documento a discusión? ¿Es factible una refundación sin debate ni participación? ¿Cómo se puede entender una refundación si se antepone los nombres al programa y además se nombran desde la dirección, por muy legítimamente constituida que sea ésta, sin que participe la militancia?
Porque en procesos anteriores de estas características, aunque no hubiera primarias, al menos la militancia podía trasladar propuestas a la dirección regional a través de sus asambleas de base… Ahora, no sólo no nos abrimos, sino que nos cerramos más. ¿Qué democracia es la que exige que haya que contar con un 25% de avales del Consejo Pólítico para presentar un candidato?
Luego, pediremos a los demás partidos democracia interna para ellos mismos y regeneración para nuestras instituciones. ¡Hay que joderse! Espero, todavía hay tiempo, de que esta dirección rectifique y anteponga una nueva forma de hacer política, a la de nominar candidatos por encima de todo y desde la cúspide. Y no sigo, que me caliento, y pienso que todavía hay tiempo de hacer bien las cosas. Basta que los compañeros que tienen poder de decisión reconsideren su postura. Si no, corremos el riesgo de quedar en el limbo político.
Quizá sea la última oportunidad. No lo olvidemos, evitemos las excusas posteriores. Salud y República P.D. También han hablado de esto, D. Ricardo (de quien he tomado el documento enlazado) y Reyes Montiel.
creado por RGAlmazán
Me he mirado en el espejo, y me he pedido calma. Y me he dicho, vamos a esperar Rafael, que te conozco, y cuando te pones… Así es que este sólo es un anuncio de algo que ha pasado pero que seguramente tiene solución si, quien puede, pone remedio. Y es que las cosas no andan muy bien aquí, en Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.
Y no andan bien porque resulta que se respira un aire difícil de aspirar para quienes formamos una minoría. Miren ustedes, IU aprobó una refundación hace un año en la Asamblea Federal. Poco se sabe de ella. Es más, antes de ponerse en marcha después de un año, se aprueban unas normas por parte de la dirección de IU CM que pretenden saltarse a los militantes de base y nombrar directamente los cabezas de lista, con un porcentaje de avales del Consejo Político de un 25% y además, antepone la nominación de candidatos al programa.
Todo esto, es verdad, dentro de la legalidad estatutaria y desde el legítimo derecho de una mayoría a actuar como rodillo, pero lejos no sólo del espíritu de lo aprobado en la Asamblea Federal, sino en las antípodas de lo que fue una Asamblea Regional celebrada en primavera en un clima de unidad y ganas de entendimiento.
La postura de quienes hemos venido articulándonos en lo que ante la Asamblea Federal se denominó IU Abierta, es que la prioridad, en un momento de crisis, es conectar con la sociedad, abrirse y ampliar el espectro social con otros grupos políticos de izquierda, que un día estuvieron en IU o en sus proximidades, con el mundo de la cultura, con los sindicatos, con las AA.VV, con las ONG, con las asociaciones del mundo de la sanidad y de la enseñanza, con… Con el fin de que, creando foros participativos, salgan propuestas programáticas que devuelvan la ilusión perdida a una parte importante de la izquierda madrileña.
Para luego culminar celebrando unas primarias abiertas a la sociedad, donde participen todos los militantes y simpatizantes que lo deseen, y puedan elegir a sus cabezas de lista. Bueno pues esto se llevó a la reunión que ayer celebró la presidencia de IU-CM, y ¿saben qué pasó? No, no es que la mayoría pasara el rodillo, es que la ignoró completamente, no quiso aceptarla para así no discutirla y hacer como si no existiera.
Hizo caso omiso de un documento elaborado y que representa a una parte de los militantes y siguió con su apisonadora. Vamos que se limpiaron el trasero con el documento. ¿Cómo se come esto? ¿Qué nombre se le puede dar? Hay una cosa que es seguro, sin querer entrar en apelativos descalificatorios, es un desprecio total a los que están de acuerdo con que IU se abra a la sociedad, una lamentable falta de respeto por aquellos que creemos en una IU abierta, y no en una IU anclada en el pasado y mirándose el ombligo. La casa por el tejado.
Quieren imponer a su candidato sin que lo vote, no ya una parte de la ciudadanía como era la propuesta, sino la militancia de Izquierda Unida, y luego salir a la sociedad a pedirles que se unan a nuestro proyecto. Perdónenme pero ni esto refunda nada ni parece que sea fruto del sentido común. ¿Donde han quedado los tiempos de programa, programa, programa? O es que el poder ofusca más de lo que pensaba o hay algo que se me escapa. ¿Cómo es posible que ni tan siquiera se admita el documento a discusión? ¿Es factible una refundación sin debate ni participación? ¿Cómo se puede entender una refundación si se antepone los nombres al programa y además se nombran desde la dirección, por muy legítimamente constituida que sea ésta, sin que participe la militancia?
Porque en procesos anteriores de estas características, aunque no hubiera primarias, al menos la militancia podía trasladar propuestas a la dirección regional a través de sus asambleas de base… Ahora, no sólo no nos abrimos, sino que nos cerramos más. ¿Qué democracia es la que exige que haya que contar con un 25% de avales del Consejo Pólítico para presentar un candidato?
Luego, pediremos a los demás partidos democracia interna para ellos mismos y regeneración para nuestras instituciones. ¡Hay que joderse! Espero, todavía hay tiempo, de que esta dirección rectifique y anteponga una nueva forma de hacer política, a la de nominar candidatos por encima de todo y desde la cúspide. Y no sigo, que me caliento, y pienso que todavía hay tiempo de hacer bien las cosas. Basta que los compañeros que tienen poder de decisión reconsideren su postura. Si no, corremos el riesgo de quedar en el limbo político.
Quizá sea la última oportunidad. No lo olvidemos, evitemos las excusas posteriores. Salud y República P.D. También han hablado de esto, D. Ricardo (de quien he tomado el documento enlazado) y Reyes Montiel.
creado por RGAlmazán
miércoles, noviembre 04, 2009
MERCENARIOS INDECENTES
Reconozco que la mayoría de los que algunos llaman deportistas de elite me caen fatal. Es más, me alegro cuando pierden, sobre todo, si es ante un rival considerado inferior y al que buena parte de ese pestilente mundillo periodístico deportivo consideraba, con un desprecio inadmisible, aplastado de antemano.
Es posible que no sea justo ni ecuánime, como me han señalado en más de una ocasión, algunos compañeros y amigos bien intencionados. Pero, inasequible a sus consejos y críticas, disfruto con cada una de sus derrotas.
Mi aversión a esta caterva es especialmente notoria en el caso de los futbolistas. No afecta a todos, sino sólo a ese grupito de estrellas que ahora se llaman galácticos o de cualquier otra forma estúpida y majadera. Me da igual el equipo al que pertenezcan, no hago distingos en este sentido.
El paroxismo de mi fobia es todavía mayor si se trata de futbolistas extranjeros, fichados por cifras astronómicas y que encima gozan del fervor popular, cuando, en realidad son unos mercenarios que trabajan para el que más les paga, aunque ellos digan que están en el equipo que les ha fichado, por amor y convicción y que era lo que habían deseado toda la vida. ¡Que hipocresía!
Pero, pese a lo que digan mis bien intencionados censores, algo de razón debo tener en mi rechazo a esa pléyade de estrellas fugaces porque ha bastado una enmienda pactada entre el Psoe, IU y BNG, en la Ley de Presupuestos del estado que prevé que estos tipos en vez de pagar el 24 por ciento de IRPF, tributen el 43% para que hayan amenazado nada menos que con una huelga.
Y eso que, esta medida, sólo afectará a los que ganan más de 600.000 euros al año y a los fichajes efectuados a partir de 2010. Es decir, no tiene retroactividad.
Me pregunto cómo se puede tener tan poca vergüenza. Cómo se puede amenazar con una huelga elitista cuando, los sindicatos, han mantenido una actitud de prudencia encomiable ante la terrible crisis que mantiene en el paro a cuatro millones de personas y, a un millón, sin subisidio alguno y no han, ni siquiera, amenazado con una movilización parcial.
Cómo es posible que este país asista impasible ante estos espectáculos y no se levante contra tanta estulticia e inmoralidad insolidaria y deje los estadios vacíos para demostrar a estos personajillos el mismo desprecio que ellos han mostrado por los trabajadores que sufren sobre sus espaldas las consecuencias de una crisis que no han provocado.
Y todavía hay quienes los defienden y dicen que puede provocar que esos maravillosos jugadores dejen de venir a España. Pues perfecto, que no vengan, que aquí ya tenemos bastantes chorizos sin necesidad de importarlos.
La famosa Ley que permite a los extranjeros tributar sólo el 24% de su salario estaba destinada a científicos y personas de gran relieve. Los deportistas se han aprovechado de la situación. Pero, qué han aportado estos tipos a este país. Nada.
En el mejor de los casos, lo habrán hecho a los clubes que los han fichado, a los que han llevado a ganar competiciones millonarias, por supuesto con más dinero extra, y poco más. Para el resto nada de nada.
Así que, visto lo visto, supongo que es mejor que no contemos con ellos ni con esos otros a los que se les llena de boca de chovinismo patriótico deportivo pero tienen su domicilio fuera de España para pagar menos impuestos.
Es posible que no sea justo ni ecuánime, como me han señalado en más de una ocasión, algunos compañeros y amigos bien intencionados. Pero, inasequible a sus consejos y críticas, disfruto con cada una de sus derrotas.
Mi aversión a esta caterva es especialmente notoria en el caso de los futbolistas. No afecta a todos, sino sólo a ese grupito de estrellas que ahora se llaman galácticos o de cualquier otra forma estúpida y majadera. Me da igual el equipo al que pertenezcan, no hago distingos en este sentido.
El paroxismo de mi fobia es todavía mayor si se trata de futbolistas extranjeros, fichados por cifras astronómicas y que encima gozan del fervor popular, cuando, en realidad son unos mercenarios que trabajan para el que más les paga, aunque ellos digan que están en el equipo que les ha fichado, por amor y convicción y que era lo que habían deseado toda la vida. ¡Que hipocresía!
Pero, pese a lo que digan mis bien intencionados censores, algo de razón debo tener en mi rechazo a esa pléyade de estrellas fugaces porque ha bastado una enmienda pactada entre el Psoe, IU y BNG, en la Ley de Presupuestos del estado que prevé que estos tipos en vez de pagar el 24 por ciento de IRPF, tributen el 43% para que hayan amenazado nada menos que con una huelga.
Y eso que, esta medida, sólo afectará a los que ganan más de 600.000 euros al año y a los fichajes efectuados a partir de 2010. Es decir, no tiene retroactividad.
Me pregunto cómo se puede tener tan poca vergüenza. Cómo se puede amenazar con una huelga elitista cuando, los sindicatos, han mantenido una actitud de prudencia encomiable ante la terrible crisis que mantiene en el paro a cuatro millones de personas y, a un millón, sin subisidio alguno y no han, ni siquiera, amenazado con una movilización parcial.
Cómo es posible que este país asista impasible ante estos espectáculos y no se levante contra tanta estulticia e inmoralidad insolidaria y deje los estadios vacíos para demostrar a estos personajillos el mismo desprecio que ellos han mostrado por los trabajadores que sufren sobre sus espaldas las consecuencias de una crisis que no han provocado.
Y todavía hay quienes los defienden y dicen que puede provocar que esos maravillosos jugadores dejen de venir a España. Pues perfecto, que no vengan, que aquí ya tenemos bastantes chorizos sin necesidad de importarlos.
La famosa Ley que permite a los extranjeros tributar sólo el 24% de su salario estaba destinada a científicos y personas de gran relieve. Los deportistas se han aprovechado de la situación. Pero, qué han aportado estos tipos a este país. Nada.
En el mejor de los casos, lo habrán hecho a los clubes que los han fichado, a los que han llevado a ganar competiciones millonarias, por supuesto con más dinero extra, y poco más. Para el resto nada de nada.
Así que, visto lo visto, supongo que es mejor que no contemos con ellos ni con esos otros a los que se les llena de boca de chovinismo patriótico deportivo pero tienen su domicilio fuera de España para pagar menos impuestos.
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