Este es un blog abierto a todo tipo de opiniones. Sólo se eliminarán las que no sean respetuosas con los derechos fundamentales de las personas, falten el respeto a otros intervinientes o contengan comentarios racistas, xenófobos, vioentos o cualquier otro que atente contra la dignidad humana.
viernes, enero 14, 2011
LO ADVERTIMOS: NO ES UNA INOCENTADA
Tal como advertimos, no se trata de ninguna inocentada. Zapatero se sometió a las autoridades europeas y los "mercados" y quiere que se apruebe el proyecto de ley de jubilación a los 67 años en el próximo Consejo de Ministros del viernes, 28 de enero de 2011. Mantiene su promesa a los poderosos contra los intereses y los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
Izquierda Unida tiene en marcha una campaña contra los recortes sociales aprobados por el gobierno Zapatero, contra las políticas neoliberales que defienden tanto el gobierno estatal, como los regionales del PP.
Es precisa una alternativa de salida social a la crisis. Para IU, es necesaria la convocatoria de una nueva huelga general como forma de contestar en la calle las políticas neoliberales y de recortes de los derechos de los trabajadores y la mayoría de la sociedad. IU cree que ampliar la edad de jubiliación no es la solución.
Los siguientes blogs censuramos las intenciones de Zapatero y su gobierno y seríamos partidarios de convocar una Huelga General:
Ventanas del Falcón
Arraio Sound System
Soto en Cameros
Relatando desde el Bajo Llobregat
Kabila
Abloguear
Desde la cantera
Punts de vista
La Ratera
Multiverso Incognoscible
Ciberculturalia
The Fuente Palmera Times
Bosque de Brocelandia
La Terca Iutopía
DEMPEUS per la salut pública
Agua Va!!!
Viramundeando
Maldice que no es poco
Moscas en la Sopa
Quien mucho abarca
La Rueda del Tiempo
Sara Mulet
Ceronegativo
Les coses d'en Jomi
Desde d'esquerra
La imprenta de Far
Publicado por RGAlmazán en 06:00
martes, enero 04, 2011
ALGO MÁS QUE UN FINAL DE AÑO
Tengo la impresión de que con el final de 2010, un año que para la mayoría ha sido verdaderamente siniestro, se ha acabado mucho más; creo que ha finalizado una forma de vivir que habíamos creído consolidada y que en poco tiempo se ha desvanecido casi por completo como una burbuja. Esa burbuja que tantos problemas ha ocasionado.
Porque uno de los aspectos más trágicos de la actual crisis, es que se ha llevado por delante una parte considerable de los derechos sociales que había costado tanto tiempo y tanto esfuerzo alcanzarse y en muchos, además, países de forma incompleta. Prácticamente han bastado tres años para demoler todo lo conseguido. Pero, ¿es esto consecuencia de la propia crisis y sólo de la crisis, o hay algo más detrás?
Las agresiones que hemos sufrido la mayor parte de los ciudadanos y que se han traducido en recortes sociales de todo tipo, desde la pérdida del empleo, la vivienda, la bajada de sueldos, hasta la pérdida de beneficios fiscales, pasando por subidas generalizadas de todo tipo de servicios, sólo han sido posible por la complicidad manifiesta de los gobiernos que se han plegado a los intereses de los llamados mercados que, en su mayoría, son la banca financiera.
En definitiva, por simplificar, parece que de lo que se trata de acabar con el estado del bienestar en su forma actual; esto no es, en mi opinión, consecuencia de la crisis, sino un plan perfectamente premeditado por quienes tienen como objetivo prioritario reemplazar el estado del bienestar como derecho democrático por un mero negocio.
Para que esto se pueda convertir en realidad hay que empezar por provocar pánico entre los ciudadanos, un temor cierto (al menos que así lo parezca) a que el futuro puede ser terrible si no se adoptan una serie de medidas que impidan un colapso de la economía. La conclusión es que el estado del bienestar no es sostenible y la tarea es convencer a cuantos más mejor.
Por ese motivo, no es casualidad que uno de los mayores ataques sea contra el sistema de pensiones. En realidad no se trata tanto de salvar las jubilaciones del futuro, como de lograr que el pánico, perfectamente organizado, lleve a la mayor parte de los ciudadanos, a considerar la posibilidad de complementar con un plan privado las pensiones del Estado.
Evidentemente para que ese plan tenga éxito, es necesaria toda una campaña de intoxicación y de desinformación por parte de los gobiernos que, elegidos por la ciudadanía, tienen más credibilidad que las compañías de seguros o los bancos que son quienes van a beneficiarse de este pastel.
Porque, sin duda alguna, el negocio de las pensiones va a ser muy suculento y no puede dejarse pasar la oportunidad de encontrar otra forma de ganar más, e impedir que sean los estados el que gestione con justicia distributiva semejante filón.
Por lo tanto, de lo que se trata es de que el estado del bienestar pase, de ser un derecho universalizado, a ser un negocio que ahondará más las diferencias sociales. Quien pueda pagar tendrá una jubilación mucho mejor que quien no haya podido acceder a los sistemas privados.
Lo más trágico de este asunto es que una buena parte de la población estará mucho más preocupada por cómo acceder a ese pan privado, que de preocuparse porque el estado hace dejación de ese derecho universal.
Por eso es fundamental organizarse en la defensa de los derechos sociales. A muchos esto les puede parecer muy poco; preferirían una auténtica revolución que pusiera al sistema patas arriba. Esto es hoy inconcebible con la relación de fuerzas que existe.
Y, además, esto ya no es sólo una tarea de las fuerzas de izquierda tradicionales. Hay que contar con todos aquellos que reconocen el peligro les acecha, que dentro o fuera de los partidos, de los sindicatos, o de cualquier otra organización son conscientes de lo que está en juego.
lunes, diciembre 27, 2010
AÑO NUEVO, NUEVO ROBO
Este maravilloso gobierno que padecemos ha decidido hoy que la mejor forma que tendrán 20 millones de hogares y pymes de afrontar el año 2011, que se supone va a ser tan malo como este que se acaba, es con una subida del recibo de la luz del 10 por ciento, lo que supondrá una media de 4 euros al mes en los recibos. A ello habrá que sumar la del gas, en torno al 4 por ciento. Seguro que la mayoría se lo vamos a agradecer
Los presidentes de las compañías eléctricas estarán muy tristes porque para ellos, todo lo que no sea una subida del 20% es poco para asegurar su beneficio. Pero, bueno, algo es algo, y más viviendo de ese protector de las clases trabajadoras que es ZP.
A estas alturas cualquier cosa que se pueda decir de este gobierno y de su presidente resulta absurdo. Sus actos y sus decisiones hablan por él y no hay más que rastrear las hemerotecas para ver en qué dirección van siempre.
Así que lo más sensato es rezar para que esta pesadilla acabe cuanto antes y podamos prescindir de este personaje. Y ahí empiezan las discordias.
Claro que habrá muchos que dirán que la alternativa es peor, porque ya dan por sentado que el sustituto de este infame es Mariano Rajoy. Eso queridos amigos y amigas es puro fatalismo. No tiene por qué ser así, por la sencilla razón de que eso depende de cada uno de nosotros cuando vayamos a votar.
Es probable que muchos crean que la solución al desastre de gestión de este gobierno está en entregar el mismo a la derecha. Nada más lejos de la realidad. Por lo que respecta a la política económica será más de lo mismo o, incluso agravado, si es que eso es posible.
Pero también es cierto que para que los ciudadanos nos decidamos por una alternativa distinta a la actual, la izquierda política de esta país tiene que empezar a moverse muy en serio y presentar ante los electores una imagen de cordura y de ser capaces de dar soluciones a los problemas que estén basados en criterios reales y no en un rosario de buena intenciones.
Por eso era tan importante la refundación de Izquierda Unida; por la sencilla razón de que lograr ese objetivo no es posible desde una sola de las familias que habitan a la izquierda del Psoe. Y no darse cuenta de ese detalle, es ir directamente al suicidio y, efectivamente, permitir que Rajoy ponga su trasero en la poltrona de Moncloa.
No me cansaré de insistir en que hay que preparar un gran frente común, que no tiene que ser un revoltijo ideológico, sino una alianza temporal para un objetivo muy concreto. Veo, sin embargo, que cualquier intento de que eso sea así no parece que sea bien acogido y, en este sentido, el último Consejo Político Regional de IU, fue un ejemplo.
Si partimos de la base de que uno está en posesión de la verdad absoluta y que la única alternativa del resto es sumarse como meras comparsas al proyecto que se impone desde la atalaya de la sabiduría y la pureza estamos perdidos.
Y podrán ocurrir dos cosas: una, la más probable si hoy fueran las elecciones, que el PP ganara. Y la otra que de nuevo esa estupidez del voto útil, del voto del miedo, del voto falsamente progresista volviera a dar a ZP o su sustituto, que para el caso es lo mismo, una mayoría suficiente para seguir perpetrando fechorías como la de hoy.
miércoles, diciembre 22, 2010
EL INQUILINO
Debemos suponer que el inquilino de la Moncloa tiene por lo menos un asesor o asesora que le indica como debe distraer la atención de los ciudadanos de los temas esenciales para llevarlos a lo insustancial, a lo que es más una cuestión de forma que de fondo. Aunque también es posible que en alguna ocasión se le ocurra a él personalmente, si bien lo dudo.
Esta mañana nos hemos enterado de que el inquilino ya ha decidido qué hacer en el futuro. Es decir, ya sabe que va a hacer con su vida, porque con las nuestras, con nuestro futuro, lo que va a hacer ya está claro, o mejo dicho, ya está negro del todo.
Nuestro bien asesorado inquilino ha dicho algo tan importante como que hay dos personas que saben si se presentará a las próximas elecciones. Una es su esposa y la otra un miembro del partido.
Así que nuestro personaje va a conseguir que co este anuncio ya no se hable de otro asunto durante bastante tiempo. Y, como dice mi buen amigo Don Kabila, hay que tener poca vergüenza para que con la que se nos ha venido encimase pretenda hacer de eso un elemento de discusión, una cuestión de estado.
La verdad es que, si fuéramos un poco sensatos, no les prestaríamos a lo que dice el inquilino la más mínima atención porque generalmente suele ser mentira o sandeces. Pero no somos sensatos.
Claro que, desde el punto de vista del inquilino, esta táctica hasta ahora le ha dado un magnífico resultado. Por ejemplo: casi nadie se acuerda de que el Estado dejará de ingresar en sus depauperadas arcas el próximo año un 30 por ciento de lo que supone la venta de lotería.
Y esto por la sencilla razón de que se privatizará Loterías del Estado para conseguir 5.000 millones de euros, justo la mitad de lo que se ingresa cada ejercicio. Hambre para hoy y ganas para mañana. Pero claro es que no somos sensatos.
Y por qué no lo somos? Pues muy sencillo porque nos detenemos en lo superficialo y así, mientras discutíamos si los controladores eran los buenos o los malos, nuestro amigo el inquilino coló la venta de ese 30 por ciento de la Lotería a empresas privadas. Que se cierran varios despachos de lotería, pues ¡que le vamos a hacer! Que se deja de ingresar dinero a largo plazo, pues no pasa nada.
Claro, que sí los controladores se hubieran estado quietecitos, es posible que esto no hubiera sucedido. Aunque también es posible que si pepiño no hubiera sacado el decreto el día antes al que empezaba el puente de la Constitución pues no hubiera ocurrido nada de nada. Y es que, en verdad no somos sensatos.
También es posible que, precisamente, el inquilino crea que es mejor que ocurra algo de algo, para que la ciudadanía esté entretenida y no se dedique a pensar por sí misma que, como ya se sabe, puede dar lugar a resultados muy peligrosos. Seamos, aunque sea por una vez, sensatos y no hablemos mucho del futuro del inquilino.
miércoles, diciembre 15, 2010
UN MAL DÍA
Supongo que lo que menos desea es tener que evacuar cada mañana su terror, sentir como el miedo le obliga a aligerar el intestino porque le atenaza el pánico que siente tras escuchar las noticias de primera hora, que le hacen salir del sueño y enfrentarse a la dura realidad: sabe que fue débil una vez y lo tendrá que ser todo el tiempo. Sabe que tendrá que ser un traidor el resto de su vida.
Hoy no ha empezado bien el día. A las siete de la mañana una de esas maravillosas e inocentes agencias de calificación; esas mismas que avalaron tanta basura oculta, tanta mentira, ha amenazado con rebajar la calificación de la deuda de España. Terrible noticia porque eso quiere decir que los mercados van a exigir más. Y él lo sabe.
Está seguro, sabe con certeza que tendrá que apretar más las tuercas a los ciudadanos para dar satisfacción a esos mercados, que son conscientes de que pueden conseguir lo que quieran sin demasiado esfuerzo porque, evidentemente, a ellos no los puede, aunque quisiera, militarizar. Ellos si son soberanos y privilegiados.
Ahora, la duda está en saber cuánto tiempo tardará en tomar las medidas necesarias y también . quienes serán los principales perjudicados en esta ocasión. Sobre quién recaerá esta vez el peso del sacrificio en el altar del libre mercado, del capitalismo.
Aunque es de suponer que esas dudas quedarán pronto despejadas. Los objetivos más cercanos son tres: el estado autonómico que para los mercados es inviable y la educación y la sanidad públicas que salen caras. Esos son los puntos que señala el informe de la calificadora. Los mercados ya han dictado la sentencia. Ahora sólo falta ejecutarla.
Queda entonces otra cuestión. Cómo se llevará a cabo el recorte, cómo se efectuará el hachazo. Que tipo de privatización se llevará a cabo para que las empresas que están deseosas de caer sobre la sanidad y la educación puedan empezar a sacar provecho de ello en beneficio de los menos.
Pero las malas noticias no vienen solas. Ahora tiene que rascarse el bolsillo. ¡Como le va a doler! Tener que poner 2.600 millones de euros extra para los malditos pensionistas que tienen la osadía de vivir tantos años. Un mal cálculo y el doble de inflación de lo previsto.
Y lo más triste: un ciudadano víctima de la crisis (la que no existía) ha matado a cuatro personas en Olot.
No, hoy no ha tenido un buen día. Nosotros tampoco, pero eso a él no le preocupa.
Hoy no ha empezado bien el día. A las siete de la mañana una de esas maravillosas e inocentes agencias de calificación; esas mismas que avalaron tanta basura oculta, tanta mentira, ha amenazado con rebajar la calificación de la deuda de España. Terrible noticia porque eso quiere decir que los mercados van a exigir más. Y él lo sabe.
Está seguro, sabe con certeza que tendrá que apretar más las tuercas a los ciudadanos para dar satisfacción a esos mercados, que son conscientes de que pueden conseguir lo que quieran sin demasiado esfuerzo porque, evidentemente, a ellos no los puede, aunque quisiera, militarizar. Ellos si son soberanos y privilegiados.
Ahora, la duda está en saber cuánto tiempo tardará en tomar las medidas necesarias y también . quienes serán los principales perjudicados en esta ocasión. Sobre quién recaerá esta vez el peso del sacrificio en el altar del libre mercado, del capitalismo.
Aunque es de suponer que esas dudas quedarán pronto despejadas. Los objetivos más cercanos son tres: el estado autonómico que para los mercados es inviable y la educación y la sanidad públicas que salen caras. Esos son los puntos que señala el informe de la calificadora. Los mercados ya han dictado la sentencia. Ahora sólo falta ejecutarla.
Queda entonces otra cuestión. Cómo se llevará a cabo el recorte, cómo se efectuará el hachazo. Que tipo de privatización se llevará a cabo para que las empresas que están deseosas de caer sobre la sanidad y la educación puedan empezar a sacar provecho de ello en beneficio de los menos.
Pero las malas noticias no vienen solas. Ahora tiene que rascarse el bolsillo. ¡Como le va a doler! Tener que poner 2.600 millones de euros extra para los malditos pensionistas que tienen la osadía de vivir tantos años. Un mal cálculo y el doble de inflación de lo previsto.
Y lo más triste: un ciudadano víctima de la crisis (la que no existía) ha matado a cuatro personas en Olot.
No, hoy no ha tenido un buen día. Nosotros tampoco, pero eso a él no le preocupa.
sábado, diciembre 04, 2010
UN DESASTRE SIN PALIATIVOS
La actitud de los controladores aéreos españoles, que han abandonado sus puestos de trabajo aludiendo una especie de estrés repentino y multitudinario, tras conocer el decreto del Gobierno sobre la regulación de sus horarios y otras cuestiones laborales, sólo puede merecer el más agrio y contundente de los reproches por parte de los sindicatos, las fuerzas políticas y los ciudadanos en general.
Se han aprovechado de una situación especial, en el que muchos viajan en avión, para provocar tal caos en los aeropuertos que ha sido necesario declarar el estado alarma y militarizar el espacio aéreo nacional que, además, ha sido cerrado.
Más de 300.000 personas se han visto afectadas directamente y, otras muchas más, que aún no se han cuantificado, se verán perjudicadas en los próximos días. Porque además de no poder salir de España por vía aérea, tampoco se puede llegar. Esto es verdaderamente inaceptable.
En un país en el que el turismo es la primera de sus industrias resulta verdaderamente inadmisible que se pueda poner en jaque a tantas y tantas personas que, en estos momentos, esperan cualquier oportunidad para revitalizar sus maltrechos negocios.
Pero, sin duda, este Gobierno también tiene una parte importante de responsabilidad en todo este conflicto porque, pese a que se lleva a arrastrando desde hace muchos años, no ha sido capaz de lograr una solución definitiva que impida que estas situaciones se puedan producir.
Durante años este colectivo, en un régimen de monopolio, ha establecido un sistema de trabajo en el que nadie podía intervenir, y no sólo me refiero al asunto de sus salarios, sino incluso en el establecimiento de los horarios, el reparto de las horas extraordinarias y la formación de nuevos controladores.
Es verdad que este problema ya se lo encontró esta gobierno pero, en mi opinión, no es menos verdad que no parecía que existiera hasta que llegó la crisis y hubo que empezar a ahorrar y a rebajar salarios. Sólo entonces se puso en el tapete el problema de los controladores.
El gobierno, por boca de su ministro de Fomento, atizó ese problema como un ariete contra los controladores para que la opinión ciudadana se pusiera en este asunto de su parte, sin explicar que durante toda la primera legislatura los sueldos eran los mismos y no se había hecho absolutamente nada. ¿Es qué acaso esos sueldos eran más exagerados e injustos en 2009 que dos años antes?
Además, como dijo el diputado de IU, Gaspar Llamazares, poco sospechoso de dedicarse a defender posiciones de privilegio, el ministro utilizó una agresividad innecesaria, una visceral impropia de alguien que está destinado a resolver una cuestión tan espinosa y en la que, muchas veces, el tacto es un arma decisiva.
Cuando escribo estas líneas se acaba de declarar el estado de alarma. No hay precedentes desde que acabó la dictadura y se somete a los controladores a la legislación militar. Es una decisión d extrema gravedad ¿Cómo se ha podido llegar a este extremo?
Estas son preguntas a las que unos y otros nos deberán responder pronto. No basta con pedir disculpas.
Se han aprovechado de una situación especial, en el que muchos viajan en avión, para provocar tal caos en los aeropuertos que ha sido necesario declarar el estado alarma y militarizar el espacio aéreo nacional que, además, ha sido cerrado.
Más de 300.000 personas se han visto afectadas directamente y, otras muchas más, que aún no se han cuantificado, se verán perjudicadas en los próximos días. Porque además de no poder salir de España por vía aérea, tampoco se puede llegar. Esto es verdaderamente inaceptable.
En un país en el que el turismo es la primera de sus industrias resulta verdaderamente inadmisible que se pueda poner en jaque a tantas y tantas personas que, en estos momentos, esperan cualquier oportunidad para revitalizar sus maltrechos negocios.
Pero, sin duda, este Gobierno también tiene una parte importante de responsabilidad en todo este conflicto porque, pese a que se lleva a arrastrando desde hace muchos años, no ha sido capaz de lograr una solución definitiva que impida que estas situaciones se puedan producir.
Durante años este colectivo, en un régimen de monopolio, ha establecido un sistema de trabajo en el que nadie podía intervenir, y no sólo me refiero al asunto de sus salarios, sino incluso en el establecimiento de los horarios, el reparto de las horas extraordinarias y la formación de nuevos controladores.
Es verdad que este problema ya se lo encontró esta gobierno pero, en mi opinión, no es menos verdad que no parecía que existiera hasta que llegó la crisis y hubo que empezar a ahorrar y a rebajar salarios. Sólo entonces se puso en el tapete el problema de los controladores.
El gobierno, por boca de su ministro de Fomento, atizó ese problema como un ariete contra los controladores para que la opinión ciudadana se pusiera en este asunto de su parte, sin explicar que durante toda la primera legislatura los sueldos eran los mismos y no se había hecho absolutamente nada. ¿Es qué acaso esos sueldos eran más exagerados e injustos en 2009 que dos años antes?
Además, como dijo el diputado de IU, Gaspar Llamazares, poco sospechoso de dedicarse a defender posiciones de privilegio, el ministro utilizó una agresividad innecesaria, una visceral impropia de alguien que está destinado a resolver una cuestión tan espinosa y en la que, muchas veces, el tacto es un arma decisiva.
Cuando escribo estas líneas se acaba de declarar el estado de alarma. No hay precedentes desde que acabó la dictadura y se somete a los controladores a la legislación militar. Es una decisión d extrema gravedad ¿Cómo se ha podido llegar a este extremo?
Estas son preguntas a las que unos y otros nos deberán responder pronto. No basta con pedir disculpas.
miércoles, diciembre 01, 2010
UN ENEMIGO DEL PUEBLO
Sólo citar su nombre ya me repugna, me produce tal asco, que tengo que hacer un verdadero esfuerzo para no lanzar el vómito definitivo: José Luis Rodríguez Zapatero, un verdadero enemigo del pueblo, quien debería ser llevado ante un tribunal popular que examinara su comportamiento y que dictara una sentencia inapelable de culpabilidad por felonía.
Hoy, como era de esperar, ha dado una nueva vuelta de tuerca en su política contra los trabajadores de este país, y ha anunciado que, a partir de febrero, quedará eliminada la ayuda extra de ¡426 euros! a las personas desempleadas de larga duración. Más recortes, más sufrimiento para los que menos tienen.
Estará satisfecho de los resultados de su anuncio, al que hay que sumar la privatización de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, y parte del negocio de la Lotería, porque la bolsa de inmediato ha subido como la espuma: los mercados le agradecen al traidor sus nuevas medidas.
Vende, desmantela, privatiza para dar satisfacción a quienes seguramente mañana le exigirán más. Han visto que es débil, que carece de principios, que carece de ética, de sensibilidad que es un felón.
Desde que se inició la crisis, o mejor desde que este tipo reconoció que España se veía ya indefectiblemente afectada por ella, no ha tomado ni una sola medida en favor de los más necesitados de ayuda; de aquellos quienes, con toda seguridad, supusieron en su momento la base de los votos que le permitió sentar su infecto culo facilón en el sillón de la Moncloa.
Se cargó el cheque para ayuda por nacimientos, se cargó el estúpido descuento de los 400 euros en las nóminas, subió el IVA, recortó el sueldo de los funcionarios, facilitó el despido objetivo, quiere alargar la edad de jubilación y “reformar” las pensiones, y ahora acaba con la mísera ayuda a los que ni siquiera pueden ejercer el derecho constitucional de trabajar en un país con casi cinco millones de desempleados.
Me pregunto si este odioso personaje tendrá la desfachatez de volver a presentarse a las elecciones y pedir el voto a los trabajadores. ¿Con qué argumentos? ¿El patriotismo?
¿Y su partido? Silencioso en su mayoría, cuando no aplaudiendo como borregos en el parlamento las medidas del líder, sin que se haya alzado ni una sola voz para disentir. ¿También tendrá la desvergüenza de pedir el voto?
Espero que se alcen entonces los puños y golpeen donde más daño hagan.
Hoy, como era de esperar, ha dado una nueva vuelta de tuerca en su política contra los trabajadores de este país, y ha anunciado que, a partir de febrero, quedará eliminada la ayuda extra de ¡426 euros! a las personas desempleadas de larga duración. Más recortes, más sufrimiento para los que menos tienen.
Estará satisfecho de los resultados de su anuncio, al que hay que sumar la privatización de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, y parte del negocio de la Lotería, porque la bolsa de inmediato ha subido como la espuma: los mercados le agradecen al traidor sus nuevas medidas.
Vende, desmantela, privatiza para dar satisfacción a quienes seguramente mañana le exigirán más. Han visto que es débil, que carece de principios, que carece de ética, de sensibilidad que es un felón.
Desde que se inició la crisis, o mejor desde que este tipo reconoció que España se veía ya indefectiblemente afectada por ella, no ha tomado ni una sola medida en favor de los más necesitados de ayuda; de aquellos quienes, con toda seguridad, supusieron en su momento la base de los votos que le permitió sentar su infecto culo facilón en el sillón de la Moncloa.
Se cargó el cheque para ayuda por nacimientos, se cargó el estúpido descuento de los 400 euros en las nóminas, subió el IVA, recortó el sueldo de los funcionarios, facilitó el despido objetivo, quiere alargar la edad de jubilación y “reformar” las pensiones, y ahora acaba con la mísera ayuda a los que ni siquiera pueden ejercer el derecho constitucional de trabajar en un país con casi cinco millones de desempleados.
Me pregunto si este odioso personaje tendrá la desfachatez de volver a presentarse a las elecciones y pedir el voto a los trabajadores. ¿Con qué argumentos? ¿El patriotismo?
¿Y su partido? Silencioso en su mayoría, cuando no aplaudiendo como borregos en el parlamento las medidas del líder, sin que se haya alzado ni una sola voz para disentir. ¿También tendrá la desvergüenza de pedir el voto?
Espero que se alcen entonces los puños y golpeen donde más daño hagan.
sábado, noviembre 27, 2010
DETENER LA OFENSIVA DEBE SER LA PRIORIDAD DE LA IZQUIERDA
A estas alturas supongo que son muy pocos los que creen que la crisis desatada en los países desarrollados se debe sólo a la codicia o a la falta de control por parte de los estados, entre otras cosas. En mi opinión esta crisis está perfectamente planificada para arrasar, no ya sólo el estado del bienestar, sino en una operación más a largo plazo, muchos de los derechos de los trabajadores que tantos años y lucha costaron conseguir.
Al mismo tiempo, observamos que a nuestro alrededor se han ido generando pocas respuestas desde la izquierda política a esta situación y, de ahí, que para muchos esté claro que, la que podríamos llamar izquierda institucional, ya no sirva y deba ser sustituida por otra.
Esta otra izquierda, calificado a veces de marginal, anti sistema, radical o anti capitalista, en adjetivos dados tanto desde dentro como desde fuera, estaría llamada a tomar el relevo de la anterior para orientarnos en el nuevo panorama que se presenta.
Sería un poco banal discutir si es anti sistema o anti capitalista (no sé si la izquierda puede ser en realidad otra cosa) o si el adjetivo es radical o marginal. Posiblemente uno por uno dejen incompleta la definición, que más bien seria en su conjunto una parte de todas ellas.
Pero lo que me interesa resaltar es que las personas que se han sumado a este tipo de organizaciones, que a veces son más bien movimientos, adquieren un gran compromiso. Primero con ellos y en segundo lugar con la sociedad. Y precisamente esa circunstancia me lleva a pensar que se trata de personas con una formación política algo (o bastante) superior a la de la media de los ciudadanos.
Precisamente por esto, es por lo que me parece que estas personas no pueden ignorar en absoluto el terreno en el que -todos- nos movemos. No pueden permanecer indiferentes ante el hecho de que la sociedad está adormecida, amedrentada; ante la realidad de que los medios de comunicación están al servicios del sistema, de que la posibilidad de hacerse oír es escasa, de que, en definitiva, las posibilidades de movilización (necesaria) desde esa posición son muy pocas.
Entonces. no sé, si estas propuestas, hechas con entusiasmo personal y dignidad política, no se convierten al final en brindis al sol, o lo que es lo mismo en un esfuerzo encomiable pero inútil.
Por lo tanto, habría, desde mi punto de vista, que ir por otro camino que, necesariamente, está en la colaboración de todos estos movimientos con lo aprovechable de la izquierda tradicional para constituir un frente común, que logre por diversos medios (institucionales o no) el objetivo más perentorio que es frenar la ofensiva capitalista. Creo que no se puede confiar todo a la lucha institucional (parlamentaria) pero igualmente tampoco sólo la lucha en la calle nos llevará a la salida.
No se trata de unificar criterios, nada más lejos de mi intención, porque además suele ser una mala decisión, sino de sumar, desde la diferencia, esfuerzos para lograr un objetivo común inmediato. Cada uno con su opinión pero con una meta final. Una vez que lleguemos a la meta cada cual actuará como crea conveniente.
En el caso concreto de España, hay que alertar a la ciudadanía del enorme peligro que para la sociedad supondría que el próximo gobierno cayese en manos del PP. Si las medidas del infame ZP nos han parecido malas, las del PP serían catastróficas, sin la más mínima duda Hay que evitar esto..
Esto no significa que haya que apoyar al Psoe como un mal menor, ni mucho menos, sino lograr que las candidaturas de izquierda (esto en el plano institucional) logren mayorías allí donde sea posible.
Y esto requiere un esfuerzo: la izquierda tradicional debe abrir sus listas a los candidatos de otras alternativas, no para completarlas sino en puestos donde puedan resultar elegidos para dar savia nueva al anquilosamiento que se percibe. Esto debe ser prioritario.
La izquierda de la izquierda (por llamarla de laguna forma) debe olvidarse de maximalismos y ofrecer una colaboración leal en los objetivos más inmediatos sin perder su identidad, pero sin pararse en querelas ideológicas totalmente -ahora- fuera de lugar.
No sé si bajo estas premisas se logrará algo, pero de lo que estoy seguro es de que, sin ellas, nos encaminamos hacia el desastre.
Al mismo tiempo, observamos que a nuestro alrededor se han ido generando pocas respuestas desde la izquierda política a esta situación y, de ahí, que para muchos esté claro que, la que podríamos llamar izquierda institucional, ya no sirva y deba ser sustituida por otra.
Esta otra izquierda, calificado a veces de marginal, anti sistema, radical o anti capitalista, en adjetivos dados tanto desde dentro como desde fuera, estaría llamada a tomar el relevo de la anterior para orientarnos en el nuevo panorama que se presenta.
Sería un poco banal discutir si es anti sistema o anti capitalista (no sé si la izquierda puede ser en realidad otra cosa) o si el adjetivo es radical o marginal. Posiblemente uno por uno dejen incompleta la definición, que más bien seria en su conjunto una parte de todas ellas.
Pero lo que me interesa resaltar es que las personas que se han sumado a este tipo de organizaciones, que a veces son más bien movimientos, adquieren un gran compromiso. Primero con ellos y en segundo lugar con la sociedad. Y precisamente esa circunstancia me lleva a pensar que se trata de personas con una formación política algo (o bastante) superior a la de la media de los ciudadanos.
Precisamente por esto, es por lo que me parece que estas personas no pueden ignorar en absoluto el terreno en el que -todos- nos movemos. No pueden permanecer indiferentes ante el hecho de que la sociedad está adormecida, amedrentada; ante la realidad de que los medios de comunicación están al servicios del sistema, de que la posibilidad de hacerse oír es escasa, de que, en definitiva, las posibilidades de movilización (necesaria) desde esa posición son muy pocas.
Entonces. no sé, si estas propuestas, hechas con entusiasmo personal y dignidad política, no se convierten al final en brindis al sol, o lo que es lo mismo en un esfuerzo encomiable pero inútil.
Por lo tanto, habría, desde mi punto de vista, que ir por otro camino que, necesariamente, está en la colaboración de todos estos movimientos con lo aprovechable de la izquierda tradicional para constituir un frente común, que logre por diversos medios (institucionales o no) el objetivo más perentorio que es frenar la ofensiva capitalista. Creo que no se puede confiar todo a la lucha institucional (parlamentaria) pero igualmente tampoco sólo la lucha en la calle nos llevará a la salida.
No se trata de unificar criterios, nada más lejos de mi intención, porque además suele ser una mala decisión, sino de sumar, desde la diferencia, esfuerzos para lograr un objetivo común inmediato. Cada uno con su opinión pero con una meta final. Una vez que lleguemos a la meta cada cual actuará como crea conveniente.
En el caso concreto de España, hay que alertar a la ciudadanía del enorme peligro que para la sociedad supondría que el próximo gobierno cayese en manos del PP. Si las medidas del infame ZP nos han parecido malas, las del PP serían catastróficas, sin la más mínima duda Hay que evitar esto..
Esto no significa que haya que apoyar al Psoe como un mal menor, ni mucho menos, sino lograr que las candidaturas de izquierda (esto en el plano institucional) logren mayorías allí donde sea posible.
Y esto requiere un esfuerzo: la izquierda tradicional debe abrir sus listas a los candidatos de otras alternativas, no para completarlas sino en puestos donde puedan resultar elegidos para dar savia nueva al anquilosamiento que se percibe. Esto debe ser prioritario.
La izquierda de la izquierda (por llamarla de laguna forma) debe olvidarse de maximalismos y ofrecer una colaboración leal en los objetivos más inmediatos sin perder su identidad, pero sin pararse en querelas ideológicas totalmente -ahora- fuera de lugar.
No sé si bajo estas premisas se logrará algo, pero de lo que estoy seguro es de que, sin ellas, nos encaminamos hacia el desastre.
miércoles, noviembre 17, 2010
DIE ENDLÖSUNG
Hace dos meses me ocupé de Alicia Sánchez Camacho (asc) con motivo de un paseo que se dio por Badalona para demostrar la gran cantidad de problemas que la inmigración ilegal provoca en Catalunya. Lejos de tener que rectificar mi opinión, hoy, me ratifico en lo dicho entonces y aún me parece que me quedé corto.
Esta alumna aventajada del nazismo ha presentado en la campaña electoral de Catalunya un jueguecito que consiste, entre otras maravillas, en eliminar a los inmigrantes ilegales desde una gaviota pepera. Algo verdaderamente divertido.
El juego en cuestión, que ha sido retirado de momento para corregir el “error” , y poner mafias ilegales donde dice inmigrantes ilegales, fue encargado por el PP a una empresa que, según parece se equivocó. Da la impresión de que nadie en el PP de Catalunya se ocupó de comprobar que el vídeo en cuestión era perfectamente presentable. Aunque es posible que sí lo hiciera y no vieran nada extraño.
Resulta evidente que nadie va a creer semejante patraña. Se ha logrado lo que se pretendía que es llamar la a atención, mediante el procedimiento más burdo, sobre el asunto de la inmigración, verdadero eje de la campaña electoral del PP y presunto caladero de votos.
Por otro lado, como nadie en el PP ha condenado este hecho, nos es lícito suponer que están de acuerdo con su contenido. Es decir, que los que defienden con tanto y encomiable ardor los derechos humanos del los saharianos, no miden con la misma vara a los que vienen a España forzados en su mayoría por las circunstancias adversas en las que viven en sus países de origen.
Confieso que asc me produce una repulsión personal inmensa; me parece una fascista peligrosa que tendría que ser apartada de la política activa lo antes posible para impedir que al final lo llene todo de porquería y, lo que es peor, cuando ya no tenga remedio y nos encontremos ante alguna barbaridad.
Porque lo malo no es sólo que asc tenga una visión maniquea del problema de la inmigración que ella llama ilegal, sino que pretende acabar con ese problema con una especie de de Endlösung, mediante la eliminación de los ilegales.
Evidentemente es muy poco probable que algún día se atreva a decir que los mejor es acabar físicamente con los ilegales pero estoy seguro de que en la política de mano dura que quiere aplicar está la repatriación de todos esos presento ilegales sin atender a las circunstancias personales de cada uno. Sin no hay papel, no eras nada y por lo tanto, no existes, no eres un problema.
Estoy de acuerdo con Artur Mas, cuando denuncia que el PP está jugando con fuego. Es verdad y lo malo es que el incendio que puede provocar puede generar un desastre.
El PP (afortunadamente) en Catalunya está reducido a la mínima expresión. La derecha tiene su propia formación que es CiU, que generalmente, aunque a veces también se extralimitan, tiene una visión menos dogmática de la política. Y el españolismo feroz por ahora tiene pocos clientes.
Asc aspira a que esto cambie y por eso se ha lanzado por ese camino tan peligroso. Porque una vez prendido el fuego podría resultar imposible de controlar. Y lo que ha empezado como una táctica bastarda para lograr el máximo de votos de los sectores más ultra derechistas acabe degenerando en una auténtica tragedia.
Deberían tener esto muy presente los dirigentes del PP que avalan y apoyan a asc y acabar de una vez con esas campañas macabras, de cristales rotos y de cuchillos largos, porque su responsabilidad será absoluta en cuanto se produzca el más mínimo incidente.
Esta alumna aventajada del nazismo ha presentado en la campaña electoral de Catalunya un jueguecito que consiste, entre otras maravillas, en eliminar a los inmigrantes ilegales desde una gaviota pepera. Algo verdaderamente divertido.
El juego en cuestión, que ha sido retirado de momento para corregir el “error” , y poner mafias ilegales donde dice inmigrantes ilegales, fue encargado por el PP a una empresa que, según parece se equivocó. Da la impresión de que nadie en el PP de Catalunya se ocupó de comprobar que el vídeo en cuestión era perfectamente presentable. Aunque es posible que sí lo hiciera y no vieran nada extraño.
Resulta evidente que nadie va a creer semejante patraña. Se ha logrado lo que se pretendía que es llamar la a atención, mediante el procedimiento más burdo, sobre el asunto de la inmigración, verdadero eje de la campaña electoral del PP y presunto caladero de votos.
Por otro lado, como nadie en el PP ha condenado este hecho, nos es lícito suponer que están de acuerdo con su contenido. Es decir, que los que defienden con tanto y encomiable ardor los derechos humanos del los saharianos, no miden con la misma vara a los que vienen a España forzados en su mayoría por las circunstancias adversas en las que viven en sus países de origen.
Confieso que asc me produce una repulsión personal inmensa; me parece una fascista peligrosa que tendría que ser apartada de la política activa lo antes posible para impedir que al final lo llene todo de porquería y, lo que es peor, cuando ya no tenga remedio y nos encontremos ante alguna barbaridad.
Porque lo malo no es sólo que asc tenga una visión maniquea del problema de la inmigración que ella llama ilegal, sino que pretende acabar con ese problema con una especie de de Endlösung, mediante la eliminación de los ilegales.
Evidentemente es muy poco probable que algún día se atreva a decir que los mejor es acabar físicamente con los ilegales pero estoy seguro de que en la política de mano dura que quiere aplicar está la repatriación de todos esos presento ilegales sin atender a las circunstancias personales de cada uno. Sin no hay papel, no eras nada y por lo tanto, no existes, no eres un problema.
Estoy de acuerdo con Artur Mas, cuando denuncia que el PP está jugando con fuego. Es verdad y lo malo es que el incendio que puede provocar puede generar un desastre.
El PP (afortunadamente) en Catalunya está reducido a la mínima expresión. La derecha tiene su propia formación que es CiU, que generalmente, aunque a veces también se extralimitan, tiene una visión menos dogmática de la política. Y el españolismo feroz por ahora tiene pocos clientes.
Asc aspira a que esto cambie y por eso se ha lanzado por ese camino tan peligroso. Porque una vez prendido el fuego podría resultar imposible de controlar. Y lo que ha empezado como una táctica bastarda para lograr el máximo de votos de los sectores más ultra derechistas acabe degenerando en una auténtica tragedia.
Deberían tener esto muy presente los dirigentes del PP que avalan y apoyan a asc y acabar de una vez con esas campañas macabras, de cristales rotos y de cuchillos largos, porque su responsabilidad será absoluta en cuanto se produzca el más mínimo incidente.
sábado, noviembre 13, 2010
GRACIAS TRINIDAD
Hay que agradecer a Trinidad Jimenez, la flamante ministra de Asuntos Exteriores de ZP, su sinceridad a la hora de referirse al problema del Sahára Occidental. Una cuestión en la que la responsabilidad de España es manifiesta por muchos años que pasen y muchos gobiernos que se sucedan.
Tras finalizar el Consejo de Ministros del 12 de noviembre, Trinidad Jimenez, dejó muy claro cuales son las prioridades y los intereses del gobierno de España, en cuyo nombre actúa, a la hora de solucionar este largo y terrible conflicto.
Más allá de la retórica propia de los ministros de exteriores, con las consabidos deseos de un rápido acuerdo entre las partes, la ilustre ministra, perdedora ante Tomás Gómez para intentar conquistar la Comunidad de Madrid de las garras del PP, dijo que Marruecos es un socio de especial interés para España y que así lo va a seguir siendo en el futuro, pase lo que pase.
Evidentemente se refirió a intereses como la prevención del terrorismo islámico, el tráfico de drogas y el control de la inmigración denominada ilegal. Son éstos, temas en los que la colaboración de ese país del Magreb, como todo el mundo sabe, es esencial y de eficacia probada.
Pero, curiosamente, ocultó deliberadamente, o porque quizá su colega Carme Chacón y su no menos colega Miguel Sebastián, una en Defensa y Otro en Industria, no le han informado a tiempo de que el gasto militar del reino alauí en España ascendió durante los tres últimos años a 340 millones de euros. Es decir se trata de ventas de armamento autorizadas por ZP.
Y ello, pese a que Marruecos es un país con un claro conflicto militar, por lo que se le podría incluir entre los países a los que no se les debe vender armas.
Ahora, gracias a la encomiable sinceridad de Trinidad Jimenez, sabemos que los intereses de España, también son, según ZP, pues él mismo autorizó venta de armas en 2007, los de su industria militar.
Quienes posiblemente no sepan esto sean los saharianos porque, cercados y aislados del mundo por Maruecos, viven en condiciones miserables y sufren una feroz represión, que el gobierno defensor de los intereses de España no condena, pero, eso sí, lamenta.
Pero quienes sí lo sabemos y no lo vamos a olvidar en absoluto, somos nosotros.
Sabemos que para ZP no existe más interés que el comercial. Quien se inclina ante los poderosos y los mercados no es capaz de poner en su sitio al primo del monarca.
Evidentemente ¿qué significan unos cuantos miles de nómadas comparados con los intereses de España? Nada, absolutamente nada.
Y, curiosamente, este gobierno quiere impedir a Batasuna que se presente a las próximas elecciones porque no condena y sólo lamente la violencia de ETA.
Tras finalizar el Consejo de Ministros del 12 de noviembre, Trinidad Jimenez, dejó muy claro cuales son las prioridades y los intereses del gobierno de España, en cuyo nombre actúa, a la hora de solucionar este largo y terrible conflicto.
Más allá de la retórica propia de los ministros de exteriores, con las consabidos deseos de un rápido acuerdo entre las partes, la ilustre ministra, perdedora ante Tomás Gómez para intentar conquistar la Comunidad de Madrid de las garras del PP, dijo que Marruecos es un socio de especial interés para España y que así lo va a seguir siendo en el futuro, pase lo que pase.
Evidentemente se refirió a intereses como la prevención del terrorismo islámico, el tráfico de drogas y el control de la inmigración denominada ilegal. Son éstos, temas en los que la colaboración de ese país del Magreb, como todo el mundo sabe, es esencial y de eficacia probada.
Pero, curiosamente, ocultó deliberadamente, o porque quizá su colega Carme Chacón y su no menos colega Miguel Sebastián, una en Defensa y Otro en Industria, no le han informado a tiempo de que el gasto militar del reino alauí en España ascendió durante los tres últimos años a 340 millones de euros. Es decir se trata de ventas de armamento autorizadas por ZP.
Y ello, pese a que Marruecos es un país con un claro conflicto militar, por lo que se le podría incluir entre los países a los que no se les debe vender armas.
Ahora, gracias a la encomiable sinceridad de Trinidad Jimenez, sabemos que los intereses de España, también son, según ZP, pues él mismo autorizó venta de armas en 2007, los de su industria militar.
Quienes posiblemente no sepan esto sean los saharianos porque, cercados y aislados del mundo por Maruecos, viven en condiciones miserables y sufren una feroz represión, que el gobierno defensor de los intereses de España no condena, pero, eso sí, lamenta.
Pero quienes sí lo sabemos y no lo vamos a olvidar en absoluto, somos nosotros.
Sabemos que para ZP no existe más interés que el comercial. Quien se inclina ante los poderosos y los mercados no es capaz de poner en su sitio al primo del monarca.
Evidentemente ¿qué significan unos cuantos miles de nómadas comparados con los intereses de España? Nada, absolutamente nada.
Y, curiosamente, este gobierno quiere impedir a Batasuna que se presente a las próximas elecciones porque no condena y sólo lamente la violencia de ETA.
miércoles, octubre 27, 2010
GESTIÓN VERSUS IDEOLOGÍA
Durante los últimos meses, a raíz sobre todo de las medidas claudicantes del Gobiernito de ZP que ha ocasionado un recorte de derechos sociales sin precedentes, se oye mucho que lo primero y principal es sacar a España de la crisis y que, para lograrlo, hay que arrimar el hombro por parte de todos.
No me parece mal la intención de sacar a los españoles de la crisis en la que nos han metido una serie de personas que sí tienen nombre y apellido y a los que, curiosamente, pocas responsabilidades se les ha pedido.
La cuestión es, por tanto, cómo salir de la crisis. Parece que hay una especie de formula más o menos mágica, que se traduce en recortar derechos, rebajar sueldos, congelar pensiones, precarizar empleos, reducir la inversión pública y un buen numero de medidas de este tipo. Todas ellas auspiciadas por instituciones financieras que poco o nada tienen de democráticas, ni siquiera desde el punto de vista formalista burgués.
Si nos fijamos con cierto detenimiento, todas estás medidas tienen como base la gestión de la economía, Es decir, la austeridad, el ahorro, para equilibrar el déficit público, por ejemplo, para conseguir mejorar las cuentas y que los mercados confíen en ese Estado y le presten el dinero que sea necesario en su momento. Insisto, todas son medidas de gestión, de simple contabilidad.
Todo este rollo viene a cuento de un debate que se ha generado en Grito de Lobos, sobre el papel que debe tener la ideología en el desarrollo de las sociedades. Un debate que, a mi juicio, perdió innecesariamente las formas en algún momento, sin que ello quiera decir que perdiera interés. Porque la cuestión es que la gestión ha sustituido a la ideología.
La consecuencia es que los gobiernos administran la “cosa” como si fueran los contables de una comunidad de vecinos, atendiendo sólo a las cifras. De forma que si se puede arreglar la escalera sin que afecte al presupuesto se hace y si no, no se hace.
No importa que justamente en los últimos pisos vivan las personas más mayores o con peor movilidad porque lo esencial es mantener el equilibrio presupuestario y, perdonenme el ejemplo tan poco académico..
Porque, uno de los grandes reproches que se puede hacer a la socialdemocracia occidental es que ha prescindido conscientemente de la ideología para asumir la teoría de la simple gestión, especialmente en lo que se refiere a la economía. Es decir, ya no cuestiona el modelo de producción capitalista, ya no se le quiere sustituir por otro más justo. Ahora se acepta el “sistema” y se gestiona de acuerdo con los principios que el propio sistema impone.
Al anteponer el criterio gestión, reduce a los ciudadanos a meros receptores de hechos contables, carentes por completo de valor para quien sólo piensa en administrar desde la eficacia. Si para logar el ansiado equilibrio hay que reducir el sueldo de los funcionarios se reduce y se acabó. No importa porque el objetivo es sólo el equilibrio financiero. No arreglo la escalera aunque provoque accidentes.
Pero esto no es un hecho casual. Ha venido precedido de muchos años de desideologización por parte de la socialdemocracia clásica que, poco a poco, ha ido inoculando el veneno de la apatía ciudadana y de la profesionalización de la política. Los ciudadanos están lejos de la participación pese a que las posibilidades de comprometerse son cada vez mayores.
Cabría recordar que, sin ir muy lejos en el tiempo, la participación de la ciudadanía en los procesos colaterales a la Transición fue impresionante y mucho más si se compara con lo que ocurre ahora. Y no existían ni internet, ni las redes, ni nada de eso. El sistema ha logrado aislar el virus de la ideología participativa.
Acabo planteando una cuestión: ¿Cómo podemos recuperar el concepto de ideología, hacer que vuelva al lugar que le corresponde y sea el motor que sirva para movilizar, para comprometer y para lograr los cambios que son necesarios?
No me parece mal la intención de sacar a los españoles de la crisis en la que nos han metido una serie de personas que sí tienen nombre y apellido y a los que, curiosamente, pocas responsabilidades se les ha pedido.
La cuestión es, por tanto, cómo salir de la crisis. Parece que hay una especie de formula más o menos mágica, que se traduce en recortar derechos, rebajar sueldos, congelar pensiones, precarizar empleos, reducir la inversión pública y un buen numero de medidas de este tipo. Todas ellas auspiciadas por instituciones financieras que poco o nada tienen de democráticas, ni siquiera desde el punto de vista formalista burgués.
Si nos fijamos con cierto detenimiento, todas estás medidas tienen como base la gestión de la economía, Es decir, la austeridad, el ahorro, para equilibrar el déficit público, por ejemplo, para conseguir mejorar las cuentas y que los mercados confíen en ese Estado y le presten el dinero que sea necesario en su momento. Insisto, todas son medidas de gestión, de simple contabilidad.
Todo este rollo viene a cuento de un debate que se ha generado en Grito de Lobos, sobre el papel que debe tener la ideología en el desarrollo de las sociedades. Un debate que, a mi juicio, perdió innecesariamente las formas en algún momento, sin que ello quiera decir que perdiera interés. Porque la cuestión es que la gestión ha sustituido a la ideología.
La consecuencia es que los gobiernos administran la “cosa” como si fueran los contables de una comunidad de vecinos, atendiendo sólo a las cifras. De forma que si se puede arreglar la escalera sin que afecte al presupuesto se hace y si no, no se hace.
No importa que justamente en los últimos pisos vivan las personas más mayores o con peor movilidad porque lo esencial es mantener el equilibrio presupuestario y, perdonenme el ejemplo tan poco académico..
Porque, uno de los grandes reproches que se puede hacer a la socialdemocracia occidental es que ha prescindido conscientemente de la ideología para asumir la teoría de la simple gestión, especialmente en lo que se refiere a la economía. Es decir, ya no cuestiona el modelo de producción capitalista, ya no se le quiere sustituir por otro más justo. Ahora se acepta el “sistema” y se gestiona de acuerdo con los principios que el propio sistema impone.
Al anteponer el criterio gestión, reduce a los ciudadanos a meros receptores de hechos contables, carentes por completo de valor para quien sólo piensa en administrar desde la eficacia. Si para logar el ansiado equilibrio hay que reducir el sueldo de los funcionarios se reduce y se acabó. No importa porque el objetivo es sólo el equilibrio financiero. No arreglo la escalera aunque provoque accidentes.
Pero esto no es un hecho casual. Ha venido precedido de muchos años de desideologización por parte de la socialdemocracia clásica que, poco a poco, ha ido inoculando el veneno de la apatía ciudadana y de la profesionalización de la política. Los ciudadanos están lejos de la participación pese a que las posibilidades de comprometerse son cada vez mayores.
Cabría recordar que, sin ir muy lejos en el tiempo, la participación de la ciudadanía en los procesos colaterales a la Transición fue impresionante y mucho más si se compara con lo que ocurre ahora. Y no existían ni internet, ni las redes, ni nada de eso. El sistema ha logrado aislar el virus de la ideología participativa.
Acabo planteando una cuestión: ¿Cómo podemos recuperar el concepto de ideología, hacer que vuelva al lugar que le corresponde y sea el motor que sirva para movilizar, para comprometer y para lograr los cambios que son necesarios?
lunes, octubre 25, 2010
Love Story
Cuando esta noche, a eso de las diez, Tele5, estrene esa macro anunciada serie sobre la vida de Felipe borbón y Leticia Ortíz, tendremos una especie de entrega de un “love story” protagonizado por un un príncipe que se enamora de una periodista divorciada por la que está dispuesto a abandonarlo todo. ¡Vaya tela!
Como el tiempo pasa de forma inexorable para todos, hay que ir preparando la llegada del hijo al trono franquista y, de ahí, la necesidad de empezar con las adulaciones de rigor.
Pero, el colmo de la desfachatez es que, encima, nos hagan creer que el familión borbónico desconoce de qué va la serie por lo que esta noche, al igual que el resto de los mortales, se enterarán de la trama. Y es que la monarquía de todos es cada día más campechana.
En fin, bien está que las cadenas de TV pierdan el tiempo intentado vendernos a estos personajes como si fueran una especie de héroes del pueblo, pero que además nos tomen por idiotas me parece demasiado.
¿Quién se puede creer que una serie en la que se trata, nada menos que de la familia borbón, no habrá sido supervisada hasta en el último detalle por quien corresponda a fin de que no se deslice el más mínimo error?
Supongo que esta mentira formará parte de la mercadotecnia para hacer más tragadero el producto en cuestión; para que millones de personas se queden embobados viendo y oyendo como en realidad no se trata de unos privilegiados que viven del cuento y a costa del presupuesto nacional, como dicen los rojos y los republicanos, sino de una pareja sencilla, que resiste hasta final de mes con su sueldo y que han tenido los mismos problemas que el resto de la ciudadanía, para ellos, meros súbditos: colegios, hipotecas, vacaciones cortas, preocupación por su futuro laboral, etc.
La verdad es que no merece la pena perder más tiempo con esta historia, así que no sigo.
jueves, octubre 21, 2010
LOS CIEN DÍAS
Aceptar una cartera ministerial de las manos de ZP, supone asumir de forma voluntaria un compromiso con un presidente de gobierno que pasará a la Historia por haber llevado a cabo los mayores recortes de derechos sociales de la historia reciente de España. Eso es incuestionable.
Se podrá discutir sobre los motivos han llevado a asumir esa responsabilidad y si, en esas motivaciones hay componentes personales, políticos o, sencillamente, estamos ante personajes de escasa catadura ética que solo quieren trepar. Cualquiera de ellas puede tener credibilidad. Pero, evidentemente, la aceptación supone acuerdo con la política de ZP.
No parece necesario, por tanto, dar ni siquiera el manido margen de los cien días de confianza para juzgar la gestión del ministro tal o la ministra cual. Todos saben que el gobierno de ZP está actuado de forma antisocial sin escuchar las voces que le reclaman que, en vez de inclinar de forma vergonzante la cerviz ante los los mercados, reparta de forma equitativa las cargas consecuencia de la crisis económica.
Es notable, para cualquier observador sensato, que la mayor parte de esas voces, que salen de lo que podríamos llamar izquierda política y social, y no vinculada necesariamente a un determinado partido o grupo, piden que se distribuya equitativamente el esfuerzo, no que sólo sean unos los que lo hagan. Esos que, curiosamente, serían los que más responsabilidad tendrían en todo este proceso perverso de recesión o quienes, por tener más, deberían aportar más y que, a la larga van a ser los máximos beneficiarios de las medidas de ZP.
Me parece que, además de una petición sensata, es muy generosa y, sin embargo, ZP, no la quiere escuchar. Y, aún más, su ministra de Economía, señora Salgado amenaza con más más ajustes si los planes no dan resultado.
Me pregunto qué más esfuerzo se puede pedir a una sociedad que padece un 20 por ciento de desempleo, tiene al 21 por ciento de la población por debajo del umbral de la pobreza y con cuatro hogares de cada diez, sin poder hacer frente a sus gastos corrientes.
Así pues, integrarse en este gobierno es de facto hacerse cómplice de sus actos. Y eso tienen que tenerlo muy claro quienes a partir de de hoy han prometido sus cargos. No nos importarán sus actos en el pasado, sino lo que hacen en el presente y harán en el futuro.
En su descargo podría decirse, y no de todos, que pueden creer que desde dentro del gobierno se pueden corregir algunas cosas que se han hecho hasta ahora mal. No seré quien niegue esa posibilidad, pero sólo hasta que se demuestre lo contrario.
Y esto es lo que ha pasado esta misma mañana con el nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, quien en dos entrevistas en sendas emisoras de radio ha dicho que no se siente incómodo en la defensa de la Reforma Laboral y que si se manifestó con los sindicatos fue para mostrar su solidaridad con ellos por el ambiente anti sindical que se había creado con motivo de la convocatoria de la huelga general.
Por mi parte sobran más comentarios y sobran los cien días.
Se podrá discutir sobre los motivos han llevado a asumir esa responsabilidad y si, en esas motivaciones hay componentes personales, políticos o, sencillamente, estamos ante personajes de escasa catadura ética que solo quieren trepar. Cualquiera de ellas puede tener credibilidad. Pero, evidentemente, la aceptación supone acuerdo con la política de ZP.
No parece necesario, por tanto, dar ni siquiera el manido margen de los cien días de confianza para juzgar la gestión del ministro tal o la ministra cual. Todos saben que el gobierno de ZP está actuado de forma antisocial sin escuchar las voces que le reclaman que, en vez de inclinar de forma vergonzante la cerviz ante los los mercados, reparta de forma equitativa las cargas consecuencia de la crisis económica.
Es notable, para cualquier observador sensato, que la mayor parte de esas voces, que salen de lo que podríamos llamar izquierda política y social, y no vinculada necesariamente a un determinado partido o grupo, piden que se distribuya equitativamente el esfuerzo, no que sólo sean unos los que lo hagan. Esos que, curiosamente, serían los que más responsabilidad tendrían en todo este proceso perverso de recesión o quienes, por tener más, deberían aportar más y que, a la larga van a ser los máximos beneficiarios de las medidas de ZP.
Me parece que, además de una petición sensata, es muy generosa y, sin embargo, ZP, no la quiere escuchar. Y, aún más, su ministra de Economía, señora Salgado amenaza con más más ajustes si los planes no dan resultado.
Me pregunto qué más esfuerzo se puede pedir a una sociedad que padece un 20 por ciento de desempleo, tiene al 21 por ciento de la población por debajo del umbral de la pobreza y con cuatro hogares de cada diez, sin poder hacer frente a sus gastos corrientes.
Así pues, integrarse en este gobierno es de facto hacerse cómplice de sus actos. Y eso tienen que tenerlo muy claro quienes a partir de de hoy han prometido sus cargos. No nos importarán sus actos en el pasado, sino lo que hacen en el presente y harán en el futuro.
En su descargo podría decirse, y no de todos, que pueden creer que desde dentro del gobierno se pueden corregir algunas cosas que se han hecho hasta ahora mal. No seré quien niegue esa posibilidad, pero sólo hasta que se demuestre lo contrario.
Y esto es lo que ha pasado esta misma mañana con el nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, quien en dos entrevistas en sendas emisoras de radio ha dicho que no se siente incómodo en la defensa de la Reforma Laboral y que si se manifestó con los sindicatos fue para mostrar su solidaridad con ellos por el ambiente anti sindical que se había creado con motivo de la convocatoria de la huelga general.
Por mi parte sobran más comentarios y sobran los cien días.
sábado, octubre 16, 2010
SENZILLAMENT, COMPANYS
Ahir no tenia ganes ni ànim per escriure. No obstant això, tenia un compromís amb mi, amb Catalunya i amb la Llibertat, un compromís amb nom propi: Lluís Companys.
Des de fa molts anys he sentit una profunda admiració pel President Companys. He seguit la seva trajectòria humana i política i crec que sí, que efectivament com ell va dir en el moment del seu afusellament, era un home honrat.
L'assassinat de President Companys el 15 d'octubre de 1940 en el castell de Montjuïc va ser un acte de barbàrie que va pretendre, no només acabar amb la vida de qui havia ostentat el govern de la Generalitat durant la guerra provocada per franco i els seus sequaços , sinó que també va voler ser, i en certa mesura ho va aconseguir, una lliçó, un avís, una amenaça clara per als catalans que no acceptessin el règim colpista.
En Companys es materialitza la Catalunya progressista i reivindicativa que, sense renunciar a la seva identitat nacional, demostra que és possible, dins de determinat marc institucional de respecte i reconeixement, que és viable la col.laboració amb Espanya.
La millor demostració d'aquesta afirmació és que Companys va ser ministre de Marina d'un govern espanyol, presidit per Manuel Azaña, polític bastant jacobí que no tenia bona relació amb ell com ha deixat escrit en les seves memòries.
En fi, no vull avui allargar més. Només sumar-me modestament, però amb absoluta fermesa al record col.lectiu d'aquest home i al que suposa.
Avui, quan de nou el nacionalisme espanyol, aquest que sembla que no existeix, del qual ningú admet la seva existència, demostra la seva intolerància, seria bo recordar a Companys com una persona partidària de la convivència entre les diferents nacionalitats, que vulguin alguns o no, formen aquest estat.
Visca Catalunya.
Des de fa molts anys he sentit una profunda admiració pel President Companys. He seguit la seva trajectòria humana i política i crec que sí, que efectivament com ell va dir en el moment del seu afusellament, era un home honrat.
L'assassinat de President Companys el 15 d'octubre de 1940 en el castell de Montjuïc va ser un acte de barbàrie que va pretendre, no només acabar amb la vida de qui havia ostentat el govern de la Generalitat durant la guerra provocada per franco i els seus sequaços , sinó que també va voler ser, i en certa mesura ho va aconseguir, una lliçó, un avís, una amenaça clara per als catalans que no acceptessin el règim colpista.
En Companys es materialitza la Catalunya progressista i reivindicativa que, sense renunciar a la seva identitat nacional, demostra que és possible, dins de determinat marc institucional de respecte i reconeixement, que és viable la col.laboració amb Espanya.
La millor demostració d'aquesta afirmació és que Companys va ser ministre de Marina d'un govern espanyol, presidit per Manuel Azaña, polític bastant jacobí que no tenia bona relació amb ell com ha deixat escrit en les seves memòries.
En fi, no vull avui allargar més. Només sumar-me modestament, però amb absoluta fermesa al record col.lectiu d'aquest home i al que suposa.
Avui, quan de nou el nacionalisme espanyol, aquest que sembla que no existeix, del qual ningú admet la seva existència, demostra la seva intolerància, seria bo recordar a Companys com una persona partidària de la convivència entre les diferents nacionalitats, que vulguin alguns o no, formen aquest estat.
Visca Catalunya.
Ayer no tenía ganas ni ánimo para escribir. Sin embargo tenía una compromiso conmigo, con Catalunya y con la Libertad, un compromiso con nombre propio: Lluis Companys.
Desde hace muchos años he sentido una profunda admiración por el President Companys. He seguido su trayectoria humana y política y creo que sí, que efectivamente como él dijo en el momento de su fusilamiento, era un hombre honrado. Ciertamente de poco le sirvió.
El asesinato de President Companys al alba del 15 de octubre de 1940 en el castillo de Montjuic es un acto que pretendió no sólo acabar con la vida de quien había ostentado el gobierno de la Generalitat durante la guerra provocada por franco y sus secuaces, sino que también quiso ser, y en cierta medida lo logró, una lección, un aviso, una amenaza clara para los catalanes que no aceptasen el régimen golpista.
En Companys se materializa la Catalunya progresista y reivindicativa que, sin renunciar a su identidad nacional, demuestra que es posible, dentro de determinado marco institucional de respeto y reconocimiento, que es posible la colaboración con España.
La mejor demostración de esta afirmación es que Companys fue ministro de Marina de un gobierno español, presidido por Manuel Azaña, político bastante jacobino que no tenía buena relación con él como ha dejado escrito en sus memorias.
En fin, no quiero hoy alargarme más. Sólo sumarme modestamente, pero con absoluta firmeza al recuerdo colectivo de este hombre y a lo que supone.
Hoy, cuando de nuevo el nacionalismo español, ese que se parece que no existe, del que nadie admite su existencia, demuestra su intolerancia, sería bueno recordar a Companys como una persona partidaria de la convivencia entre las distintas nacionalidades, que quieran algunos o no, forman este estado.
miércoles, octubre 13, 2010
UNA LEY TRAMPOSA
Me hago eco de una iniciativa que pretende cambiar una situaucón de absoluta injusticia que afecta a muchos electores, y no sólo de IU, por lo que creo que no se puede decir que es sectaria. La democracia para serlo tiene que empezar por reconocer que cada persona es igual ante la Ley, y la electoral no puede ser un excepción. Cada voto debe tener la misma representación.
Señorías:
Me dirijo a ustedes con el fin de hacerles patente mi preocupación por algo que por enésima vez, han rechazado en el Congreso. Al parecer, esta semana van a aprobar cambios sobre la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 1985), modificaciones a las que no niego su importancia, pero que, sin embargo, olvidan lo que debería acercarnos a un principio democrático por excelencia, el de: “una persona, un voto”. Aproximarse a ese principio debería ser para ustedes –representantes del pueblo— una obligación ética, si es que, como supongo, creen ustedes en la democracia.[Image]
El hecho de que quieran mantener la falta de proporcionalidad y las disfunciones en la asignación de escaños a los distintos grupos políticos que se presentan a las elecciones, no dice mucho en su favor y sí de sus propios intereses partidistas, creando desconfianza en la opinión pública que, como ustedes saben, no tienen a la clase política, precisamente, muy bien valorada. ¿Cómo se puede entender que se mantenga esa falsa proporcionalidad que hace que algunos partidos políticos necesiten unos 66.000 votos para obtener un diputado y otro (el caso extremo de IU/ICV) necesite casi 500.000?
¿Acaso les parece democrática una ley que hace que un voto de unos partidos valga siete veces más de lo que vale el voto de otro? Como ustedes bien saben, lo ideal para corregir este defecto sería cambiar la circunscripción electoral, pero ésta está recogida en la Constitución y no parece que ustedes estén dispuestos a cambiarla. Sin embargo, hay otras fórmulas que permiten, si no una proporcionalidad total, que haya una aproximación mucho mayor sin modificar la Constitución. De hecho una de las fórmulas sería la que, a petición del gobierno, ha sugerido el Consejo de Estado. [Image]
Recomendación que ustedes han rechazado. No es lícito que quien tiene el derecho de defender los principios democráticos elementales se opongan a que la proporcionalidad de “una persona, un voto” se pueda conseguir. No hay ninguna razón, salvo la de sus intereses partidistas para que no se acepte la reforma que ha aconsejado el Consejo de Estado. Así es que todavía están a tiempo, Basta que se pongan de acuerdo y sean capaces de anteponer una representación justa a sus propios intereses. Si lo hacen, como ciudadanía nos daremos cuenta de que cumplen con su obligación. Porque, señorías, para que sean democráticos los acuerdos que ustedes toman, lo primero que debería ocurrir, es que la representación de la voluntad popular fuera lo más fiel posible a los votos que emite. Hoy no es así. En sus manos queda rectificar algo que parece tan obvio.
Salud y República
P.D. Si algún bloguero publica esta carta, le ruego me lo comente y le añadiré a los que ya se han adherido. Envía, si lo deseas, un email a los miembros de la Subcomisión de la Reforma Electoral, estos son sus componentes: alfonso.guerra@diputado.congreso.es elviro.aranda@diputado.congreso.es, jose.benegas@diputado.congreso.es josemariabenegas@hotmail.com, jabermudez@diputado.congreso.es gaspar.llamazares@diputado.congreso.es jesus.quijano@diputado.congreso.es juan.vera@diputado.congreso.es, jordi.xucla@diputado.congreso.es
Señorías:
Me dirijo a ustedes con el fin de hacerles patente mi preocupación por algo que por enésima vez, han rechazado en el Congreso. Al parecer, esta semana van a aprobar cambios sobre la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 1985), modificaciones a las que no niego su importancia, pero que, sin embargo, olvidan lo que debería acercarnos a un principio democrático por excelencia, el de: “una persona, un voto”. Aproximarse a ese principio debería ser para ustedes –representantes del pueblo— una obligación ética, si es que, como supongo, creen ustedes en la democracia.[Image]
El hecho de que quieran mantener la falta de proporcionalidad y las disfunciones en la asignación de escaños a los distintos grupos políticos que se presentan a las elecciones, no dice mucho en su favor y sí de sus propios intereses partidistas, creando desconfianza en la opinión pública que, como ustedes saben, no tienen a la clase política, precisamente, muy bien valorada. ¿Cómo se puede entender que se mantenga esa falsa proporcionalidad que hace que algunos partidos políticos necesiten unos 66.000 votos para obtener un diputado y otro (el caso extremo de IU/ICV) necesite casi 500.000?
¿Acaso les parece democrática una ley que hace que un voto de unos partidos valga siete veces más de lo que vale el voto de otro? Como ustedes bien saben, lo ideal para corregir este defecto sería cambiar la circunscripción electoral, pero ésta está recogida en la Constitución y no parece que ustedes estén dispuestos a cambiarla. Sin embargo, hay otras fórmulas que permiten, si no una proporcionalidad total, que haya una aproximación mucho mayor sin modificar la Constitución. De hecho una de las fórmulas sería la que, a petición del gobierno, ha sugerido el Consejo de Estado. [Image]
Recomendación que ustedes han rechazado. No es lícito que quien tiene el derecho de defender los principios democráticos elementales se opongan a que la proporcionalidad de “una persona, un voto” se pueda conseguir. No hay ninguna razón, salvo la de sus intereses partidistas para que no se acepte la reforma que ha aconsejado el Consejo de Estado. Así es que todavía están a tiempo, Basta que se pongan de acuerdo y sean capaces de anteponer una representación justa a sus propios intereses. Si lo hacen, como ciudadanía nos daremos cuenta de que cumplen con su obligación. Porque, señorías, para que sean democráticos los acuerdos que ustedes toman, lo primero que debería ocurrir, es que la representación de la voluntad popular fuera lo más fiel posible a los votos que emite. Hoy no es así. En sus manos queda rectificar algo que parece tan obvio.
Salud y República
P.D. Si algún bloguero publica esta carta, le ruego me lo comente y le añadiré a los que ya se han adherido. Envía, si lo deseas, un email a los miembros de la Subcomisión de la Reforma Electoral, estos son sus componentes: alfonso.guerra@diputado.congreso.es elviro.aranda@diputado.congreso.es, jose.benegas@diputado.congreso.es josemariabenegas@hotmail.com, jabermudez@diputado.congreso.es gaspar.llamazares@diputado.congreso.es jesus.quijano@diputado.congreso.es juan.vera@diputado.congreso.es, jordi.xucla@diputado.congreso.es
lunes, octubre 11, 2010
Y AHORA EN VIENA
Son muchos los que antes, y también ahora, me acusaban de alarmista cuando advertía de que frente a nuestras mismas narices se estaba produciendo un serio ascenso del fascismo sin que se hiciera nada por impedirlo. Pues bien, ayer en las elecciones municipal y estatal de Viena, el FPÖ (Partido Liberal Austriaco) ha logrado el 27 por ciento de los votos y se sitúa como la !segunda¡ fuerza después de la socialdemocracia. Y no será el último caso.
El FPÖ ya formó gobierno en Austria, país que recibió sanciones (que se pasó por el forro) gracias a su discurso racista, nacionalista a ultranza y claramente pro nazi. Y Austria no es uno de esos países que han sufrido las terribles garras del comunismo y puede tener un sarampión-reacción. Más bien al contrario, los austriacos, padecieron en primera persona y mucho antes que otros, la dictadura nazi.
Tampoco es un país con un escaso nivel cultural, ni dominado por la pobreza, ni políticamente atrasado. No, se trata de una nación bastante culta, con un buen nivel de vida y con un estado federal consolidado sin tensiones nacionales internas. Un país en muchos aspectos ejemplar.
¿Qué pasa entonces para que este fenómeno se extienda como una mancha de aceite por toda Europa? ¿Es que nos hemos vuelto todos unos fascistas de la noche a la mañana? Sinceramente me parece bastante improbable.
En mi opinión, y sé que me expongo a duras críticas, una buena parte de responsabilidad de este ascenso de la extrema derecha corresponde a los partidos de izquierda. Y, por supuesto, no sólo en el caso austriaco, sino en todos los estados donde este fenómeno se registra con mayor o menor énfasis. Evidentemente España no va a ser la excepción y dentro de muy poco vamos a tener ocasión de comprobarlo.
Por qué afirmo semejante cosa: porque la izquierda aferrada a sus ideas ha sido incapaz de entender que para muchos ciudadanos, alejados por completo del fascismo y del racismo, la inmigración si supone un serio problema, atizado convenientemente por el miedo.
Y, en vez de encauzar esa preocupación, de intentar con argumentos demostrar lo equivocada que es esa acritud, lo incierta y peligrosa que es la idea de que el inmigrante es el responsable máximo de todos los males de un país, se ha limitado, salvo escasas voces, a descalificar sin más como xenófobo y racista, cualesquier intento, por muy bien intencionado y tímido que fuera, de abordar con un poco de sensatez este problema no para sumarse al discurso discriminador sino para evitar que acabe arrasando todo.
Tal estrechez de miras, que algunos llaman el buenismo de la izquierda, y yo prefiero denominar como la insensatez, va a causar que los partidos verdaderamente racistas tengan cada vez más audiencia y votos y al amparo de la democracia acaben por destruirla, al menos en parte.
¿Y qué pasará el día que esos partidos si tengan la capacidad suficiente para imponer por vía parlamentaria leyes discriminadoras? Entonces nos llevaremos las manos a la cabeza y nos preguntaremos qué como es posible tal estado de cosas. Y evidentemente la responsabilidad será de los electores. Pues no señores, no es así. La izquierda tiene la obligación ética y política de entender que esa percepción negativa existe, incluso entre muchos de sus simpatizantes.
Ya hemos tenido un primer ejemplo en Francia, donde no ha ocurrido absolutamente nada con la expulsión de gitanos. Nada de nada. O sea, que las primeras víctimas del “buenismo” serán precisamente aquellos a los que hay que defender.
Ya sé, lo reitero, que esta opinión no es compartida por casi nadie. La verdad es que a estas alturas me importa muy poco porque prefiero seguir alertando contra ese peligro, ahora que aún estamos a tiempo, que permanecer en silencio.
Esconder la cabeza debajo del ala ante un problema no suele ser una buena táctica. La izquierda debe cargarse de razones, de argumentos, de datos, de discursos y no recurrir a la descalificación como única solución a un problema cada día más grave como es la impunidad con la que resurgen estos movimientos.
El FPÖ ya formó gobierno en Austria, país que recibió sanciones (que se pasó por el forro) gracias a su discurso racista, nacionalista a ultranza y claramente pro nazi. Y Austria no es uno de esos países que han sufrido las terribles garras del comunismo y puede tener un sarampión-reacción. Más bien al contrario, los austriacos, padecieron en primera persona y mucho antes que otros, la dictadura nazi.
Tampoco es un país con un escaso nivel cultural, ni dominado por la pobreza, ni políticamente atrasado. No, se trata de una nación bastante culta, con un buen nivel de vida y con un estado federal consolidado sin tensiones nacionales internas. Un país en muchos aspectos ejemplar.
¿Qué pasa entonces para que este fenómeno se extienda como una mancha de aceite por toda Europa? ¿Es que nos hemos vuelto todos unos fascistas de la noche a la mañana? Sinceramente me parece bastante improbable.
En mi opinión, y sé que me expongo a duras críticas, una buena parte de responsabilidad de este ascenso de la extrema derecha corresponde a los partidos de izquierda. Y, por supuesto, no sólo en el caso austriaco, sino en todos los estados donde este fenómeno se registra con mayor o menor énfasis. Evidentemente España no va a ser la excepción y dentro de muy poco vamos a tener ocasión de comprobarlo.
Por qué afirmo semejante cosa: porque la izquierda aferrada a sus ideas ha sido incapaz de entender que para muchos ciudadanos, alejados por completo del fascismo y del racismo, la inmigración si supone un serio problema, atizado convenientemente por el miedo.
Y, en vez de encauzar esa preocupación, de intentar con argumentos demostrar lo equivocada que es esa acritud, lo incierta y peligrosa que es la idea de que el inmigrante es el responsable máximo de todos los males de un país, se ha limitado, salvo escasas voces, a descalificar sin más como xenófobo y racista, cualesquier intento, por muy bien intencionado y tímido que fuera, de abordar con un poco de sensatez este problema no para sumarse al discurso discriminador sino para evitar que acabe arrasando todo.
Tal estrechez de miras, que algunos llaman el buenismo de la izquierda, y yo prefiero denominar como la insensatez, va a causar que los partidos verdaderamente racistas tengan cada vez más audiencia y votos y al amparo de la democracia acaben por destruirla, al menos en parte.
¿Y qué pasará el día que esos partidos si tengan la capacidad suficiente para imponer por vía parlamentaria leyes discriminadoras? Entonces nos llevaremos las manos a la cabeza y nos preguntaremos qué como es posible tal estado de cosas. Y evidentemente la responsabilidad será de los electores. Pues no señores, no es así. La izquierda tiene la obligación ética y política de entender que esa percepción negativa existe, incluso entre muchos de sus simpatizantes.
Ya hemos tenido un primer ejemplo en Francia, donde no ha ocurrido absolutamente nada con la expulsión de gitanos. Nada de nada. O sea, que las primeras víctimas del “buenismo” serán precisamente aquellos a los que hay que defender.
Ya sé, lo reitero, que esta opinión no es compartida por casi nadie. La verdad es que a estas alturas me importa muy poco porque prefiero seguir alertando contra ese peligro, ahora que aún estamos a tiempo, que permanecer en silencio.
Esconder la cabeza debajo del ala ante un problema no suele ser una buena táctica. La izquierda debe cargarse de razones, de argumentos, de datos, de discursos y no recurrir a la descalificación como única solución a un problema cada día más grave como es la impunidad con la que resurgen estos movimientos.
miércoles, octubre 06, 2010
MAREA ROJA EN HUNGRÍA
Hungría, ese bello país del centro de Europa, ha sufrido el asalto de una marea roja. No se trata de la vuelta de los temibles comunistas al poder, no. Es un accidente ecológico de terribles consecuencias -uno más- causado por una empresa, llamada MAL, cuyos vertidos tóxicos han anegado dos ciudades, han provocado hasta ahora cuatro muertos, centenares de heridos y destrozos por millones de euros.
Da verdadero pavor pensar que estas cosas puedan suceder, pero ocurren. Ahora, evidentemente, todo serán lamentaciones, estudios, disculpas e, incluso, es posible que ruede alguna cabeza. Todo ello es a todas luces insuficiente porque lo verdaderamente importante es la prevención.
Pero, insisto, seguro que la UE se vuelca en ayudas, pagaderas en cómodos plazos, con Hungría. Para eso el accidente ha ocurrido a poco más de una hora de vuelo de Berlín, en un país de la civilizada Europa.
Otra cosa sería si las víctimas fueran de la India, como ha sucedido con el caso de Bhopal cuando se perdieron 42 toneladas de isocianato de metilo que han costado 25.000 muertos y afectó a otras 600.000 personas y que ha supuesto una sentencia de dos años de cárcel para siete directivos de la Union Carbide, empresa cuya negligencia manifiesta provocó el desastre, y 8.900 euros de multa.
Pero, para el caso, la situación es la misma, salvando las consecuencias numéricas evidentemente. Nos encontramos una vez más ante la negligencia más absoluta, frente a la impunidad más desoladora de las empresas frente a los ciudadanos. Vemos la indiferencia de las autoridades, cuando no su complicidad manifiesta.
El caso del barro tóxico de Hungría no es el primero. España, sin ir más lejos, en Aznalcóllar, Rumanía en Baia Mare son dos buenos ejemplos de lo que digo. Allí también las consecuencias de la falta de escrúpulos empresariales fueron dramáticas. Y hay mucho más.
¿Se hace algo? Muy poco, porque de lo contrario no nos encentraríamos con estas catástrofes de consecuencias muy duraderas cada dos por tres. Todo suele quedar en declaraciones y buenas intenciones.
Me temo que los intereses empresariales son demasiado fuertes y hacen tanta presión que la UE, siempre tan escrupulosa en algunas cuestiones, en este tema tiene manga ancha.
lunes, octubre 04, 2010
RETOS FUTUROS
Parece como si de repente las elecciones primarias del PSM hubieran desplazado por completo la atención de la mayoría y nos hubieran hecho olvidar que, hace menos de una semana, España vivió una huelga general en protesta por la política anti social de un gobierno al que pertenece la derrotada y un partido en que el milita el triunfador y a los que no se ha escuchado la más mínima crítica respecto a ella sino, más bien todo lo contrario, alabanzas a ZP.
Lo cierto es, en mi modesta opinión, que los sindicatos mayoritarios, y la ciudadanía en general, tenemos por delante grandes y graves retos para defender nuestros derechos que el sistema pretende aniquilar y que ni Tomás ni Trinidad han defendido hasta ahora en absoluto.
Así pues, me parece que los sindicatos tienen, una vez pasada la resaca de la protesta, tres opciones fundamentales que, en definitiva, van a permitir calibrar el éxito real de la huelga, que no sólo se mide en el seguimiento, sino en los logros que se consiguen después de la movilización.
Por un lado pueden considerar la huelga un éxito absoluto y rotundo, creer que ha sido un espaldarazo a su gestión y su actitud durante todo el periodo desde que se inició la parte más dura de la crisis y, finalmente, escenificar lo que mi amigo Paco Galván escribió en el blog de mi no menos amigo Rafael García Almazán, y que denominó como una especie de abrazo de Bergara. No descarto en absoluto que sea así.
Ya dije en su momento que había razones de sobra para participar en la huelga pero que eso no era, ni mucho menos, apoyo a los sindicatos mayoritarios. Creo que cometerían un grave error si no se dan cuenta de que hay mucho rechazo a su actitud y no sólo entre los de siempre.
Esta conclusión autocomplaciente se traduciría en más de lo mismo, es decir, muy poca presencia, y capear el temporal de la mejor manera posible a la espera de que lleguen tiempos apacibles para reeditar el idilio anterior con ZP.
Pero puede ocurrir que los sectores más combativos de esos mismos sindicatos, se hayan dado cuenta de que la protesta ciudadana es mucho más que un apoyo sin fisuras a las centrales sindicales.
En ese caso, esos sectores, podrían interpretar que ya es hora de cambios, de ponerse no al frente, sino al lado de los trabajadores, para combatir y rechazar, codo con codo, la ofensiva que prepara el sistema en forma de de nuevas “reformas·”, de las que, la de las pensiones, puede suponer otro hito en el aplastamiento de los derechos de la mayoría urdidos en Moncloa.
Esto significaría que las viejas estructuras, los dirigentes acomodaticios, los que sólo se acuerdan de santa Bárbara cuando truena, serían barridos, mandados al olvido o la jubilación y que entraría savia nueva que regeneraría, si ello es aún posible, unos cuerpos caducos que necesitan cambios de forma urgente.
Hay una tercera posibilidad: los actuales dirigentes han tomado buena nota de lo ocurrido y, en vez de considerar el apoyo a la huelga como un éxito personal, pueden todavía ser capaces de hacer una interpretación sensata y darse cuenta de que estamos de ZP y su gobiernillo hasta las narices y, consecuentemente, se pongan al al lado de los trabajadores en la lucha que nos espera y, de paso, preparen de forma sosegada la renovación a la que antes me he referido. Esta es -creo- la opción más sensata.
En todo caso el futuro nos espera con retos muy complicados, en los que vamos a tener que prepararnos para batallas duras en las que llevamos ya mucha desventaja. Necesitaremos apoyos, aliados, claridad de ideas, una buena dosis de serenidad y máxima resistencia.
Pero no me fío. Hoy se ha conocido que, de nuevo, superamos, los cuatro millones de parados y no he oído la voz ni de Méndez ni de Toxo pidiendo responsabilidades a quien deben exigirlas sin demora. ¿A qué esperan?
miércoles, septiembre 22, 2010
NO PODEMOS RESIGNARNOS
Se acerca, de forma inexorable para el gobiernillo de ZP, la huelga general que han convocado los sindicatos en contra de las medidas anti sociales que el presidente del gobierno ha aplicado para salir de la crisis. Se aproxima el día de la oportunidad de demostrar que la mayor parte de los ciudadanos estamos en contra de esa forma de salir del atolladero en el que otros nos han metido.
A lo largo de estas últimas semanas se leído y escuchado argumentos de todo tipo para secundar o no, la movilización contra este gobierno, que es el principal responsable de las medidas, no hay que olvidarlo, y que es el destinatario unico de la protesta, aunque se intente despistar.
Por eso resulta algo sorprendente, aunque en todo caso legítimo, cuestionar ahora el papel de los convocantes, es decir los sindicatos, en esta movilización. No es a ellos a quienes hay que pedir cuentas ahora; no son ellos los que han recortado los sueldos, han congelado las pensiones, han subido el IVA, han recortado todo tipo de ayudas e inversiones o han provocado un aumento bestial del desempleo..
Por lo tanto, pedir cuenta ahora a los sindicatos, pese a todos sus fallos, perfectamente reconocibles, es hacerle el juego por un lado al propio gobierno, que usará un posible fracaso de la huelga para seguir en la misma línea de actuación, y, por otro, algo también muy preocupante, reforzará las tesis del PP, que dice, pese a que no se cansa de insistir en que es el partido defensor de los trabajadores, que no se puede convocar en el siglo XX una huelga general.
Si la huelga fracasa, no serán los sindicatos, moleste a quien moleste, los que soportarán en primer lugar el peso de la derrota. No, ni mucho menos; seremos los trabajadores normales y corrientes, los que no estamos liberados de nada, pagamos impuestos y tememos por nuestro puesto de trabajo, lo que saldremos derrotados.
Por eso, hay que pensar muy bien lo de no participar el la huelga como rechazo a la política de los sindicatos durante la crisis. Es cierto que hay que pedir cuentas de su actitud, a veces incomprensiblemente pasiva, es razonable y seguramente necesario y positivo, pero en su momento. No se trata de reforzarlos a ellos, sino a nostros mismos, de demostrar que tenemos nuestro propio criterio.
No se trata ahora de rechazar a Méndez y a Fernández Toxo, se trata de paralizar un país que está gobernado por un gobierno que se ha echado sin el más mínimo pudor en manos del FMI y del BCE y que, precisamente por ello, está aplicando una serie de medidas que sólo pretenden que la crisis se solucione a costa del sacrificio de los de siempre. Por eso hay que decir ¡basta!
Muy posiblemente la huelga no servirá para eliminar todo lo que ya se ha hecho mal. Hay que contar con esa posibilidad pero, y esto me parece importante, puede ser el punto en que se diga ese ¡basta! para que en el futuro se lo piensen dos veces antes de seguir machacando a los trabajadores.
Queda tiempo suficiente para reflexionar. Para sumarse a una protesta que muy probablemente se debió hacer antes y con más entusiasmo. Pero todavía es tiempo de demostrar que no estamos resignados ni dispuestos a ser pisoteados.
A lo largo de estas últimas semanas se leído y escuchado argumentos de todo tipo para secundar o no, la movilización contra este gobierno, que es el principal responsable de las medidas, no hay que olvidarlo, y que es el destinatario unico de la protesta, aunque se intente despistar.
Por eso resulta algo sorprendente, aunque en todo caso legítimo, cuestionar ahora el papel de los convocantes, es decir los sindicatos, en esta movilización. No es a ellos a quienes hay que pedir cuentas ahora; no son ellos los que han recortado los sueldos, han congelado las pensiones, han subido el IVA, han recortado todo tipo de ayudas e inversiones o han provocado un aumento bestial del desempleo..
Por lo tanto, pedir cuenta ahora a los sindicatos, pese a todos sus fallos, perfectamente reconocibles, es hacerle el juego por un lado al propio gobierno, que usará un posible fracaso de la huelga para seguir en la misma línea de actuación, y, por otro, algo también muy preocupante, reforzará las tesis del PP, que dice, pese a que no se cansa de insistir en que es el partido defensor de los trabajadores, que no se puede convocar en el siglo XX una huelga general.
Si la huelga fracasa, no serán los sindicatos, moleste a quien moleste, los que soportarán en primer lugar el peso de la derrota. No, ni mucho menos; seremos los trabajadores normales y corrientes, los que no estamos liberados de nada, pagamos impuestos y tememos por nuestro puesto de trabajo, lo que saldremos derrotados.
Por eso, hay que pensar muy bien lo de no participar el la huelga como rechazo a la política de los sindicatos durante la crisis. Es cierto que hay que pedir cuentas de su actitud, a veces incomprensiblemente pasiva, es razonable y seguramente necesario y positivo, pero en su momento. No se trata de reforzarlos a ellos, sino a nostros mismos, de demostrar que tenemos nuestro propio criterio.
No se trata ahora de rechazar a Méndez y a Fernández Toxo, se trata de paralizar un país que está gobernado por un gobierno que se ha echado sin el más mínimo pudor en manos del FMI y del BCE y que, precisamente por ello, está aplicando una serie de medidas que sólo pretenden que la crisis se solucione a costa del sacrificio de los de siempre. Por eso hay que decir ¡basta!
Muy posiblemente la huelga no servirá para eliminar todo lo que ya se ha hecho mal. Hay que contar con esa posibilidad pero, y esto me parece importante, puede ser el punto en que se diga ese ¡basta! para que en el futuro se lo piensen dos veces antes de seguir machacando a los trabajadores.
Queda tiempo suficiente para reflexionar. Para sumarse a una protesta que muy probablemente se debió hacer antes y con más entusiasmo. Pero todavía es tiempo de demostrar que no estamos resignados ni dispuestos a ser pisoteados.
sábado, septiembre 18, 2010
POPULISMO PELIGROSO EN CATALUNYA
¿Puede el 0,5 por ciento de la población de una ciudad mantener en vilo al resto de los ciudadanos? Según la dirigente del PP de Catalunya, Alicia Sánchez Camacho (ASC), así es. Por eso ha organizado un paseo, al mejor estilo populista, para demostrar que hay graves conflictos de convivencia en Badalona. Es su modo de hacer campaña electoral.
Era de esperar que el PP aprovecharía el tirón del inmoral Nicolás Sarkozy para insistir en el tema de la seguridad ciudadana en relación con la llegada desordenada de inmigrantes, según dicen estos aprendices de fascistas.
El PP es especialista en aprovechar del modo más inmundo las situaciones problemáticas -reales o imaginarias- para buscar lo que realmente les interesa: el voto.
Así, durante años, ha utilizado sin pudor a las víctimas del terrorismo, la ley del aborto, a los trabajadores con problemas laborales y ahora, como manda la actualidad, la inmigración, con especial énfasis en los gitanos rumanos.
Es la misma táctica que usó Hitler con los judíos que, en la Alemania de 1933, eran aproximadamente el 2 por ciento de la población y, sin embargo, fueron los causantes de todos los males del país, incluida la guerra.
Para el PP, lo importante es el caladero de votos. Después, como el tiempo se ha encargado de demostrar no toman "medidas", ni hacen nada (afortunadamente) de lo que prometen, porque ya se ha conseguido el objetivo que es gobernar. Pero el mal ya se ha hecho y el nivel de enfrentamiento social ha subido varios peldaños.
Resulta verdaderamente tenebroso pensar que alguien de la catadura moral de ASC puede llegar a tener alguna responsabilidad, no sólo ya en Catalunya, sino sencillamente en una comunidad de vecinos.
Alguien que usa de forma tan torticera un problema que se puede convertir en una fuente de odio descontrolado, es un peligro para cualquier sociedad que crea en los valores de convivencia pacífica entre sus ciudadanos, procedan estos de donde procedan.
Esto no significa en absoluto que no se deba abordar con rigor, seriedad y amplitud de miras los problemas que son inherentes a cualquier tipo de convivencia y mucho más entre personas que proceden de diferentes zonas. Esto siempre ha sido así y más en una situación de crisis económica.
Abordar con seriedad quiere decir, en mi opinión, todo lo contrario de lo que hace la derechona, ahora apoyada por ZP de forma pública, y estudiar con tranquilidad dónde están los problemas, por qué se producen y qué soluciones se pueden tomar.
Es evidente que, si existen focos de delincuencia, se deben combatir con los medios legales al alcance y actuar en consecuencia. Pero ni uno más de los que permite la Ley.
Pasearse por barrios conflictivos, que pueden sin duda serlo, para hacerse fotos y propiciar un ambiente de tensión con tal de logar algunos votos más, es de una irresponsabilidad de tal envergadura que quien lo hace, debería ser apartado de forma inmediata de cualquier actividad pública por incitación a la violencia.
¿Qué pasará si el PP sigue con esta campaña de agitación xenófoba y alguien interpreta que eso es una invitación para tomarse la justicia por su mano? ¿Irá la tal ASC a responder ante un tribunal por esos posibles hechos como inductora intelectual? ¿Condenará esa violencia? ¿Dirá que es consecuencia del efecto “llamada”?
Es muy peligroso alentar las “pasiones” xenófobas porque puede tener consecuencias imprevisibles y terribles que pueden provocar una violencia desbordada e incontrolable. Pero al PP sólo parece importarle el voto. Verdaderamente lamentable.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)